LOA A VINICIO GARCÍA
Por Jesús Alberto Rubio
En su época juvenil, Vinicio García Uzcanga
deseaba perfeccionarse como bateador ambidextro, tal y como se vio en su
debut con el México Rojos en la campaña del 44 cuando entró de emergente a
batear ¡de zurdo!
Antes de saltar al profesionalismo, de adolescente, se le
vio con todo el entusiasmo de la vida jugando en el puerto jarocho al
lado de Memo y Bernardo López, Pedro “Charrascas” Ramírez y Beto
Avila. Sin embargo sus sueños y metas iban más allá
de su tierra natal: Dejó el puerto jarocho donde nació el 13 de diciembre del
24 y se fue a jugar con el equipo Agricultura de la Liga de Aficionados
de la Ciudad de México.
El 44 los Rojos de Ernesto Carmona estaban ya fuera de la
pelea y se dieron a la tarea de contratar jóvenes novatos como Manuel Magallón, Jorge “Chorejas” Bravo,
Salvador “Rata” Vargas, Toño Navarro, Filomeno “Memo”
Ríos… y Vinicio García. Así llegó el jovencito veracruzano al México y en su
primera actuación al bat, el dos de septiembre en el Parque Delta, se enfrentó
bateando ¡de zurdo! ni más ni menos que a Daniel “La Coyota”
Ríos, del Monterrey, recibiendo base por bola; luego en el siguiente turno le
conectó hit dentro del cuadro. Ese año, jugó ocho partidos y tan sólo bateó
para .222, con doce impulsadas.
Zenón Ochoa le cambia la forma de
batear
Para el 45 con el fin de tener más oportunidad de juego,
decidió probar suerte en lo que ya era la segunda temporada de la Liga Nacional
y se vistió en la franela de los “Mineros Grises” de Parral y ahí tuvo primero
de mánager y short stop a Vicente Moctezuma,
quien luego fue sustituido por Zenón Ochoa. Fue Zenón precisamente quien le
quitó la idea de batear de zurdo, convirtiéndolo pronto en su segunda base y
primer en el orden en el line up. Ahí conectaría ya
de derecho su primer jonrón como profesional; al
final del rol, bateó .260, once dobles 7 triples y 49 producidas.
En el béisbol de la Costa y de Cuba
Terminada la campaña, apareció en el béisbol invernal en lo
que fue la primera temporada (45-46) de la recordada Liga de la Costa del
Pacífico jugando con los Venados de Mazatlán. ¡Qué privilegio haberlo tenido,
muy jovencito, en esa histórica primera campaña de la inolvidable Liga de la
Costa!
En el verano del 46 reapareció en la Liga Mexicana con los
Tuneros de San Luis y luego en invierno de ese mismo
año tras mostrar su categoría, fue contratado por los Elefantes Verdes de
Cienfuegos en el Campeonato Invernal Cubano y allá tuvo de timón a Martín Dihigo. Volvió en el verano a los Tuneros y de nuevo en el
invierno se fue a Cuba a jugar con el equipo de Santiago. El 48 retornó a
México y apareció con los Pericos de Puebla porque su segunda base estelar, Beto Avila, estaba partiendo
hacia la organización de los Indios de Cleveland.
Para la historia
Cuando Vinicio García fue al poderoso béisbol cubano
también allá demostró su etiqueta de calidad y, de su estancia en la
isla, se tiene dos grandes instantes registrados en el rico anecdotario del
béisbol: Primera: aquella vez en la temporada del 46-47 cuando le echó a perder
la joya del doble cero al “Monstruo” Max Lanier, de los Azules de Almendrares, ¡conectándole de hit
cuando estaba a un out de consumar tal hazaña!
La otra, cuando en esa misma campaña jugando la segunda base
con su club Cienfuegos, le quito un hit a Beto Avila, del Marianao, lo que al
final de la campaña de haber caído, le hubiera dado el título de bateo. Fue
un gran engarce de Vinicio, tirándose hacia su izquierda a una fuerte línea de Beto, la que le pegó de aire en la muñeca de la mano del
guante, cayó, la levantó rápido y ¡out en primera… y adiós corona de bateo! Y
es que con esa atrapada, Lou Klein
se llevó la corona ofensiva jugando para los Rojos de La Habana.
Campeón bat en la Arizona-Texas
En la temporada invernal 48-49 volvió a los Venados, pero
fue ya en esos estos años cuando realmente habría de comenzar mostrar un nuevo
perfil y a tener una relevante etapa en su trayectoria: Y así fue: buscando
nuevos horizontes, en 1949 se unió al equipo de Ciudad Juárez en la liga
Arizona-Texas, Clase C y ¡vaya sorpresa!, el gran veracruzano consiguió su
primer título de bateo con un altísimo .377.
