LA LIGA DE SONORA

(1944-1949)

 

Recopilación y Edición General por

 Manuel de Jesús Sortillón Valenzuela

Tomada del Libro: “El Béisbol en Sonora” de Don Miguel S. Durazo

 

 

Don Miguel S. Durazo Saluda a un Jugador de Filadelfia (1940)

 

UNA SEMBLANZA DE Don Miguel S. Durazo

Uno de los primeros analistas del béisbol sonorense fue Don Miguel S. Durazo.  Forjada su niñez en los minerales de La Colorada y Cananea, con solo los conocimientos de la Escuela Primaria que en las postrimerías del Porfirismo se impartía en esos lugares, influenciado por el medio rebelde que por aquellos tiempos privaba en los centros de trabajo, se embarcó desde muy pequeño en obras de mayor proporción a su capacidad de joven adolescente y fue así como, en 1914, lo vimos varias veces desfilar por las calles de El Ronquillo como Secretario de la Unión Minera de Cananea, puesto que por desempañarlo con dignidad, le acarreó no pocos dolores de cabeza y hasta persecuciones. Durante la niñez de Durazo, se formó en Cananea el más poderoso y agresivo team de pelota de que se tiene conocimiento en el Noroeste de la República, y fue en el Estadio de la Empacadora donde a los palos de cuatro esquinas de Chick Arnold, las formidables curvas del brazo maravilloso de Marcos Rendón y las atrapadas de Bob Whaling, donde se creó en su mente un intenso fanatismo por el Rey de los Deportes. Este fanatismo lo llevó consigo por Los Ángeles California, Chicago, San Luis Mo., y otros puntos de Estados Unidos donde vivió cuando en pos de mejores horizontes lo obligaron a emigrar nuestras querellas revolucionarias. En las grandes urbes norteamericanas aprovechó cuanta oportunidad se le presentaba por ver los juegos de las Grandes Ligas y como buen aficionado aprendió muchos detalles del juego que se escapan a la generalidad del público. Posteriormente jugó pelota de altura en Nogales Arizona con los “Internacionales” comandados por Homobono Márquez Jr, después con los “Cuervos” de Nogales bajo el mando del decano del béisbol sonorense Don Jesús Siqueiros, cuyo equipo se batió con la flor y nata del suroeste de los Estados Unidos. En esta situación cuajó en Durazo el aficionado conocedor, que a la teoría, aunaba su larga práctica y experiencia adquirida formando parte de un team agresivo y de un acoplamiento maravilloso cuyas hazañas aún perduran entre los cincuentones de la frontera. El espíritu fuerte de Durazo concibió esta obra y sin ser escritor, se embarcó en la empresa solamente por establecer la VERDAD cuando vio que en un libro editado en la ciudad de Veracruz se asentaba que aquella ciudad era la cuna del béisbol. El párrafo que a cualquiera le hubiera pasado desapercibido, fue suficiente para que se pusiera a investigar y ya puesta la máquina en marcha, no terminó hasta no haber formado este libro, que más que una réplica es una historia. El autor merece el aplauso por la circunstancia explicada, además de la amenidad que producirán sus páginas a los lectores del momento. Estoy seguro que esta obrita crecerá de valor conforme vaya transcurriendo el tiempo, pues las generaciones futuras, ante la inquietud que se siente por descifrar el pasado, encontrarán aquí una etapa deportiva de más de medio siglo ya plasmada en letras de molde.

 

“DOS PALABRAS”, escrito a manera de prólogo por BLAS FLORES en el Libro: “El Béisbol en Sonora” de Don Miguel S. Durazo

 

ANTECEDENTES

 

La organización con gran éxito en Hermosillo del Juego de Grandes Ligas entre Filadelfia y Pittsburg por el mes de marzo de 1940,  animó a ciertos empresarios a intentar la consolidación de una Liga de Béisbol profesional para Sonora dos años más tarde. Con este objetivo en mente, el profesor Francisco López Palafox y el conocido hombre de negocios Fernando M. Ortiz iniciaron una campaña para convencer a hombres de empresa de las diferentes plazas el interesante proyecto. Sus esfuerzos rindieron frutos y durante el verano de 1942 se integró la Primera Temporada de Béisbol de la Liga de Sonora con cuatro equipos: Hermosillo, Empalme, Cananea y Obregón.

A pesar del entusiasmo, finalmente el proyecto tuvo que cancelarse transcurridas las dos primeras series por motivos extradeportivos. Por aquellos tiempos la Segunda Guerra Mundial entraba en su fase más peligrosa y México se vio involucrado en esta revuelta internacional. El Gobernador del Estado General Anselmo Macías Valenzuela, solicitó la ayuda del pueblo sonorense en aquella ocasión para una causa patriótica: se comprometió a regalarle a la nación un avión bombardero para integrar la Escuadra 201 que tiempo después participaría en innumerables batallas en el Pacífico. Este compromiso obligó a que todos los esfuerzos económicos fueran  destinados para tal fin y el béisbol tendría que quedar  relegado para mejor ocasión.

 

Para 1944 las cosas serían diferentes, llega al Gobierno de Sonora el General Abelardo L. Rodríguez un año antes, personaje que siempre mostró gran disposición para el proyecto deportivo aprobando de inmediato la iniciativa, y en 1945 se daría otro gran salto para el desarrollo del béisbol en Sonora con la conformación de la Liga de la Costa del Pacífico, intento más ambicioso que traspasaría las fronteras de la entidad.  En una reunión celebrada en el auditorio de la Casa del Pueblo se levantó el acta con el primer proyecto de Estatutos para la Liga de Sonora. Asistieron los Diputados Juan J. León (Arizpe), Rafael Corella (Magdalena), Manuel Torres Jr. (Ures), Vicente Padilla (Guaymas), Manuel Puebla, Fernando M. Ortiz, Ignacio E. Romero, Manuel C. Lucero, Miguel S. Durazo, Ing. Juan Cantúa, Humberto Larios y otros más miembros de la novena de Hermosillo. La aventura comenzaba…

 

PRIMERA TEMPORADA (1944)

Hermosillo Campeón

 

La primera Liga de Béisbol de Sonora nació al calor del inmenso cariño que los sonorenses sentimos por el Rey de los Deportes. Tuvo un éxito clamoroso deportivamente hablando, porque se obtuvieron los fines que se perseguían y porque se presentaron juegos dignos de los grandes circuitos. A manera de ejemplo, podemos mencionar que se empató el récord nacional de innings jugados en un solo juego estableciéndose otro en la siguiente forma: en el partido de inauguración de la Liga aquel 25 de Junio de 1944 entre Guaymas y Empalme, jugándose en el puerto sonorense y en el campo “Hidalgo”, el encuentro llegó a 19 entradas que era el récord nacional. El pitcher de Empalme fue Demetrio “Dany” Valenzuela, hermano de nuestro gran “Cochihuila”, que lanzó las 19 entradas estableciendo un récord muy difícil de igualar aunque tuvo la desgracia de perder el desafío. Y ya que se trata de hacer honor a quien honor merece, muy justo es mencionar también el nombre de otro lanzador: José Estrada, a quien cariñosamente se le conoció como “el Cubano”, (que nada tiene que ver con Cuba), cuando lanzó 18 de los 19 innings que se jugaron sustituyendo a Juan Meza, que salió en la primera entrada por lastimadura de un dedo. Esta primera edición fue ganada por el equipo de Hermosillo en una competencia organizada para 4 equipos: Carbó (que jugaba en la capital de Sonora), Guaymas, Empalme y Hermosillo. Al final del rol de juegos Hermosillo tenía 16 ganados por 7 perdidos, mientras que Carbó había concluido con 16 ganados por 8 perdidos; una derrota de los “queliteros” visitando a Empalme produciría un empate en el primer sitio y todo se habría de decidir en una serie extra;  los capitalinos no querían eso, de tal forma que estaban obligados a ganar.

