CAPITULO II: La Década de los 70´s y la Nueva Ley Universitaria

 


          En el segundo semestre de 1971 el Ing. Sergio Figueroa Balderas, un reconocido profesionista y profesor de la planta docente de Ingeniería acepta el cargo de Director dejado vancante por el Dr. Ballesteros. El Ing. Figueroa estaba era analista de sistemas en el  Centro de Cómputo de la Universidad de Sonora al momento de su designación, la cual fue muy bién vista por la comunidad universitaria.

 

          En esta época del Ing. Sergio Figueroa, la Universidad de Sonora entra en una etapa de reestructuración derivado de un serio estudio denominado “Plan de Desarrollo de la Universidad de Sonora”, o también nombrado “Plan Latapí” en el cual se contemplaban de gran prioridad las actividades de planeación y  desarrollo de la Institución. En este nuevo modelo, que finalmente se llamó “Plan de Reestructuración Integral de la Universidad de Sonora” (1971) participaba notoriamente la Federación de Estudiantes, los maestros y los  trabajadores que poco a poco reclamaban espacios en el proceso de transformación que se avecinaba.

 

          Derivado de estas políticas de cambio, la vida estudiantil no era del todo estable. La Universidad de Sonora incrementaba año con año su matrícula, aumentando con ello una población que exigía nuevas participaciones, sobre todo en el proceso de elección de cuadros directivos y  en la toma de decisiones acerca del ejercicio del presupuesto y otras iniciativas para beneficio de las Escuelas Universitarias; tarde o temprano, ello tenía que repercutir en un cambio de Ley Universitaria.

 

          A la par con ésto, poco a poco se hacía mas evidente el impacto sobre la Universidad  de un fenómeno de carácter mundial que mantenía a los habitantes del globo a la expectativa: la “guerra fría”; la Unión Soviética, con su modelo económico basado en los principios del socialismo competía con los Estados Unidos, cuyo modelo capitalista trataba de evitar el creciente número de países que, por la vía pacífica o , adoptaba la forma socialista de vida política. La lucha de soviéticos contra estadounidenses se reprodujo inevitablemente en la Universidad por medio de un par de grupos estudiantiles de apoyo a uno y otro esquema político: los “micos” (asociados del grupo Movimiento de Integración Cristiana) en apoyo irrestricto al regimen imperante (este grupo se hacía llamar internamente en la UniSon como “Comité Pro-Defensa del Orden Universitario”), y los “activistas”, muchos de ellos asociados al movimiento de cambio mundial donde el poder político y económico debía recaer sobre el proletariado; es así como la Universidad de Sonora se convierte en un espacio en “guerra fría”, con una serie de hechos violentos que habrían de lastimar la imagen tradicional de una Universidad provinciana en busca de la alta calidad académica que había tratado de consolidar en la década de los sesenta.

 

          En esta confluencia de hechos, durante 1972 la UniSon entra en un período de análisis sobre como podría organizarse en la nueva idea de cambio; y por supuesto, había muchas ideas encontradas. Se formó una gran comisión cuya tarea de elaborar el Anteproyecto de Ley Universitaria  se prolongó hasta 1973, motivado principalmente por el choque prevaleciente, donde predominaban las discusiones interminables y violentas que finalmente produjeron un anteproyecto que fue sometido a estudio por las Unidades Académicas; en esta labor, los estudiantes tuvieron una destacada participación  en la conformación de una nueva Ley. Por fin, en febrero de 1973 el anteproyecto fue enviado al H. Consejo Universitario, sin embargo, el rector Dr. Sotelo juzgó conveniente turnar la propuesta de nueva cuenta a la Comisión de Reglamentos, cosa que generó el descontento de buena parte de los Consejeros a grado tal de que  el rector decide renunciar al cargo.

 

          Una comisión de profesores y alumnos se entrevista con el Lic. Alfonso Castellanos Idiáquez, adscrito a la planta docente de la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, a fin de que acepte la designación de rector provisional, rindiendo su protesta en carácter de interino el día 29 de marzo de 1973; el Lic. Castellanos fue uno de los maestros pioneros y fundadores de la Universidad de Sonora.

 

          La nueva Ley universitaria fue por demás polémica, pues a pesar de existir un proyecto salido del consenso en las bases estudiantiles y de la planta docente, mucho se habló de que el instrumento legal que se aprobaba el día 26 de Agosto de 1973 por el H. Congreso del Estado había sufrido  modificaciones sin consultar a la Universidad, y por supuesto, serían inaceptables. Aún con ello, la Ley incorporó con mayor amplitud la existencia de espacios democráticos (el llamado “co-gobiero”) en la medida de que se instituyeron un par de organismos de gran importancia: Los Consejos Directivos de las Unidades Académicas y el Consejo Universitario.