El verano siguiente de nuevo estuvo con Obregón y Los Mochis
en la Costa, pero su ímpetu ya no se detenía. Cd.
Juárez vendió su contrato a Shreveport de la Liga de
Texas, Doble A. Después consiguió otro
título de bateo en la Liga del Golfo jugando con Cd. Mante; también vio acción en la Pacific
Coast League con
Corpus Christi y todo ese recorrido le sirvió para
ser tomado en cuenta por los Orioles de Baltimore, quienes en la campaña del 54
lo subieron al equipo grande.
10 años en EU
Vinicio tuvo la oportunidad de jugar como suplente en
la segunda de Bobby Young,
por lo que sólo vio acción en 39 partidos bateando siete hits
(2 triples), produjo 5, anotó seis, recibió 8 bases y promedió sólo .177. En
ese equipo oropéndola estaban Eddie Waitkus, Bobby Young, Vernon Stephens,
Billy Hunter, Jim Fridley, Diering,
Cal Abrams, Clinton Courtney y los pitcheres que destacaron con los Yankees Bob Turley
y Don Larsen, el del único juego perfecto en la Serie
Mundial del 56 contra Brooklyn, entre otros. Solamente
doce veces patrulló la segunda los juegos completos. Esa actuación de “Chico”,
como le llamaban en ese béisbol, no le gustó al mánager
Jimmy Dykes y lo puso a
disposición de los Dodgers de Brooklyn,
quienes decidieron enviarlo a su sucursal en St. Paul.
Sin embargo, “Chico” García decidió irse a Toledo, en la
Asociación Americana, Triple A, sucursal de los Bravos de Milwaukee
y ahí subió su porcentaje a .302. Cabe advertir que en la temporada 1954-1955
con el Club Aztecas de la Invernal Veracruzana, Vinicio fue subcampeón de
bateo (.379) superado por el inolvidable Jim
Rivera del campeón México Rojos, quien bateo para 443. Total que, esperando una
oportunidad de quedarse en el mejor béisbol del mundo, “Chico” se pasó 10
temporadas; nueve en Triple A, con Shreveport, de la
Liga de Texas; Toledo, Wichita, lndianápolis
y Dallas, de la Asociación Americana, y una con los Orioles. Allá estuvo hasta
el 60.
Con los Sultanes y marca de dobles
En el 60 debutó con los Sultanes de Monterrey y mire qué
cosa: apantalló bateando para .351 y 16 cuadrangulares, con 102 anotadas y 75
impulsadas. La siguiente campaña volvió a demostrar que ya era un bateador de
alto voltaje: .346, además de ese año establecer el récord vigente de 49
dobletes. El 62 fue parte fundamental en la coronación de los Sultanes (pegó
.341), al lado de Héctor Espino, Juan Delis, Yaqui
Ríos, Alonso Perry, Bill Parson, Jesús “Bronco” Rosales, Artie
Burnett, Jaime Corella y
los lanzadores Panchillo Ramírez, Evelio
Hernández, Tony Dicochea,
Miguel “Mike” Cuéllar, Juan
Piedra, René Gutiérrez, Rodolfo “Mulo” Alvarado y Memo “Pantalones”
López. Esa campaña tuvo debut triunfal el mánager
Clemente “Sungo” Carrera.
Pero fue en 1963 cuando quizá ganó el trono ofensivo más
importante de su carrera jugando para sus queridos Sultanes de Monterrey: Le
ganó la carrera a Al Pinkston por milésimas y de esa
forma terminar con la racha del norteamericano de cuatro títulos de bateo en
forma consecutiva. Pinkston se quedó con .3680 y
Vinicio fue campeón con .3684… ¡qué script de película.
Con las Estrellas de Willie Mays
En esos años Vinicio García fue invitado a formar parte del
Equipo de Estrellas que dirigía Willie Mays y ahí Beto Avila fue segunda y él de tercera. Y claro que fue todo un
estelar. Entonces, salta obligada pregunta: teniendo tanta calidad para jugar
¿por qué razón no se estableció con Baltimore en aquella década del 50…? ¿Será
por lo mismo que también está usted pensando, he, Ronnie,
he, “Pape”, hey, Claudio Solano, he, Panchillo, hey, Dicochea y compañía; sí, cuando todavía en los 50´s al pelotero negro y latino se le limitaba sobremanera la
oportunidad por el color de su piel? ¡Cuántos ejemplos!