 

En un terreno lleno de lodo durante el mes de agosto por haber ocurrido fuertes lluvias, el juego tuvo verificativo en la ciudad rielera abriendo por los de casa “Danny” Valenzuela, el de las 19 entradas, contra “El Güero Torres” de Hermosillo. Empalme anotó una en el tercero y dos en el quinto, mientras que Hermosillo se quitó la blanqueada con una carrera en la cuarta. Ganando los Rieleros 3 por 1, en la parte alta del octavo los “Queliteros” anotan dos para empatar sensacionalmente el encuentro, que finalmente se va a entradas extras. En el treceavo Hermosillo logra pisar la goma a salvo para adelantarse en el marcador y acariciar el campeonato, pero faltaban los tres outs más difíciles. “El Güero” Torres se sostenía aún en el montículo y quería la victoria. Después de un out, otorga una base por bolas y un pelotazo, por lo que se ponen en bases la carrera del empate y la del gane. El manejador Francisco López no lo piensa dos veces y trae del jardín izquierdo a Plácido Nevárez, su as en el pitcheo, mientras que Torres se va al jardín a sustituirlo. Plácido toma al bateador en cuenta de una bola sin strikes, y después de lanzar una pelota mala se anota tres strikes en fila para el segundo out; el siguiente bateador también es ponchado ahora con tres lanzamientos y Hermosillo se lleva el encuentro y con ello el Primer Campeonato de la Liga de Sonora. Los fanáticos que viajaron desde Hermosillo no se lanzan al diamante a felicitar a Nevárez… no… allá en el fondo… en el jardín izquierdo está el héroe de esta jornada, el gran “Güerito” Torres. Lo levantan en hombros, lo pasean frente a las tribunas, las manos echan humo de tanto aplaudir al “Güerito”… ¡Un momento de locura!. Carbó quedaría en segundo lugar de la tabla de posiciones, mientras que Empalme marcaría 13 ganados por 9 perdidos en la tercera posición;  el sótano hacía mucho tiempo que era propiedad de los Ostioneros de Guaymas concluyendo el torneo con 3 ganados y 19 perdidos…

 

(Probablemente con fecha de 1944)

 

 

SEGUNDA TEMPORADA (1945)

“Arriba Guaymas

 

Después del éxito alcanzando en la primera edición de la Liga de Sonora donde Hermosillo se coronó campeón aquel 27 de Agosto de 1944, el 18 de febrero de 1945 dio comienzo la segunda edición de esta contienda participando los equipos de Ostioneros de Guaymas, Rieleros de Empalme, Queliteros de Hermosillo, Vaqueros de Carbó y Yaquis de Obregón. En aquella primera serie, Empalme visitó a Hermosillo en una entrevista que fue favorable a los capitalinos; el domingo por la mañana Torres venció a Morris con marcador de 6-4; por la tarde Plácido Nevares victimó a Doroteo Valenzuela 3-1. La inauguración corrió a cargo del Presidente Municipal en aquel entonces, señor Francisco L. Carreón.

 

Para la organización de esta nueva contienda, se reunieron el día 23 de Enero de 1945 los representantes de los equipos y directivos en el antiguo Hotel Moderno de esta capital, a saber: Sr. Manuel Puebla (Presidente de la Liga y Representante del C. Gobernador Abelardo L. Rodríguez), Sr. Florencio Zaragoza (Guaymas), Dip. Manuel Torres Jr. (Carbó), J. de Saracho (Ciudad Obregón), Ciro Arce (Empalme), Fernando M. Ortiz (Hermosillo), Israel González (Alto Comisionado), Francisco L. Carreón (Presidente del Comité Hermosillo), Ramón Román (Club Anáhuac), Ignacio E. Romero (Tesorero de la Liga) y Miguel S. Durazo (Pro-Secretario del Comité), entre otras. Se levantó el acta correspondiente y se exigió a los equipos un depósito de $1000 pesos como garantía, suma que se perdería si algún equipo se retiraba.

 

El Sr. Fernando M. Ortiz elaboró el roll de juegos, que serían de 32 para cada equipo, dos por semana para concluir el 01 de julio. Quedaría Campeón el máximo ganador. El torneo resultó sumamente emocionante; ahora Guaymas daría la pelea ocupando los primeros puestos, mientras que Hermosillo quedó fuera de los honores de Campeón aunque con un equipo muy sobresaliente. Sorprende que una población tan pequeña como Guaymas haya tenido entradas tan fuertes en taquilla, en donde se recaudaron $18000 pesos en dos juegos, por ejemplo, lo que demuestra el espíritu y la afición de los porteños así como el cariño que le tienen ricos y pobres al Rey de los Deportes. Sucedió que al terminar el roll de juegos, en el standing Guaymas aparecía en primer lugar con medio juego de ventaja sobre Empalme debido a un juego que estaba pendiente entre ambos; los Rieleros exigieron la celebración del partido en discordia, pues si lo ganaban empataban con los Ostioneros en el total de juegos ganados y perdidos. Hermosillo por su parte también podría entrar en un triple empate de suceder lo anterior, pues le quedaba una serie de dos juegos pendiente con Carbó; de ganarlos podría aspirar a una ronda final por el Campeonato pues los tres equipos quedarían con el mismo número de victorias y derrotas. Pero no sucedió así; los Queliteros dividieron honores con los Vaqueros y solo quedaba entre Guaymas y Empalme la definición del Campeonato.