 

          Según la Ley Orgánica 103, en cada Escuela existiría un H. Consejo Directivo integrado por igual cantidad de maestros y estudiantes, además del Coordinador de la Unidad Académica. Así también, el H. Consejo Universitario se conformaba por un representante alumno y otro de los maestros además del Coordinador Ejecutivo de la Unidad; cada uno de los representantes era removido al terminar un año de labores sin derecho a reelegirse, siendo electo a través de sufragios entre sus representados. De esta manera, la nueva Ley  dió oportunidad a la comunidad universitaria de participar ya sea través del voto, o bién como candidato a Consejero o incluso como Coordinador Ejecutivo o como Rector,  aunque con ello se iniciaba una peligrosa y permanente lucha por alcanzar “posiciones convenientes” según los intereses políticos marcados por la ideología a la que se pertenecía; la situación basada en que se tenía la oportunidad de ejercer la toma de decisiones en un proceso democrático paritario entre alumnos y maestros, ejercicio que se llevaría a cabo en una sociedad universitaria envuelta en una conflictiva “guerra fría”, habría de generar no pocos disturbios en todas las Unidades Académicas y la Escuela de Ingeniería no sería la excepción.

 

          Tan solo iniciar la implementación de la ley ocasionó serios problemas. El día 10 de Septiembre de 1973, 15 días después de aprobada la nueva ley, fue destituido del cargo de secretario general de la Universidad el Lic. Alán Sotelo Cruz debido a su “abierta oposición a que se ponga en vigor la nueva Ley Orgánica”, como lo manifestaría  el Rector Castellanos. Por otro lado, estudiantes inconformes  con el nuevo instrumento legal se posesionaron del edificio principal de Rectoría en franca protesta, hecho que motivó al Lic. Castellanos a instalar las oficinas de la Universidad en su residencia o en su oficina particular. La oposición del grupo activista encontró su máxima inconformidad en la Escuela Preparatoria Central, donde ese mismo día se produjeron disturbios bastante serios:

 

“...los hechos comenzaron a las siete de la mañana, hora en que debería celebrarse una asamblea para designar representantes alumnos ante el Consejo Directivo de la Escuela. Grupos de estudiantes opositores a la Ley, armados con varillas, tubos, macanas y piedras estaban obstaculizando la entrada a quienes querían asistir al acto... los opositores se posesionaron de la Escuela Preparatoria de donde se dirigieron, minutos después, al edificio principal para ‘tomarlo’. No hubo violencia en este lugar y posteriormente se cerraron las puertas de la Uni-Son impidiendo el paso a vehículos en el interior universitario. Las metas inmediatas que se han fijado en la toma total de la Escuela Preparatoria, son las de lograr que las once escuelas universitarias exijan ante el Consejo Universitario la renuncia del Rector Lic. Castellanos Idiáquez y poner en vigor como Ley el proyecto originalmente elaborado por la Comisión Mixta de la propia Institución. Ayer se celebraron asambleas (de estudiantes) en algunas escuelas, como Ciencias Químicas e Ingeniería. En ambas acordaron apoyar a la Preparatoria, señalando que el Rector está actuando de manera legalista”.

 

          Los maestros  de la Escuela de Ingeniería convocaron a una reunión general para informar de los acontecimientos, de la cual la prensa comentó:

 

“...los maestros de la Escuela de Ingeniería acordaron, tras prolongada sesión que efectuaron ayer tarde, otorgar apoyo a la política del Rector Castellanos Idiáquez. En dicha reunión, en la que se discutió la postura que tomarían -desconocer al Rector o apoyarlo- se planteó también que la nueva Ley Orgánica de la UniSon no se respete. Respecto a esto último acordaron que dicha Ley debe ser aplicada”

 

          Los hechos ocurridos provocaron el ausentismo en la Universidad de Sonora, suspendiéndose las clases en forma indefinida en todo el campus;  solo grupos pequeños de estudiantes recorrían las calles un día después mientras que en el edificio principal se montaban guardias sin que se registraran incidentes.

