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En
1909 los Cachorros tuvieron 104 victorias; un año antes ganaron menos
partidos y sin embargo fueron campeones, pero esta vez los resurgidos Piratas
de Pittsburgh tuvieron una marca de 110-42 para terminar de líderes 61/2
juegos de ventaja, teniendo como su máxima estrella a Honus
Wagner. Wagner
obtuvo otro título de bateo y contribuyó para que su equipo anotara 699 carreras,
un récord de la liga; bateó para 0.339 con 39 dobletes y 100 carreras impulsadas.
Fred Clark encabezó la liga en bases por bolas con 80. Tomy
Leach impulsó 126 carreras, Clark le siguió con 97
y finalmente Byrne
y Wagner terminaron con 92 anotaciones. Mucho contribuyó a los exitosos
Piratas el trabajo del su as de pitcheo Howie Camnitz, quién terminó
con la estadística de 25-6 en ganados y perdidos; su compañero Vic Willis
alcanzó 22 victorias. Los Piratas fueron líderes desde el 5 de mayo hasta concluir
la temporada. El
pitcheo de Chicago, por su parte, siguió siendo
fuerte. Su estrella “Tres Dedos” Brown tuvo 27-9 y 1.31 en carreras limpias
permitidas; Orvall Overall
dejó números en 20-11 con 1.42 en CLP y Ed Reulbach
ganó 19 juegos con 1.78 en CLP. Sin embargo, ningún Cachorro produjo más de
60 carreras. Los Gigantes de Nueva York ganaron 92 juegos terminando en la
tercera posición. Christy Mathewson
obtuvo un PCL de ¡1.15!, el quinto mejor hasta entonces. Larry
Doyle encabezó la liga en hits con 172 inatrapables bateando un sólido 0.302.
En la liga Americana la competencia estuvo fuerte entre los campeones Tigres
de Detroit, ganador en las pasadas dos temporadas, y los Atléticos de Philadelphia del inolvidable Connie Mack.
El
poderoso infield “de los cien mil dólares” formado
por el tercera base Frank “home-run” Baker (23 años de edad), el segunda base
Eddie Collins (22 años) y el short stop Jack Barry (22 años) hicieron de los
Atléticos un duro competidor. Harry
Krause obtuvo un PCL de 1.39 para ser el líder de la liga, bastante cercano
al 1.41 de Ed Walsh de los Medias Blancas de Chicago. “HomeRun
Baker” y Danny Murphy terminaron con 33 triples llevando gran parte del peso
del ataque de los A’s. Ty Cobb fue
el líder de bateo en la Liga Americana, y de las Grandes Ligas, al obtener un
porcentaje de bateo de 0.377; fue primero en carreras con 116 con 107 impulsadas,
se robó 76 bases y promedió 0.431 con gente en los senderos. En el pitcheo Detroit también lució teniendo entre sus filas a
dos ganadores de 20 juegos: Mullin (29-8) y Ed Willett (21-10). Los Medias Rojas de Boston tuvieron
novatos brillantes en el roster entre los que destacó Tris Speaker (21 años,
0.309, 77 RBI) finalizando a 91/2 juegos del primer lugar. El short stop de
Cleveland Neal Ball hizo
historia el 19 de julio cuando logró un triple play
sin asistencia. En 1909 se construyeron los primeros dos estadios de acero y
concreto: el Shibe Park de Philadelphia
y el Forbes Field en Pittsburgh. Por
primera vez la serie mundial se prolonga a siete juegos llevándose la
victoria los Piratas. El duelo Cobb-Wagner llamó la
atención durante el certamen, en el cual Wagner registró mejores números al
batear para 0.333, mientras que Cobb lo hizo para
0.231. El héroe de la serie fue el novato de 27 años Babe Adams, quien tuvo
un récord de 12-3 en ganados y perdidos con un PCL de 1.11, en una temporada
restringida para él. Adams mantuvo a Cobb con un
sencillo en 11 turnos al bat ganando tres partidos
en la serie con un PCL de 1.33. Detroit no regresaría a participar en una serie
mundial hasta 1935, y sería la última tanto para Cobb
como para Wagner.
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