 

El partido debía celebrarse en Empalme, pero el encuentro tuvo lugar en el Estadio Abelardo L. Rodríguez de Guaymas pues el campo de los Rieleros no estaba en buenas condiciones; Empalme jugó entonces como home-team aquel encuentro durante la mañana del 08 de Julio de 1945. Juan Rivera fue el juez principal abriendo por los Ostioneros el cubano Julio Alfonso, mientras que por los vecinos lanzaría “el Damy” Valenzuela. Cantado el “Play Ball”, los Ostioneros rápidamente pisan la goma dos veces en su primera oportunidad al bat: después de ser retirado Verdugo (del 6 al 3), Morillón se embasa en error del tercera base Barreras; Correa sigue con rola hacia el short Flores, y sin tener oportunidad de forzar en segunda intenta el out en primera, pero desafortunadamente el tiro es muy alto quedando corredores en segunda y tercera. Julio Alfonso alarga el inning con un sencillo por encima del segunda base anotando ambos corredores. Guaymas por su parte, haría la segunda en el cuarto inning cuando Alfonso empieza elevando al jardín derecho; Puyans sigue con hit robándose la segunda; Robles es ponchado pero a continuación Mexía conecta doblete productor. En el sexto el club ostionero hace su cuarta y última anotación cuando Correa abre con hit doble por el jardín derecho; rápidamente intenta el robo de tercera y Barreras, el dueño del cojín, no puede sujetar la pelota permitiendo que el atrevido jugador llegue a la goma con la carrera que a la postre sería la de la diferencia.

 

En el cuarto capítulo Empalme se hace presente en el marcador: Camacho roletea difícil hacia la zona del pitcher y en mal tiro de Julio Alfonso logra llegar a salvo a segunda base. Flores sigue con rola al short stop siendo retirado en primera, pero el corredor avanza; Romero continúa con rola a tercera para el segundo out pero Camacho logra llegar a la registradora. En el sexto hace dos más embasando a dos corredores, uno con hit y otro en error del cuadro Guaymense, anotando después con bola ocupada y por doblete productor de  Pérez. En su última oportunidad el equipo de Empalme pudo alcanzar el empate: empieza embasando a su primer bateador con hit de Romero; Ibarra es ponchado y a continuación el temerario Romero se lanza al robo siendo out en  magnífico tiro de “Gato” Martínez; un elevado de Villasana al segunda base hace concluir un brillante duelo de pitcheo entre  Julio Alfonso y Valenzuela con juego completo para ambos.

 

 

TERCERA TEMPORADA (1946)

Guaymas Bicampeón

 

Todo Sonora quiso participar en esta tercera edición de la Liga; la cantidad de equipos se duplicó y se mantuvo el interés por todas partes. Sin embargo, esta temporada de 1946 que inició a mediados de marzo y concluyó a finales de septiembre, sería recordada como de las más problemáticas por el apasionamiento que reinaba entre jugadores, aficionados y directivos de las siguientes novenas: Mineros de Cananea, Internacionales de Nogales, Santos de Santa Ana, Vaqueros de Carbó, Naranjeros de Hermosillo, Ostioneros de Guaymas, Rieleros de Empalme y Trigueros de Ciudad Obregón. Nuevamente el equipo de Guaymas se llevó la corona por segundo año consecutivo terminando con récord de 54 victorias por 27 derrotas; Hermosillo tuvo que conformarse con el segundo lugar a 6 juegos de distancia, quedando el resto en las siguientes posiciones (con ganados y perdidos): 3) Cananea, 43-35; 4) Empalme 40-38; 5) Nogales 40-42; 6) Carbó 37-45; 7) Santa Ana 28-49 y 8) Ciudad Obregón 27-48. La escuadra de Guaymas contaba con: Alfredo Jiménez, Luz Esquivel, Ramón Correa (Manejador), Aurelio Espiricueta, Jesús Estrada, Pedro R. Morillón, Julio Alfonso, Alberto Verdugo, Guillermo González, Cirilo González, Ramón Betancourt, Antonio Navarro, Joaquín Robles, Gerardo Calderón y Florencio García.

 

Uno de los conflictos más serios sucedió en Nogales el día domingo 07 de julio de 1946 en un partido vespertino contra el equipo de Cananea. Con el partido empatado a 4 carreras en la parte baja de la entrada número once, el jugador nogalense Celaya se coloca en segunda base; a continuación Aguilar batea rola al pitcher y éste lanza la bola a tercera con la intención de sacar out al corredor que en forma temeraria buscaba una base extra. El juez “Nelo” Guerra declara seif la jugada y acto seguido el Capitán del equipo visitante, Alfonso de la Fuente,  se lanza furioso contra el ampayer invadiendo el campo de juego gran cantidad de espectadores en defensa del citado Juez. Al final, los jugadores de Cananea molestos por la apreciación abandonan el campo declarándose inmediatamente el “forfeit”, llevándose la victoria el equipo de casa. Esta fue la gota que derramó el vaso, y con una enérgica actitud el Gobernador del Estado General Abelardo L. Rodríguez retira el apoyo a la Liga cancelando el permiso para utilizar los Estadios de béisbol en un carta publicada el día 9 de Julio; sin embargo, el General ALR otorga el perdón tres días después, condicionando la reapertura a que los diferentes clubes de pelota “tomen aquellas medidas prudentes y necesarias para garantizar el orden y la disciplina en todos los aspectos del deporte”.

 

Cananea abrió la temporada en Hermosillo el día sábado 16 de marzo con victoria de 3 por 2; al día siguiente domingo por la mañana, los capitalinos empatan la serie beneficiados por la regla del “forfeit”. Sucedió que en la  parte baja de la novena entrada Cananea ganaba 2-1; al bat Naranjeros y  GililloVillarreal se embasa por bolas malas  lanzadas por Flores; Salazar conecta hit al jardín derecho en jugada de “hit and run” llegando Villarreal con el empate; Salazar queda en segunda. El cuarto bat Turner batea rola al short stop Bustamante quien dobla a tercera marcando  seif  el juez Manuel Matuz. El equipo norteño se molesta y abandona el campo pues el tercera base y manager De la Fuente defiende la jugada convencido de que fue “out”. Finalmente, por la tarde Naranjeros gana el último de la serie 11 a 10 dejando en el terreno a los Mineros en un emocionante partido que llegó hasta el inning número 11.

 

El Sin Hit del “Zurdo” Salvador Rodríguez

 

El día 03 de agosto de 1946 será una fecha que todo buen aficionado al rey de los deportes guardará en su memoria como un recuerdo imperecedero de algo grande y asombroso que presenciamos en nuestro campo máximo; algo que solamente habíamos leído en periódicos de Yanquilandia y que los cronistas deportivos de aquel país, tan duchos en reseñar los juegos de baseball, nos relatan con todo género de lujo. Esta memorable tarde la tuvimos aquí en la hermosa Ciudad de los Naranjos, en la legendaria Pitic una tarde calurosa como todas las de este mes, y más grande porque los muchachos de Santa Ana, los famosos “Santos”, venían capitaneados por Pancho López, el discutido Pancho que tantos triunfos dio a las diferentes novenas que estuvieron bajo su dirección. El juego dio principio a la hora anunciada, tres de la tarde; Manuel Mátuz sería el Umpire en jefe y canta las baterías: Campa, Catcher, Rodríguez, Pitcher por Santa Ana. Alejo Bay, Cátcher y Zulueta, pitcher por Hermosillo. Las entradas se sucedían una tras otra rápidamente ante la expectación del público que llenaba las graderías del Estadio de la Casa del Pueblo; fue un duelo a muerte entre el zurdo Rodríguez y el cubano Zulueta quien cargó con la derrota, no obstante que su equipo le jugó sin cometer ni un solo pecado. Claro, como que estaban jugando con los “Santos”.