 

          Como un detalle adicional al margen de los acontecimientos, en el ámbito internacional el día 12 de septiembre aparecía en todos los diarios del mundo el lamentable suceso ocurrido en Chile, donde un golpe de Estado acabó con las aspiraciones de cambio de una Nación y con su Presidente: Salvador Allende. No se hicieron esperar actos de protesta ante tal hecho por parte de los estudiantes y de algunos profesores, como los de la Escuela de Ingeniería, por ejemplo, que se manifestaron al respecto en una carta dirigida a la opinión pública el día 21 de septiembre de 1973, misma que a continuación se transcribe:

 

“Censuramos enérgicamente el acto de traición que tuvieron las fuerzas armadas de Chile para con el Dr. salvador Allende. La junta militar apoyada en el poder que de hecho dan las armas ha impedido que Chile sea gobernado por quien el Pueblo Chileno había elegido para ello. El severo juicio de la Historia situará a Augusto Pinochet al lado de Victoriano Huerta”

 

PROFESORES DE LA ESCUELA DE INGENIERIA: Profr. Ernesto Acuña Rivera, Ing. Ignacio Ayala Zazueta, Juan José Cervantes Silva, Gonzalo de la Peña, Ariel Echávarri, Sergio Figueroa, Magda M. García, Fortunato Garibaldi, Roberto González Ascencio, Fernando Gutiérrez Cohen, Gabriel Ibarra Félix, Oscar F. Jiménez, Víctor Manuel Martínez M., Josefina Ochoa Ruiz, Sergio Peña Ríos, Héctor D. Ramírez Ballesteros, Guillermo Salas Pizá, Cesar A. Silva Gómez, Sonia Sotomayor Petterson, Armando Terán Ross, Gustavo Valdez Mockabee, Héctor Valdéz Rosas, Miguel Vallejo Sánchez.

 

          Así también en el Estado sucedía un hecho notable: el día 13 de Septiembre de 1973 tomaba posesión del cargo de Gobernador del Estado de Sonora el Lic. Carlos Armando Biebrich Torres, al concluir su período el Sr. Faustino Félix Serna; paradójicamente, Félix Serna asumió la gubernatura  después de los lamentables acontecimientos de aquel verano de 1967, y  de nueva cuenta, al dejar su investidura gubernamental, se presentaba ante la vista pública un recién declarado conflicto universitario que ocuparía la atención de la sociedad sonorense por muchos días, con repercusiones incluso para varios años.

 

          En relación a los acontecimientos universitarios no se hicieron esperar manifestaciones de la sociedad sonorense; organizaciones privadas tales como el Centro Patronal del Norte de Sonora, Unión Ganadera Regional de Sonora, Asociación de Organismos de Agricultores del Norte de Sonora, A.C., Cámara Nacional de Comercio de Hermosillo, Cámara Nacional de la Industria de la Transformación Delegación Norte y el Centro Bancario de Hermosillo tomaron opinión acerca del conflicto, expresando su inconformidad por los hechos violentos sucedidos y ofreciendo públicamente el respaldo al Rector Lic. Castellanos Idiáquez; lo mismo hicieron profesores de algunas Escuelas de la Universidad de Sonora; sin embargo, las asambleas estudiantiles decían otra cosa.

 

          Los miembros del Comité Pro-Orden Universitario, por su parte, estaban indignados ante la presencia de los estudiantes que mantenían tomada la rectoría, denunciando atropellos dirigidos en contra de sus personas a la cual calificaron como “represión de corte fascista” realizada por los dirigentes activistas de la FEUS y maestros simpatizantes; mencionaban que se les había impedido el uso de la palabra en asambleas así como haber sido agredidos y negar el acceso a la Preparatoria Central y a la  de Leyes a ciertos profesores. En suma, el grupo manifestaba lo siguiente:

 

1. El rechazo total de la Ley que plantean los activistas no conduce a ninguna solución pacífica para lograr la Reforma Universitaria, y solo conduce a un conflicto interminable.

2.La aceptación provisional de la Ley y la lucha por la derogación de algunos artículos, como procedieron los profesores de la Escuelas de Ingeniería y Ciencias Químicas, plantea una posible solución que realice en forma integral la Reforma Universitaria, posición que consideramos es la más razonable.

         

          Para el día 15 de septiembre algunas Escuelas trataron de iniciar sus labores pero con relativo éxito. Las autoridades seguían reuniéndose estudiando el problema y llegaron a una resolución ultimátum: si para el día domingo 22 de septiembre a las 12:00 no desalojaban las instalaciones de la Universidad que habían sido tomadas por los activistas, se decretaría un cierre total de la misma suspendiendo todo tipo de actividad académica hasta en tanto la situación no se normalice. Esta decisión fue avalada por la mayoría de los miembros del Consejo Universitario de aquel entonces en reuniones que eran consideradas como ilegales por la facción disidente.