Jugador Mánager
Los siguientes dos años siguió de estelar con Monterrey y
luego pasó cuatro más de mánager-jugador con el Aguila de Veracruz. Terminó su carrera al volver a
Monterrey y luego con Tigres, en 1970. Su actuación en la Mexicana
concluyó con un porcentaje global de .323. Ingresó al Recinto Sagrado de
Monterrey en 1981 mostrando una notable hoja de 33 años jugando en verano y 31
en el invierno.¡consistencia pura!
Estratega exitoso en invierno
Vinicio García mostró una faceta del todo invaluable: tras
su retiro como jugador se convirtió en un exitoso mánager
especialmente en la pelota invernal. Y para muestra, sobran botones: Fue el
primer estratega mexicano en asistir a una serie del Caribe. Ocurrió en el 72
cuando llevó a los Algodoneros de Guasave al clásico
en Dominicana. Un año antes Maury
Wills había inaugurado las participaciones aztecas ya
como Mexicana del Pacífico dirigiendo a los Naranjeros de Hermosillo.
Vinicio volvió al escenario caribeño en el 84, en aquel
clásico en San Juan, Puerto Rico, y ahí logró ubicar a los Cañeros de Los
Mochis en el segundo lugar (4-2), siendo las Aguilas
de Zulia con Rubén Amaro al timón quienes se adjudicaron el banderín. ¿Qué nos
dice todo esto?
Así es: Vinicio García, también fue notable como mánager; en la Invernal Sonora-Sinaloa/Mexicana del
Pacífico, donde ¡conquistó cuatro gallardetes! Obtuvo dos con los Tomateros de
Culiacán (66-67, 69-70); uno al frente de Guasave
(71-72) y finalmente en la 83-84 llevó a Los Mochis al campeonato. Toda regla
tiene su excepción y ahí está la prueba con Vinicio cuando se dice que a gran
jugador, mal mánager; o pelotero regular, excelente mánager.
Vinicio fue excelente, excelso, en todo. Como piloto, superó
en nuestro béisbol invernal con un título a Manuel Magallón
(3) y empató con Benjamín “Cananea” Reyes (4) y quedó abajo del gran líder
Francisco “Paquín” Estrada (7).
Comentarista
Y tuvo también otra elocuente función: Me dice el colega
Manuel Renovato que Vinicio García fue pionero en los
comentarios en las primeras trasmisiones de televisión junto
a Jorge Gámez, y en los últimos años, titular
indiscutible en el análisis en la radio con la XEOK RADIO ACIR contratado por
Fernando Villarreal. Compartió con categoría los
micrófonos con cronistas de la talla de Jaime Francisco Cortés, Pepe Monterrey
González, Manuel Garza Salmerón, Héctor Humberto Covarrubias
y en el terreno de juego con Blanca Cisneros y Rocky
Contreras (+) y que fuera su compañero en el equipo Sultanes. Sus
participaciones en las trasmisiones siempre se las dedicó a su adorada esposa Carol Foshee que se le adelantó
en el camino y las despedía diciendo… “buenas
noches, querida Carol”.
El adiós, eterno
“Fue a las 16.30 de una tarde calurosa clásica de Monterrey
cuando murió. Fueron muchos años de hipertensión y últimamente su
diabetes le fue minando ese físico impresionante que había forjado en el
deporte. Su corazón también le dio problemas. Su vida intensa debe de haber
sido la causa. Jorge Arévalo Gardoqui y el Dr. Wong fueron sus médicos de cabecera. Murió muy tranquilo.
Tenía 82 años de edad.
"Señor, mi Señor,
soy Vinicio... fueron las últimas palabras de mi padre, quien ya estaba ayer
listo para el encuentro con Dios", dijo su hija Rebeca García de Madero,
Sus nietos, también expresaron que “Fue muy feliz con nosotros los últimos tres años que se pasó en
nuestra casa y no se perdía ningún juego en la televisión, sobre todo los de
Grandes Ligas. Sin duda, murió con su pasión”.
Disfrutaba mucho las reuniones en el Salón de la Fama, decía
su nieto Mauricio, quien lo llevo el seis de enero pasado a su última
aparición en público. Su cuerpo fue velado en las capillas Benito M. Flores
tuvo misa de cuerpo presente, en la Iglesia del Carmen adjunta a la funeraria.
De ahí se partió al Parque Funeral Guadalupe donde se le dio cristiana
sepultura. Le sobreviven sus hijos Rebeca, Jerry,
David y Carolyn García Foshee.
Descanse en Paz, el jarocho regiomontano, el famoso “Titino” como lo conocieron los aficionados de la vieja
guardia.
Vinicio García, un extraordinario jugador. Mis respetos y
recuerdos eternos.