 

Nada de esto hizo acobardarse al zurdo Rodríguez que esta vez venía en plan de coloso. El zurdo retiró en orden los innings primero, tercero, sexto, séptimo y octavo, recetando seis ponches como sigue: Pichelito Ortiz (2), Bay (2), Manito Román (1), Zulueta (1), despachando el encuentro en 27 veces oficiales al bat. Zulueta por su parte despachó en orden los innings primero, segundo, tercero y noveno, recentando cuatro ponches como sigue: Bernal (1), Sosa (2), Rodríguez (1) despachando el encuentro en 27 veces oficiales al bat. Santa Ana dejó 7 hombres en bases; Hermosillo a 5. Actuaron como Umpires: Manuel Matuz en home y Cruz en las bases. Rodríguez obsequió cinco bases por bolas y Zulueta tres. Solamente “Paletas” González le llegó a Rodríguez a tercera base y esto por errores del tercera base y primera en tiros malos. Tres hombres le llegaron a la segunda almohadilla: Ocampo por robo, Bay y Zulueta.

 

Las carreras las hizo Santa Ana en la sexta entrada de la forma siguiente: Rodríguez abrió con hit al jardín derecho; Miguel Arvizu lo forzó en segunda en intento de sacrificio; Miguelito sale al robo de la segunda base consumándolo bateando Bernal que fue ponchado para el segundo out; Ventura Morales conecta de hit entre el jardín central y derecho anotando Miguelito y pasando Morales a la segunda en el tiro que se hizo al pentágono; Martínez liga sencillo al jardín izquierdo y Ventura Morales anota la segunda carrera, mientras que Campa fue puesto fuera para el último out en rola al short stop. Zepeda conectó extrabase por parte de los Santos que fue doblete.

 

 LINE UP HISTÓRICO: SANTA ANA: Arvizu (ss, 3-1,1ca), Bernal (2b, 3-0), Morales (rf, 3-1, 1ca), Martínez (3b, 3-1), Campa (ca, 4-2), Villa (lf, 4-0), Sosa (1b, 4-0), Zepeda (cf, 4-1), Rodríguez (p, 3-1). HERMOSILLO: Ortiz (cf, 4-0), Valdez (2b,4-0), Turner (1b, 4-0), Ocampo (ss, 2-0), Collazo (rf, 4-0), Bay (ca, 3-0), Román (lf, 2-0), González (3b, 2-0), Zulueta (p, 2-0). Asistencia: 2000 aficionados. Duración del juego: 1 hora 45 minutos, “Estadio de la Casa del Pueblo”.

 

CUARTA TEMPORADA (1947)

Para “Internacionales” de Nogales el Título

 

En esta edición del año 1947, los “Cheritos” de Carbó y los “Ostioneros” de Guaymas abandonaron el circuito conformándose la Liga con las novenas de Nogales, Santa Ana, Hermosillo, Empalme, Ciudad Obregón y Cananea. Como en las anteriores ediciones, nuevamente los problemas económicos proliferaron en todos los frentes; en Hermosillo anteriormente la dirección y sostenimiento del Club capitalino había estado a cargo de Jorge Gutiérrez “El Chórchola”, quien con muy buen juicio y sentido común no accedió a las pretensiones de los jugadores que cada vez se manifestaban más exigentes pidiendo salarios estratosféricos. Terminó por abandonar el oficio y los mismos elementos no tuvieron más remedio que organizarse en Cooperativa, formando la sociedad peloteros como Humberto Larios, Pedro “El Pichelito” Ortiz, “Negro” Cota, “Llorón” Ocampo y Francisco Sosa, a quienes debemos reconocer que supieron organizar las cosas y sostener el béisbol en la capital de Sonora.

 

Los “Belloteros”  o “Internacionales” de Nogales jugando un béisbol de altos vuelos, se alzarían con el Campeonato dirigidos hábilmente  por el cubano Virgilio Arteaga, el “Tigre de Regla”, quien además completó el triunfo llevándose el título de bateo con un sólido 0.356. Algunos jugadores del team campéon fueron  Aurelio Espiricueta, Jesús Estrada, Jesús Mu Núñez, Guillermo Grajeda, Jesús Astiazarán, Ricardo Carrillo, Jesús Amaro, Ramón Betancourt, Manuel Escalante, Cirilo González, Cornelio Leal, Guillermo Ortiz, Alejandro Romero y Chapo Salas.

 

Manuel Echeverría (1913-1981)

 

En segundo lugar encontramos a los Yaquis trigueros de Ciudad Obregón dirigidos por Ismael Montalvo “El Oso”, quien supo sacar del sótano donde había vegetado el equipo por espacio de dos temporadas. A los Ferrocarrileros de Empalme los dirigió Zenón Ochoa que también fue pitcher abridor; Alfonso de la Fuente se encargó de los Mineros de Cananea, Juan Guerrero lo hizo para los Santos de Santa Ana de Don Arnoldo y Humberto Larios ocupó el cargo principal con los Queliteros de Hermosillo. Para esta temporada vuelve a lanzar en el verano el héroe de mil batallas Manuel Echeverría, el hombre toda voluntad, todo amor propio que defiende a su equipo con verdadero cariño: los Ferrocarrileros de Empalme. El Gran Ciclón se coronó como Pitcher Campeón lanzando para una efectividad asombrosa de 2.169, habiendo propinado 6 blanqueadas en 35 apariciones en la caja de los disparos. Uno de los partidos más memorables que se recuerdan de la Liga de Sonora ocurrió aquella mañana del 18 de Mayo de 1947 cuando Manuel fue partícipe en el juego de 20 entradas que se verificó en Empalme, correspondiéndole el triunfo por marcador de 2 a 1 contra los Santos de Santa Ana. En aquel desafío, inició por los Ferrocarrileros Zenón Ochoa manteniéndose por 15 entradas aceptando una carrera en el tercer inning; Echeverría continuó por otros 5 episodios manteniendo el marcador inmaculado. Lo increíble del caso es que los 20 episodios fueron soportados por el inmenso Tamaulipeco Juan Guerrero, aceptando el hit de la victoria salido del bat del mismo Manuel  y anotando la carrera el mismo Zenón que de la loma se fue a la primera base. Cabe mencionar que Echeverría había ganado un día antes en el primero de la serie con marcador de 3 a 2 lanzando juego completo.  El partido duró 4 horas 13 minutos  siendo los umpires Guadalupe R. Leal detrás de home y Manuel Durán en bases. Por Santa Ana hubo 70 turnos oficiales y para Empalme se consumieron 62; 13 hits  para los primeros y 9 para los segundos.