          El ultimátum produjo un efecto relativo, pues aunque los estudiantes inconformes desalojaron las instalaciones debido a que, como lo afirmaron, “el objetivo político se cumplió y la ocupación no tiene ninguna utilidad”, según se divulgó en un comunicado elaborado por la Asamblea Permanente de Maestros y Estudiantes del Movimiento Universitario; sin embargo, en el documento se aclara que ésto no significa que se aceptara la nueva Ley señalando las siguientes exigencias para suspender su protesta:

 

“1. Destitución del Rector Castellanos, como rector de la Universidad de Sonora, 2. Rechazo a la Ley Orgánica, 3. Aprobación de la nueva nómina de maestros de la Escuela Preparatoria, 4. Reinstalación de maestros cesados en la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, 5. Cese del sabotaje por parte de las autoridades contra las actividades académicas, 6. Reinstalación del Licenciado Sotelo Cruz como Secretario General de la Universidad”.

 

          Sin embargo, este desalojo fue insuficiente para el rector Castellanos, y como lo prometió, debido a que “...se venció el plazo concedido a los ocupantes de los bienes de la Universidad de Sonora para que voluntariamente los desocuparan e hicieran entrega de ellos a la Comisión que designaría la Rectoría, sometiéndose a la Ley Orgánica vigente...”, a partir de las 12:00 Hs. del día 23 de Septiembre quedan en suspenso las actividades académicas y administrativas de la Universidad de Sonora.

 

          En la Escuela de Ingeniería  había opiniones encontradas y en un valinete comunicado de los estudiantes de quinto año de la carrera de Ingeniero Civil se pide a la comunidad universitaria que reconsidere la postura tomada por los activistas, proponiendo como única solución viable al problema y para rehacer la calma y lograr la unión de maestros y estudiantes “que se pida a los compañeros que tienen tomada la rectoría, vehículos y demás inmuebles de la Universidad que los desalojen”. Añaden además,

 

“No estamos de acuerdo y no accederemos a la petición de la Sociedad de Alumnos de nuestra Escuela en cuanto  a impartir clases a los compañeros de grados inferiores. Esto es con el fin de evitar situaciones de división en la UniSon y encontrar un mejor camino a la solución del problema”.

 

FIRMAN: Fernando Aragón Romero, J. Antonio Morfín Coronado, Roberto González A., David Ballesteros Sandoval, José R. Flores Goycochea, Julián López López, Adolfo Salas Barragán, Gustavo Valdés M., Alfonso Valencia Pérez, Héctor Valdés Rosas, Germán Biebrich Torres, Ernesto Martínez López, J. Fco. Pérez Reyes, Javier Montaño Hodgers, Miguel A. Ochoa rascón, Tomás Payán Hernandez, Guillermo Yee Meza, Magdaleno Chávez González, Ambrosio Gallarndo Juanz, Carlos Péres Solís, Cesar G. Romero Reyes, Raúl Cota Gallardo.

 

          Así también, el Director de la Escuela de Ingeniería, Ing. Sergio Figueroa, envía un comunicado a los estudiantes que a continuación se describe:

 

A LOS ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE INGENIERIA

 

          El día 26 de septiembre del presente apareció en el diario Información un AVISO a nombre de la Sociedad de Alumnos de la ESCUELA DE INGENIERIA CIVIL comunicando a los alumnos de la ESCUELA DE INGENIERIA DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA que el jueves se  reanudan las clases contando con planta provisional de maestros de otras escuelas mientras se normaliza la situación.

          Respetamos y hemos respetado siempre los acuerdos de la Sociedad de Alumnos de la Escuela, sin embargo debo informar que LA ASAMBLEA DE MAESTROS de la Escuela ha acordaddo reanudar las clases hasta que la Rectoría o El Consejo Universitario legalmente constituido dictamine en ese sentido. Recalco que éste fue acuerdo de la Asamblea de Maestros de la Escuela. Cualquier persona ajena a la Escuela que se ofrezca como profesor está contribuyendo a boicotear una decisión de la Asamblea de Maestros. No quiero hacer consdieraciones de tipo legal en este momento. El hecho real es que cualquier persona que con su proceder tienda a debilitar el acuerdo de los profesores está haciendo lo que en las huelgas de obreros hacen los esquiroles. No les voy a pedir que asistan o no asistan a clases, que aunque la asistencia a clases es una actividad académica, en este momento es una decisión de tipo político. Nunca hemos tratado de influir en las decisiones políticas del estudiantado de la Escuela y no lo vamos a hacer ahora, pero es muy conveniente que en esta situación de conflictos no se adopten actitudes extremas que causen lesiones graves que perduren aún después de superado el conflicto.

