EPILOGO

 

         La historia de los Naranjeros de Hermosillo es fascinante.

 

Aunque el esfuerzo de esta obra va dedicado al estudio de los quince años de campeonato, no debemos dejar de lado que el club capitalino ha dado innumerables exhibiciones de buen béisbol en los 37 años restantes; tan sólo baste decir que en 6 ocasiones alcanzó la categoría de subcampeón, un hecho que nos lleva a concluir que en el 40% de las temporadas el equipo de emblema color naranja ha tenido campañas de calidad superlativa.

 

Como todos los equipos costeños, Naranjeros ha cruzado por varios períodos de adaptación; generaciones van y vienen de tal forma que los conjuntos van perdiendo o ganando cohesión y estabilidad al paso del tiempo. La llegada de Héctor Espino en 1960 junto con un grupo de excelentes peloteros dio inicio a la primera etapa de éxito con 3 gallardetes en 4 años.

 

La alegría de otro título se presentaría hasta 1970-1971 con la mancuerna Wills-Reyes, abriendo una segunda etapa de satisfacciones bajo el liderazgo del siempre recordado Benjamín “Cananea” Reyes. Bajo su intervención que concluyó en 1979-1980, se lograron 4 campeonatos, la gloria de una Serie del Caribe en 1976 y un segundo lugar en el standing de 1978-1979.

 

La década de los 80’s comenzó bien con un Título en 1981-82 y subcampeonato al año siguiente, pero los buenos resultados se le negaron repetidamente a la novena por otras 7 temporadas, llegando incluso tres veces al séptimo lugar en la tabla general.  En los noventas se retomó el paso y es así que en las últimas dos décadas la nave naranjera ha marchado con gran estabilidad al haber logrado 7 campeonatos y dos segundos lugares, brillando en este período la directriz del Ing. Enrique Mazón Rubio en el mando general de la administración.

 

¿Qué es lo que ha hecho de Hermosillo un club ganador?

 

No tenemos la menor duda que los Campeonatos obtenidos son el resultado incuestionable del gran cariño que todos tienen por el uniforme naranjero. Los Directivos se han destacado siempre por no permitir que la novena resbale al oscuro sótano y constantemente vigilan su buena marcha en el standing; prácticamente durante todo el año se trabaja para lograr conformar una novena de éxito, pero ellos son impulsados sin duda  por un público generoso que temporada tras temporada toma asiento en el Estadio para llevar a cabo su trabajo desde la grada, contagiando al equipo con singular animación rumbo a la victoria.

 

En los festejos del campeonato logrado en 1993-1994, después de vivir las alegres y ruidosas muestras de felicitación en el recorrido triunfal por las calles de la ciudad, el manager norteamericano Marv Foley quedó impresionado al declarar: “… esto enseña qué tanto la gente de aquí quiere al béisbol… es algo increíble y me da mucho gusto haber podido darles este campeonato”.

 

Una Propuesta

 

         Cincuenta años de béisbol son muchos para no dejar testimonio de esta rica historia de batazos y ponches, de alegrías y sinsabores, de ilusiones año tras año que se realizan o que se quedan para mejor ocasión. En cincuenta años ya han dejado esta tierra beisbolera alguna cantidad de peloteros, brillantes unos, cumplidores y entusiastas otros, pero todos indispensables para llevar a cabo la obra de hacer rodar la pelota que hoy en día la vemos fortalecida cada vez más. Así también, Naranjeros de saco y corbata en la zona directiva del club así como miles de aficionados y obreros del béisbol ya han pasado a mejor vida en estos cinco decenios, tomando camino en ese inexorable viaje sin regreso.

 

         Un historiador está comprometido con la encomienda de no permitir que el tiempo destruya la obra del hombre, y en ese tono, hay una cuota de responsabilidad para dejar un testimonio de la entrega y dedicación de todos los que han hecho posible la vida de los Naranjeros; lejos de ser solo una Empresa o un Equipo de Béisbol Profesional, “Naranjeros” ya es además un símbolo para nuestra ciudad, razón demás para considerar la circunstancia de este primer cincuentenario para construir un mausoleo, modesto si se quiere, pero a la vez muy responsable en la tarea de cumplir con la obligación de reconocer la labor de todos los que han contribuido a la vida de este tradicional club de pelota, simplemente,

 

… porque un evento sin Historia es un hecho que nunca existió…

 

 

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Aún existe un tramo de la barda posterior del antiguo estadio “Fernando M. Ortiz” (jardín derecho)

¿Un buen sitio para construir en algún lugar el Mausoleo del Recuerdo de los Naranjeros de Hermosillo del Ayer?

(Otra opción puede ser en los interiores del Parque Infantil)