 

 

QUINTA TEMPORADA (1948)

Ciudad Obregón el Mejor

 

Desde el año de 1946 los aficionados de Navojoa trabajaban con ardor y empeño porque su pueblo ingresara a la Liga, y en aquel año nos mandaron como Delegado al señor profesor Rodolfo Miramontes N., quien oyendo las razones que se expusieron finalmente aceptó que era imposible la inclusión de Navojoa pues la cantidad de equipos  era impar y eso a nadie convenía, tampoco nadie se salía y no había otro más que quisiera ingresar para arreglar el roll de juegos. Pero en 1948 por fin los Mayos pueden participar en la quinta temporada de la Liga de Sonora, pues se tuvo que lamentar la pérdida de uno de los más queridos miembros, el de los Rieleros de Empalme; los altos salarios de su nómina le impedían continuar en esta nueva edición y Navojoa estaba listo desde hace tiempo para tomar el lugar vacante, tomando la representación del equipo el Sr. Alfonso Santini.

 

El día 27 de marzo de 1948 Obregón y Navojoa entran al campo para el juego inaugural. Desde este momento, el Estadio “Revolución” es el teatro  de una lucha tenaz, un lucha caballeresca y noble. Allí tenemos reunidos desde los más altos representativos del comercio, la banca y la industria, hasta los más humildes labriegos, gente del pueblo que se confunde con la gente bien; puede decirse que todo Navojoa está allí; no hay distingos, no hay rangos, no hay jerarquías, todos gritan, todos aplauden, todos quieren y piden el triunfo de su novena y mientras tanto los Yaquis, los representativos de la otra tribu sonorense, se presentan con otro poderoso conjunto que hace pensar muy seriamente a los Mayos.

Toca en suerte a un muchacho nativo del lugar abrir el fuego contra las huestes invasoras, este es: Manuel Echeverría, el joven que desde su infancia supo darle a su pueblo muchos laureles, muchos triunfos que están todavía grabados en la mente de todos los navojoenses. En la lista del equipo Mayo figuraron ese año: Manuel Echeverría (pitcher y manejador), Humberto Angulo, “El Gringo” Alfredo Lares, José Uzcanga, Francisco Alcaraz, Luis Castro “El Texano”, Ramón Martínez “El Pisi”, Manuel Escalante “El Changuito”, Hilario Espinosa “Farina”, Gaspar Valdez, J. Refugio Alvarez, Jesús Leyva, Francisco Esquer, Víctor Manuel Chávez, Julio Alfonso (Cubano); después son registrados: Raúl Castro, Valente Cruz, Juan Venegas, Jesús Mora, Rubén Flores, Lino Romero, Miguel “Pilo” Gaspar, Chávez Becerra y Rosendo del Río “Lolis del Río”.

 

Por su parte Obregón registra en su lista: Laureano Camacho “Kiriki” (catcher y manejador), Alberto EsquedaBeto” Rodríguez (líder en ponches de la Liga de la Costa), José María Arvizu, Antonio Estrada “El Músico”, Eloy Barrera, Luis Martínez “Chito”, Angel López “El Negro”, Jorge Galinda (que no se presentó), Carlos Regalado (tampoco se presentó), Vicente Dueñas (novato), Ramón Lucero (novato), Jesús Reza “La Borrachita”, Jesús Llamas “El Chino”, Ambrosio Camacho, Fernando Preciado, Adolfo García “El Chamaco” (no se presentó), Gustavo V. Galaz, Esteban Meza, Fernando Romero (novato), Octavio Foncerrada y después José Ayala y Pedro González que pertenecían al Santa Ana y Ramón “Manito” Román que perteneció a Hermosillo. Los Mayos de Navojoa entran al campo aquel sábado 27 de Marzo de 1948 con el siguiente line-up: Uzcanga (ss), Lares (cf), Julio Alfonso (rf), Castro (3b), Alcaraz (1b), Martínez (ca), R. Castro (2b), Esquer (novato) (lf), Echeverría (pitcher); los Yaquis tendrían a su vez la siguiente alineación: Barreras (ss), Olivas (lf), López (3b), Montalvo (1b), Camacho (ca), Martínez (2b), Galaz (cf), Estrada (p), Dueñas (rf).

 

Equipo “Yaquis de Ciudad Obregón”, Campeón en la V Liga de Verano de Sonora

Fotografía Proporcionada por Francisco “Borrego” Tapia (Abajo en la extrema derecha del observador)

 

Un grito ensordecedor invade el espacio y Leal canta el primer strike; arrecia la gritería y aquel hermoso espectáculo que observamos en las graderías se convierte en  un manicomio; las apuestas se cruzan a la par y hasta hay quien se atreva a “dar tronchado” todo a Navojoa naturalmente, como que parece que van en “caballo de hacienda”. La bola rápida de Manuel cruza el pentágono echando humo y en la segunda mitad de la primera entrada los mayos ponen seis carreras en el pizarrón, lo que hace pensar que el juego está en el refrigerador; nada de eso, los Yaquis dan pueba de su bravura, no se amilanan y atacan con brillo como dicen las gentes grandes del baseball; “jamás es tarde”, los juegos se pierden hasta poner fuera al último hombre y es tanto el coraje de los hijos del Bacatete, que logran anotarle cuatro carreras a Echeverría en la segunda entrada; el juego sigue su curso y los Yaquis siguen atacando con denuedo hasta conseguir otras seis anotaciones en la quinta para en esta forma llevarse el primer juego de la serie de la temporada, y que Manuel reciba así su primera derrota lanzando todo el partido. El relevista José María Arvizu detuvo a los cañones Mayos blanqueándolos en 8 entradas un tercio, después de que “Músico” Estrada solo retiró dos outs en la primera. SUMARIO DEL JUEGO INAUGURAL: ROBOS: Camacho; JONRONES: Julio Alfonso (1); TRIPLES: Camacho y Castro; DOBLE PLAYS: Barreras a Martínez a Montalvo; Castro a R. Castro a Alcaraz. CARRERAS PRODUCIDAS: Camacho (2), Olivas (2), Martínez (2), Galaz, Arvizu (2), Julio Alfonso (3), Esquer y Echeverría (2); CARRERAS LIMPIAS: a Estrada 6 en 2/3; Arvizu 6 en 8 1/3. Echeverría 13 en 9 entradas. PONCHES: Arvizu (2), Echeverría (10); BASES POR BOLAS: Estrada (1), Arvizu (6), Echeverría (2). Dejados en bases: Obregón (6), Navojoa (13). Pitcher vencedor: Arvizu; derrotado: Manuel Echeverría. DURACIÓN: 2:20 horas; Umpires: G. Leal en home y A. Díaz en bases. Anotador Oficial: J. T. Coronado.