“El Saber de Mis Hijos Hará Mi Grandeza”

ING. SERGIO FIGUEROA

DIRECTOR DE LA ESCUELA DE INGENIERIA

 

         

          Finalmente, en sesión celebrada el día viernes 28 de septiembre el Consejo Universitario se convence de que es factible reiniciar las actividades académicas, por lo cual decide levantar la suspensión declarada 6 días antes “a medida que se presenten las condiciones de normalidad necesarias para su funcionamiento”; en la misma reunión se  decreta la destitución de 5 profesores entre los que se encuentra el Lic. Sotelo Cruz, exsecretario general de la Universidad. Un día después, el mismo Consejo Universitario inicia el proceso de aplicación de la nueva Ley en la cual se decide proceder a la elección de los Consejos Directivos y  Coordinadores Ejecutivos de las Escuelas.

 

          Los estudiantes inconformes de nueva cuenta defienden su posición, y en un largo escrito publicado el día 01 de Octubre de 1973 declaran:

 

A la Comunidad Universitaria

Al Pueblo de Sonora

 

          Se ha acusado al movimiento universitario de no proponer soluciones, de ser sectario, de oponerse a la discusión. Nos han acusado los que, en la discusión, sabían que no podrían triunfar porque no tenían soluciones ni argumentos que ofrecer, pues éstos tenían que darse en función del cambio, para destruir lo que en la Universidad significa atraso e incapacidad, destruir todo lo que se ajusta a los intereses de un grupo que ha usado a la Universidad durante treinta años, que la ha organizado de acuerdo a sus intereses y que ha aplicado la Ley de acuerdo con sus necesidades, de la misma forma que la ha violado cuantas veces le fue necesario. Nuestros enemigos no tienen argumentos para discutir porque ellos son ese grupo y sus aliados...

          El movimiento universitario ha demostrado que no es un pequeño grupo sin apoyo, sino que es un gran grupo capaz de organizar a una gran cantidad de estudiantes y maestros en mítines, en manifestaciones, en asambleas y actividades de propaganda...

          Los grupos de ellos (de nuestros enemigos), los “Micos” y los “terceros” o “cuartos” grupos no han podido atraer a nadie. Ahora están preparando otros actos con el apoyo del Gobierno. Sobre esos “terceros” o “cuartos” grupos no se cierne el peligro de la represión: ellos pueden hablar libremente: libremente pueden moverse, sin el peligro de encontrarse con “Micos” o judiciales que los agredan. Y a pesar de todas esas ventajas, estos grupos han hecho el ridículo cuando intentaron expresar públicamente su base social...

          Que nosotros no hemos ofrecido soluciones, dicen... y todas las soluciones propuestas han salido del movimiento universitario. Pues ¿No fue acaso el Movimiento Universitario el que propuso y no le aceptaron -y en cambio contestaron con la represión-, la discusión de las Reformas de la Ley Orgánica, a  través de una Comisión Mixta?¿No fue acaso el movimiento universitario el que propuso  y no le aceptaron un plan para eliminar los exámenes de admisión? Ellos respondieron con la campaña anti-drogas involucrando a nuestros líderes...

          También propusimos la discusión del Ante-Proyecto de Ley en el Consejo Universitario, pero Sotelo fue postergando el momento hasta que propusimos que pasara por ese organismo sin discusión...

          Ante la actitud de Castellanos, provocadora de principio a fin, el movimento propuso destituirlo usando los medios correspondientes; propuso rechazar la Ley y resolver los problemas de la Preparatoria para que ésta pudiera funcionar académicamente. Propuso que no se suspendieran las clases para no afectar a los que quieren terminar el año lectivo y nada más...

          El movimiento decidió tomar la Rectoría para no aceptar la provocación en la Preparatoria. Castellanos decidió “cerrar” la Universidad. Llamamos a discutir a otros maestros y Directores que no apoyaban totalmente nuestras demandas, para buscar una solución. Llamamos a no suspender las clases PARA DISCUTIR CON LA BASE DE ALUMNOS Y MAESTROS, ESTO ES, PARA DIALOGAR CON LOS AFECTADOS, NO CON LOS QUE NOS AGREDIAN Y QUE SIEMPRE BUSCAN LOS DIALOGOS SECRETOS PARA COMPRAR MOVIMIENTOS...