 

A los dos meses de iniciada la temporada, y después de innumerables problemas que tenía que afrontar como responsable de la Liga de Sonora, hubo una persona que me anunció algo desagradable: “Miguel… la novena de Cananea se les sale de la Liga; andan mal de centavos y como tú debes de comprender, su situación es crítica”. Esa persona era Pancho López quien había hecho un viaje al Mineral de Cananea por aquellos días  y se dio cuenta exacta de la situación del conjunto. Los directivos del club habían sido abandonados a su suerte de parte del Sindicato de la Sección 65.

 

Nunca dudé de la veracidad de lo que me decía Francisco, porque éste no tenía porqué mentir; más no dejé de creerlo porque también nosotros en Hermosillo sabíamos que algunos de los jugadores de aquel mineral habían empeñado sus casas unos, sus automóviles otros y los demás tenían letras firmadas en el banco para poder sostener al equipo; pero cuando acabé de darme cuenta exacta de esta situación fue cuando Cananea tuvo que vender su serie a Navojoa. Con esta base hice un viaje a Nogales pretextando que iba a terminar de arreglar los asuntos de Ciudad Obregón-Nogales, pero no era tal. Arpoveché que Cananea jugaba en Nogales y en esta población pude platicar ampliamente con Alfonso de la Fuente, Francisco Bustamante, Armando Rodríguez y otros jugadores más asegurándome ello seguir en la justa diciéndome que con la serie que habían vendido a Navojoa habían cubierto sus compromisos; con este motivo, se me volvió el alma al cuerpo y me regresé con la creencia firme que todo seguiría viento en popa.

 

Pero… ¡oh desilusión!... Al día siguiente me hablan por teléfono desde Cananea; era Alfonso de la Fuente quien a quema ropa me dijo: “Miguel… siento decirte que siempre nos retiramos de la Liga”… No hallé que que pensar en aquel momento; me quedé sin respiración… fuera de mi mismo… Un momento después contesté: “bueno… está biénconfirmame esto que me acabas de decir por escrito”. Al día siguiente tenía la confirmación en mis manos. El club de Cananea estaba en el sótano de la Liga desde hace mucho tiempo y eso influyó en las entradas. El Sindicato retiró su ayuda la cual consistía en que cada minero aportaba $6.00 pesos al mes descontados por nómina. Convoqué con la rapidez que el caso requería para tener una junta extraordinaria y no quise celebrar dicha reunión en esta ciudad; escogí la población de Santa Ana y nos reunimos la noche del sábado 28 de mayo de 1948 en la “Terraza de los Fresnos”. Asistieron  los señores Don Manuel Osete, Enrique Vázquez Bou y Manuel Espinoza por Nogales; Fernando M. Ortiz y Humberto Larios por Hermosillo; Guillermo Caldelas J. por Navojoa; Arnoldo Moreno F. por Santa Ana, faltando la representación de Obregón  del señor Octavio Ibarra Balderrama y por supuesto, Cananea que ya estaba ausente. Asistió también el Tesorero de la Liga Sr. Ignacio E. Romero así como el Dr. Felipe Arreola representando al Semanario “Nogales Deportivo”. La asamblea se prolongó demasiado y se decidió por mayoría de los miembros continuarla en Nogales al día siguiente para dar tiempo a la llegada del Sr. Ibarra de Obregón. Nos reunimos en el Banco de Nogales, SA, llegándose al acuerdo de que Cananea y Hermosillo salían de la Liga en esta temporada. Los representantes de Hermosillo argumentaban que no les convenía continuar por dos vueltas más exigiendo que la temporada concluyera en la segunda semana del próximo mes de Julio; de esta forma continuarían los siguientes equipos: Nogales, Santa Ana, Obregón y Navojoa.

 

Los jugadores de Hermosillo: Francisco Sosa, Armando Cota, David Ocampo, Ventura Morales, Refugio Bernal y Mario Ariosa pasarían a los Santos de Santa Ana, y éstos transferían a Ciudad Obregón a los jugadores José Ayala y Pedro González así como al pitcher Antonio Ray Briones para Nogales. Se acordó un nuevo roll de juegos con dos vueltas; el ganador de cada vuelta se enfrentaría en una serie final a 7 juegos. En la primera vuelta ganó Obregón mientras que los “Contrabandistas” se llevaron la segunda. El campeonato debía jugarse empezando los cuatro primeros juegos en Nogales y los tres restantes en Obregón. En caso de empate, el último desafío se celebraría en Hermosillo. Sin embargo nada de esto sucedió,  por motivo de que los fronterizos no quisieron verificar ni un solo juego en Nogales, ya que su manejador y sostenedor señor Don Manuel Osete fue soezmente insultado por un fanático del lugar y castigaron de ese modo a la afición. Entonces la serie se cortó a tres juegos, uno el sábado 14 de Agosto y los dos restantes al día siguiente, aunque el tercer juego no sería necesario pues Obregón ganó dos de manera consecutiva alcanzando de este modo el gallardete. El primer partido fue una victoria de 4 por 1 con lanzamientos de Ramón Román que aceptó 8 hits, otorgó 7 bases por bolas con 5 ponches; el pitcher perdedor fue Valdez con relevos de López y Rodríguez. El segundo desafío fue una victoria de 9 por 4 con triunfo para Santos siendo Rodríguez el derrotado. Cuatro carreras en el primer inning, dos en el quinto, una en el sexto y dos en la novena le dieron a Obregón su primer título en el béisbol de Sonora. El line up de Obregón en aquel último juego fue: González (ss), López (3b), Martínez (2b), Camacho (ca), Olivas (1b), Ayala (cf), Betancourt (lf), Francisco Tapia (rf), Flores (rf), Santos (p), Arvizu (p). Por Nogales: Amaro (2b), Martínez (ss), Mayer (3b), Arteaga (1b), Carrillo (rf), Gómez (ca), Leal (cf), Cota (lf), Romero (lf), Rodríguez (p), López (p), Acosta (p).

 

 

SEXTA TEMPORADA (1949)

El Adiós sin Campeón

 

El día 26 de febrero se celebró una junta muy importante en la ciudad de Hermosillo para definir el destino de esta temporada; se nombró como Presidente al C. Arquitecto Don José López Moctezuma por instrucciones del Gobernador Lic. Horacio Sobarzo (Interino). Asistieron como delegados de Empalme: Manuel Camacho y Juan M. Gaspar; Cananea: Alfonso de la Fuente; Hermosillo: Humberto Larios; Navojoa: Clemente Alvarez;  Santa Ana: Bernardo Pettet y José Márquez Flores; Nogales: José Martínez R., Ernesto R. Félix, Angel García y Alberto R. Meyes. Según las deliberaciones, el señor Manuel Camacho afirmaba que la Liga se había desviado por completo del camino que se había trazado, pues desde la IV temporada empezaron las contrataciones de profesionales ocasionando pérdidas económicas. Los representantes de Navojoa, Nogales y Santa Ana, deseosos de ver jugadores de cartel, insistían en la contratación de peloteros de paga por lo que Camacho vuelve a salir derrotado. El señor José Martínez R., Presidente de la Sociedad Deportiva Nogalense, es quien lleva la palabra y dirigiéndose a los asambleístas pide que el número de profesionales sea cuatro, pues según él, los aficionados nogalenses les están exigiendo mejor calidad de pelota siendo este motivo que tienen para contratar más profesionales. El arquitecto López Moctezuma se une al comentario de Camacho, pues afirma que la Liga de Sonora fue creada con el fin de estimular a los jóvenes guiándolos por el buen camino del deporte y que Sonora siga siendo el granero más grande de la República en producción de peloteros; Alfonso de la Fuente, de Cananea, se une a Camacho pues en forma amplia y detallada explica que si el año pasado fracasaron fue por los famosos profesionales que se extasían pidiendo sueldos y más sueldos.

 

Después de algún tiempo de deliberaciones, Camacho decide llevarse a Empalme y no participar en la contienda siendo secundado por Hermosillo; esta temporada quedaría integrada con los equipos de Nogales, Cananea, Santa Ana y Navojoa. Camacho concluye su intervención con una advertencia: “esta bién… ustedes ganaron… pero la Liga no llegará a su fin porque van a fracasar rotundamente”.

 

El 26 de marzo ha quedado grabado en la mente de todos los buenos aficionados que tuvimos la suerte de asistir a Santa Ana, donde tuvo lugar un evento deportivo-social jamás visto en nuestro suelo. El Comité Organizador de la Inauguración de la VI Temporada en la ciudad de Santa Ana echó la casa por la ventana invitando en elegantes esquelas a los aficionados del Estado, autoridades civiles y militares y a lo más granado de los deportistas del Estado de Arizona; el comité estuvo integrado por:  Prof. Alfonso Marín Retiff, José Márquez Flores, Bernardo Pettet, Fernando Aragón, Ernesto Rentaría Silva, y secundados por las guapas señoritas miembros del Club “Orquídea”; para amenizar la ocasión fueron invitadas las “Majoretes” de la High School de Nogales Arizona, así como a la bien organizada banda del mismo plantel presentando el bailable de “La Raspa”, entre otras, que gustó mucho. Como invitados de honor asistieron el C. Gobernador de Sonora Lic. Horacio Sobarzo y Mr. Ben Sweyg, Cónsul Americano en Nogales; les dio la bienvenida el Sr. Don  Arnoldo Moreno F., comerciante en gran escala y Presidente Municipal de Santa Ana. Se aprovechó la oportunidad para el acto protocolario de ponerle el nombre “Roberto Moreno” al Estadio de Béisbol de Santa Ana, a fin de preservar la memoria de este ilustre personaje que siempre procuró el bien de esta comunidad. Fue encargado de presentar una semblanza de Don Roberto el señor profesor Alfonso Marín Retiff, Director de la Escuela Secundaria de la localidad.

 

En la tribuna central estaba lo más granado de la sociedad de Santa Ana, Hermosillo y Nogales, rodeando a la muy respetable señora Doña Rosa Faeber Viuda de Moreno y teniendo a su lado a sus hijos Arnoldo, Roberto, Sergio, Señora Aída Moreno de Dávila y la señorita Elvira Moreno, que vienen a ser los anfitriones de tan magno acontecimiento social y deportivo. Para terminar con tan solemne inauguración de nuestra Liga, se sirve una suculenta barbacoa estilo Sonora acompañada con una deliciosa salsa de chile verde y rociada con la famosa ambarina: nuestra “High Life”. Por la tarde, siendo las dos y media en punto, el Lic. Sobarzo Gobernador Interino del Estado, y en compañía de los señores Puebla, Durazo, Galaz, Vázquez y otras personalidades, se encaminan al fondo del parque en donde se encuentra el pizarrón, y a los acordes marciales de la banda de guerra del honorable cuerpo de Bomberos de Nogales Sonora, el C. Gobernador iza nuestra querida enseña Patria mientras en las tribunas la música hiere los aires con nuestro canto de guerra: El Himno Nacional Mexicano. Después la comitiva se encamina al centro del diamante y ya en el cerro de los disparos el Lic. Sobarzo lanza la primera bola que viene a ser una curva: “la panzona”, que quiebra en el mero centro para un magnífico “estraick”; batea el señor Miguel F. Vázquez y la recibe Don Arnoldo. El viejo Lupe Leal y Jesús Astrain son los hombres vestidos de azul que cubren este evento; Leal está tras el home y canta las baterías: por Nogales Manuel “Negro” Morales, pitcher; Caliquín Gómez, cátcher. Por Santa Ana Gustavo “Chato” Bello, pitcher; Laureano Camacho, cátcher. Se escucha después el primer grito cuando Leal levanta la mano derecha y dice… “estraick”…

 

En las graderías reina el optimismo de parte de los santanenses no obstante que los “belloteros” traen en sus filas a bateadores de la talla de Carrillón, Arteaga, Kico Martínez, Lorenzo Ortiz, Cabezón Uriarte y otros más que contestan a cualquier hora. Por su parte, el “Negro” Morales tiene que vérselas con hombres tan temibles como Laureano Camacho, “Sordo” Solano, Guachito Fuentes, Ventura Morales, “Periquín” González y Walter O’Graham que les pegan por donde quieran. Hay que ver la algaraza que se arma en los tendidos, las porras belloteras animan a sus muchachos, arman camorra, pero una camorra constructiva, alegre, guasona, nada de insultos; parecía que todos habíamos egresado de la Universidad. Poco les dura el gusto a los guasones nogalenses porque los “Santos” (vaya nombrecito), se confabulan con Satanás y en un santiamén le encuentran la bola al “Negro” que hace esfuerzos inauditos por sostenerse en el centro del diamante; solo consigue permanecer siete entradas para ser relevado por “Chupas” Encinas admitiendo entre los dos la friolera de trece imparables. Los Belloteros reciben así su primera blanqueada de la temporada y de 8 carreras a 0, con victoria para el abridor Gustavo “Chato” Bello.

 

Pero el domingo por la mañana, día siguiente, los famosos Santos se encuentran con Satanás personificado en el “Manito” Román, quien es el encargado de vengar a sus compañeros de la afrenta del día anterior. La anotación fue de 7 a 2; Román es producto de la Liga de Sonora teniendo de enemigo al “Chinito” Rivera que está creciendo cada vez más. Por fin Rivera se desinfla y aquí fue donde “la burra tumbó a Gustavo” pues los belloteros le pierden el respeto. El “Negro” Morales, a la altura del séptimo episodio y bateando por “Manito”, le manda la esférica hasta el otro lado de los adobes para acreditarse el primer home run de la temporada en este hermoso estadio, que sin duda pasará a los libros de registro de la Liga.