 

PROPONEMOS: La vuelta a clases que ha sido uno de los objetivos del movimento, reabrir la Universidad y la discusión, rechazar las medidas que el “Consejo Universitario” ha tomado a espaldas de la comunidad universitaria. PROPONEMOS: Seguir los programas Académicos y a los Maestros no abandonar las actividades docentes. PROPONEMOS: Rechazar las provocacioens de los grupos de choque y sobre todo DISCUTIR, discutir ampliamaente para comprender mejor los problemas que afectan a la Universidad y buscar su solución. PROPONEMOS: reforzar muestros puntos programáticos intensificando la discusión sobre ellos, para que sean mejor comprendidos y mejor defendidos. PROPONEMOS: Respetar a los maestros que por incomprensión, inseguridad o apatía han apoyado los puntos del rector y del Gobierno; discutir con ellos ampliamente, sin intransigencias pero al mismo tiempo, PROPONEMOS desenmascarar a los provocadores, a los que conscientemente nos han traicionado y han maniobrado contra nosotros y contra la Universidad a nuestras espaldas, desde las oficinas del Gobierno y de los patrones.

 

COMPAÑEROS UNIVERSITARIOS:

PUEBLO DE SONORA:

¡VIVA EL MOVIMIENTO UNIVERSITARIO!

¡ALTO A LAS MANIOBRAS DE SUS ENEMIGOS!

¡PAREMOS LA AGRESION REACCIONARIA CONTRA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y MAGISTERIAL!

 

Septiembre 30 de 1973

FEDERACION DE ESTUDIANTES DE LA

UNIVERSIDAD DE SONORA

 

          Paulatinamente, las clases se iban restableciendo durante la semana siguiente según las condiciones de cada plantel, atendiendo al acuerdo del H. Consejo Universitario del viernes anterior. Es así como se reinician las clases en la Escuela de Ingeniería, aunque hubo otras como las de Derecho, Contabilidad y Administración y la Preparatoria Central que por problemas internos hubo impedimentos para el reinicio de las labores. En el parte periodístico se divulgaba que aún la Escuela Preparatoria Central seguía convertida en un ‘cuartel general’ donde se reunen para elaborar propaganda con equipo y papelería propiedad de la misma Universidad.

 

          Por otra parte, cierto número de consejeros universitarios cuya posición era contraria a la aplicación de la Ley, divulgaron también su inconformidad el día 5 de octubre manifestando, entre otras cosas, la destitución del Rector por considerar que fue y es el principal creador de la actual crisis universitaria, además de aclarar que por ser contrarios a los intereses del Rector, dichos consejeros jamás han sido notificados de las reuniones tan importantes efectuadas a úlltimas fechas, aprobando  acciones con representantes foráneos (de las Preparatorias de Santa Ana, Magdalena y Caborca); el comunicado lo firman Consejeros de la Escuela de Altos Estudios, Economía, Enfermería y Trabajo Social, Derecho y Ciencias Sociales, Ciencias Químicas, Ingeniería y de la Preparatoria Central. Tres de ellos eran Directores de Escuela, dos representantes profesores y 7 representantes alumnos.

 

          El día 6 de octubre una nueva medida salía de las reuniones del H. Consejo Universitario: enviar a la Escuela Preparatoria fuera del campus  universitario. Así, a petición de las Sociedad de Padres de Familia y tras largas discusiones y con una votación mayoritaria de 21 contra 13, se acordó que la Preparatoria Central funcionaría en planteles externos a la Universidad; después se dió a conocer que serían los de las Escuelas Primarias  Leona Vicario (para el Tercer Año), Colegio Sonora (para el Segundo Año) y  Rosalío Moreno (para el Primer Año); además, se decretó la expulsión de la Universidad de Sonora de cinco alumnos y otros tres más el día 13 de octubre identificados como líderes del grupo inconforme en la Escuela Preparatoria. Dos días después, la planta de profesores de la Escuela de Derecho hace un llamado a los estudiantes para incorporarse a las labores académicas y recuperar el tiempo perdido.