Estando la serie empatada, los radioescuchas de Nogales se vienen más prontos que apurados a ayudar a sus consentidos armando una porra de todos los diablos; pero para el juego de la tarde, es “Indian” Torres quien se encarga de mandar al centro del diamante a un muchacho desconocido pero que trae etiqueta de “importado” y que responde al nombre de Jesús Barbosa, a quien los contrabandistas lo tratan de fea manera teniendo que salir rápido a las regaderas porque no pudo con el paquete. Torres sale en su auxilio pero también pasó “las de Caín” teniendo que dejar su puesto a otro producto de la Liga de Sonora, Walter O’Graham, que lo vimos más cuajado, más completo. Walter conserva la delantera que dejó su manejador y gana Santa Ana con anotación de 12 a 7.

 

Ahora pasemos a otro lugar en donde también se está inaugurando la sexta temporada del circuito: Cananea. Allí, los “cascados” del “Chivito” de la Fuente hacen los honores a los Mayos que vienen comandados por un lobo del diamante: Zenon Ochoa. Por su parte, los cananenses están otra vez comandados por el eterno chivito  que no le hace mella el correr de los años; cuenta nuestro buen amigo con un staff de pitcheo bastante bueno figurando entre ellos otro eterno, Manuel Echeverría, Tony Ponce, y otro veterano más “Barbitas” Acuña, amén del novato Raúl Romero que está enseñando gran forma y voluntad. El Presidente Municipal, C. Jesús Juvera, pone en vertiginosa carrera en acción nuestra Liga haciendo él mismo el primer disparo, no sin antes haber izado nuestra enseña Patria a los acordes del Himno Nacional. El primer lanzamiento es recibido por otro no menos veterano: José Tapia, quien hace un somero recordatorio de aquellos días felices que pasábamos en el terreno baldío que había frente a la Iglesia del lugar, en la Mesa del Green. Con una novena coja por completo, los mineros hacen frente a los trigueros del Mayo quienes mandan  a  su “as”  Julio Alfonso al  centro del diamante; por su parte, los “tuzos” mandan a Echeverría quien aguanta toda la ruta siendo recibido por el “Gordo” Bay fuera de entrenamiento. Todo pintaba color de rosa para los surianos quienes al batear la primera mitad del noveno inning tienen un marcador de 9 a 5 carreras a su favor, pero los Mineros no se amilanan y en su último turno empatan la anotación a nueve para pasar a extra innings, teniendo que suspenderse el desafío por falta de luz a la altura del onceavo episodio.

 

Para el segundo encuentro, los Mineros mandan al centro del diamante al pochito Tony Ponce, quien no las atrae todas consigo y tiene que abandonar el juego siendo sustituido por el novato Raúl Romero, recibiendo éste igualmente una andanada de garrotazos de todos tamaños y calibres para acumular un total entre los dos de 21 hits y perder el encuentro 13 a 4 carreras. “Catuti” Santos se lleva la merecida victoria recibiendo solamente 8 imparables.

 

Por la tarde los Mineros mandan al centro del diamante al “Barbitas” Acuña, héroe de mil batallas y quien en repetidas ocasiones fue la sensación en nuestro Estado, pero el rodar de los años se encarga de anular a las más fuertes constituciones y una de sus víctimas es el mismo “Barbitas”, que comienza a declinar su estrella; solo consigue sostenerse unas cuantas entradas para dejar su puesto al novato Raúl Romero quien no da “pie con la bola”  para que entre el siempre voluntarioso Manuel Echeverría, recibiendo entre los tres una soberana paliza y permitir que los arroceros se apunten una victoria de 17 a 2. Esta es la historia de la primera semana de la Sexta temporada de la Liga en donde todos los dirigentes teníamos puestas nuestras miradas y rogándole a todos los Santos porque llegáramos al fin de la jornada pese a los malos augurios.

 

El Alto Comisionado Mario de la Fuente puso su mejor esfuerzo para lograr el éxito en esta campaña; en un escrito dirigido a los dueños de los equipo y jugadores escribió: “Por tener vívido interés para que la próxima temporada sea todo un éxito deportivo y que los hombres de negocios que integran los Comités de Nogales, Cananea, Santa Ana y Navojoa no sufran pérdidas como hasta la fecha lo han venido haciendo cada temporada, y por el cariño que le tengo al beisbol de Sonora, me permito dirigir la presente en forma enteramente constructiva a todas las personas que componen nuestro medio beisbolístico.  Siendo un aficionado de hueso colorado, me dirijo a la afición de nuestro Estado  para pedirle su colaboración desinteresada en pro del beisbol de la Liga de Sonora. Esta colaboración puede consistir en su asistencia a todosl los juegos que se verifiquen en las respectivas ciudades que forman la Liga alentando con nutridos aplausos tanto a los jugadores de casa como a los visitantes…. Por último, quiero recordar a los cuatro comités de la Liga de Sonora que cuiden los ingresos y egresos durante 1949 para que al finalizar la temporada no sufran pérdidas innecesarias obligándolos tarde o temprano a desamparar nuestro beisbol por resultar siempre incosteable”.

 

Pero toda intención quedó truncada; el día 13 de Junio de 1949 será la fecha que nos deja muy malos recuerdos porque fue en este día cuando nos reunimos en La Casa del Pueblo los señores Dr. Alfonso Durán Vázquez (Presidente de la Liga), Mario de la Fuente (Alto Comisionado), Alfonso de la Fuente (Representante de Cananea), Alberto R. Meyes (Nogales), Don Arnoldo Moreno F. y el Prof.. José Márquez Flores (Santa Ana), Miguel S. Durazo (Secretario de la Liga con la representación de Navojoa), quienes discutieron ampliamente y con grandes deseos de seguir adelante abordando todos los aspectos de los diferentes problemas y buscándole una vez más la cuadratura al círculo con el fin de no dejar morir nuestra Liga.

 

Pero todo fue inútil, desgraciadamente hubo factores  en verdad difíciles que se interpusieron en el camino y sobre todo un enemigo  muy poderoso: el Dr. Eduardo Quijano Pitman, Presidente de la Liga Mexicana. El Dr. Pitman, tanto por teléfono como por carta, exigía la presentación de muchos peloteros estrellas de la Liga de Sonora para que se incorporaran a los clubes de la Liga Mexicana a donde  supuestamente pertenecían sus contratos.

Laureano Camacho, cátcher de Santa Ana, fue el primero que abandonó al equipo para incorporarse al club de Torreón aceptando por supuesto un mejor salario; a cada momento el Dr. Quijano mandaba cartas con ofertas muy  tentadoras a Claudio Solano y a otros más. Don Arnoldo Moreno F. muy indignado se dirigió al mencionado Doctor exigiendo que respetara nuestro beisbol , cosa que con la mayor de las hipocresías el famoso galeno contestaba que por ningún motivo molestaría a sus jugadores, pero por debajo de cuerda seguía su obra maldita. Moreno se dirigió personalmente con el Dr. Pitman con caballerosidad y decencia haciéndole ver los muchos trastornos que nos estaba acarreando, pero lejos de comprender lo nefasto de su actitud, arreció contra nuestra Liga. La profesía de Manuel Camacho lamentablemente se cumplió.