 

          Pero la violencia todavía hacía acto de presencia, escenificándose una nueva batalla campal en pleno centro de la ciudad el día 15 de octubre:

 

“en las calles sobre la transitada Rosales y la Dr. Paliza las piedras zumbaban, rebotaban en las paredes y rompían cristales mientras decenas de eufóricos jovenzuelos corrían alocadamente lanzando proyectiles  con palos, varillas, cintos y otras armas ofensivas en sus manos. Los sucesos comenzaron a las 15:30 horas cuando un grupo de activistas quizo convencer a los estudiantes que estaban en las aulas para que las abandonaran”

 

Así también, en la prensa local del día 20 de octubre de 1973 se leía el reporte noticioso siguiente:

 

          “Anoche fue entregado en nuestra redacción (periódico El Imparcial) un comunicado al director de la Escuela de Ingeniería, Ing. Sergio Figueroa, en el que los estudiantes ...X.... y ...Y.... reclaman al mismo haber actuado parcialmente al decretarse la expulsión de los dos y de ...Z.... debido a que el activista ...W..... se lió a golpes sacando la peor parte con un joven fuera de los terrenos universitarios. El pleito ocurrió antier, habiendo muchos testigos de ello, sin embargo, al presentarse ..W... en la Escuela de Ingeniería, a pesar de que declaró como habían sucedido los hechos, los activistas de dicha Escuela responsabilizaron ante el Director a ...X..., ...Y.... y ....Z..., por lo que el Consejo Técnico decretó la expulsión de los tres según manifiesta la sociedad de alumnos”.

 

En otra información dentro de la misma fuente se lee la noticia:

 

“ la Procuraduría General de Justicia informó anoche que se presentó acusación de lesiones graves que ponen en peligro la vida en contra de ...C... , ...O... y ...M.... El delito fue cometido en perjuicio de ...X... , quien está encamado en el Hospital General del Estado con hundimiento de cráneo a consecuencia de los golpes que recibió al ser agredido por los antes mencionados. También están acusados de lesiones simples en perjuicio de ...G...”

 

          Hemos tomado este ejemplo de violencia, dentro de una larga e inconmensurable lista que se produjo durante este tiempo, en donde se demuestra que las autoridades de la Escuela de Ingeniería deciden expulsar a tres estudiantes por haber participado indirectamente en la producción de lesiones a otro compañero;  otros estudiantes deciden vengar la afrenta, llegando el afectado incluso a ser hospitalizado en su carácter de gravemente herido. Las denuncias judiciales eran lo común en aquel tiempo, lo cual motivó a que el Consejo Universitario emitiera una delicada resolución el día 20 de Octubre:

 

“Facultar a la Rectoría para que aplique la sanción de expulsión a los miembros de la comunidad universitaria respecto de quienes se ha librado orden de aprehensión por la autoridad judicial competente en caso de que la misma resuleva su situación jurídica mediante auto de formal prisión, con fundamento en la fracción II del artículo 38 de la Constitución Federal”

 

          Pero además, aparecía otra de mayor envergadura:

 

“Se acordó también solicitar la intervención del Poder Público, por conducto de la Rectoría, para lo siguiente: Penetrar a los campus universitario, sea en esta ciudad o en las unidades académicas en el resto del Estado a fin de llevar a cabo la aprehensión de personas contra quienes se haya dictado orden de aprehensión por delitos de la competencia de la autoridad judicial; en caso de que se encuentren armas de cualquier clase no destinadas al uso de la seguridad de los campos universitarios, se decomisen. En el caso de que se realicen actos delictuosos in-fraganti, se proceda a la detención de personas a quienes se sorprenden en dichas circunstancias y para que se desaloje de los campos universitarios  locales o foráneos a toda persona que no justifique satisfactoriamente ser autoridad, estudiante, trabajador o que en alguna forma tenga relación lícita con las actividades universitarias”

 

          Indudablemente que esta medida fue un segundo ultimátum, ya que al autorizarse al rector para permitir el ingreso de la fuerza pública ésto ponía en serios aprietos al movimiento estudiantil, considerando que existían demandas judiciales para 15 estudiantes inconformes. El día 21 de octubre, de nueva cuenta se constata el desalojo de las instalaciones tomadas por los estudiantes y el rector, en compañía de funcionarios, recorre el inmueble evaluando el estado de las mismas, haciendo a su vez un llamado a toda la comunidad universitaria para retornar a la vida académica.

 

          Dentro de la controversial posición de las autoridades universitarias y los estudiantes inconformes con la nueva Ley, aparecían hechos delictivos que a la postre complicaron la fuerza de oposición. Los periódicos y noticieros, alarmados con esos actos que lastimaban el orden público, reprochaban una y otra vez las posiciones encontradas y los detalles colaterales al mismo. En una ocasión un periodista (Enguerrando Tapia, p. El Sonorense), divulgó comentarios inadecuados para las autoridades de la Escuela de Ingeniería; este hecho inconformó a las mismas para lo cual se enviaron sendas cartas de protesta que a continuación transcribiremos, dado que en ellas se vierten informaciones adicionales de interés.

 

Sr. Enguerrando Tapia

 

Hacemos referencia a su columna “mi libreta de apuntes” de fecha 20 de octubre del presente año. Nos llamó mucho la atención se comente en general el problema universitario y se hace referencia con forma negativa en cinco ocasiones a la Escuela de Ingeniería. Se transcriben a continuación los párrafos citados.

 

“Ninguno de los mencionados puede presumir de ser universitario, como tampoco lo es, al final de cuentas, el Ingeniero ...A..., maestro de la Escuela de Ingeniería, detenido por la Policía Judicial del Estado con mariguana en su poder”.

¡Que sea expulsado de la Escuela de Ingeniería, el joven ...X..., el infortunado muchacho que golpeado bárbaramente por los activistas se halla en el Hospital General del Estado con fractura del cráneo”.

“DIFICIL SITUACION  la del Ingeniero Sergio Figueroa, Director de la Escuela de Ingeniería; solapa a los mafufos, ayuda a los activistas y quiere expulsar a muchachos con la cabeza fracturada por los enemigos de la UniSon, todo por el temor de perder la chamba... De todos modos, cuando la Universidad vuelva a serlo, la perderá... y no tardará mucho”.

“CABE MENCIONAR, volviendo a los temas universitarios, que el Ingeniero ...A..., maestro de la Escuela de Ingeniería, detenido antenoche con mariguana... ya había estado preso por lo mismo en julio pasado. Sin embargo, salió libre y siguió “enseñando” en la UniSon”.

“ESA PUNTADA del Ingeniero Sergio Figueroa, de querer expulsar a tres buenos estudiantes de Ingeniería, dizque porque presenciaron cuando un muchacho golpeaba a otro y no intervinieron, es como si quisieran culpar a los corresponsables de presnsa de la guerra entre árabes y judíos”.

 

          Está bién clara la actitud de desprestigio que usted en lo personal ha estado llevando en contra de la UNISON. Su columna constantemente y en forma tendenciosa hace referencia exclusiva y sistemáticamente a los aspectos negativos que de tiempo acá se han venido dando desafortundadamente en la UNISON. Esta actuación de desprestigio sostenida por un Director de un periódico se debe denunciar ante la opinión pública porque demuestra un interés personal en perjudicar a nuestra Alma Mater, la cual atravieza en estos momentos por una situación difícil que estamos seguros será superada. Sus comentarios solamente contribuyen a desorientar a la opinión pública y a agravar el problema universitario haciendo más difícil el camino de encontrar una solución. A continuación comentaremos cada uno de los párrafos de su columna a que antes hemos aludido:

          El Profesor ...A... es en efecto maestro de esta Escuela; como estudiante fue un alumno distiguido y como maestro se ha desempeñado en forma satisfactoria, podemos afirmar además que cuenta con la estimación de nosotros como universitario. Evidentemente el comportamiento de un profesor debe medirse en el salón de clases, utilizar actos de la vida privada de un profesor para enlodar el buen nombre de nuestra Escuela es obrar de muy mala .

          El joven ...X... es en efecto alumno de esta Escuela; el jueves pasado en reunión de este Consejo Técnico, autoridad máxima de la Escuela de Ingeniería, se acordó pedir al Consejo Universitario su expulsión por considerar que estaba involucrado en los hechos en que resultó lesionado el estudiante de Ingeniería ...W...; ésto fue discutido ampliamante en el Consejo técnico y como la Ley Orgánica en vigor fija que el único organismo que puede decretar la expulsión es el H. Consejo Univesitario es a este organismo que será turnada la petición. Debemos aclarar que en el momento en que se estaba llevando a cabo la sesión del Consejo técnico, aún no se conocía el incidente lamentable en que resultó gravemente herido el joven ...X... Aclaramos lo anterior porque Usted a entender que se trata de expulsar a una personada gravemente herida.

          Dada la ignorancia y ligereza de juicio que demuestra al atribuir al director de la Escuela un acuerdo del Consejo Técnico, le aclaramos que los acuerdos tomados por este organismo se hacen a base de mayoría de votos de las personas que lo integran. Afirmar como Usted lo hace que es el Director quien es responsable del acuerdo es una falta de respeto para las personas que formamos parte de él.

          Afirma Usted que el Director de la Escuela “solapa a los mafufos y ayuda a los activistas”. Este Consejo técnico considera que son cargos difamatorios y calumnias por la cual protestamos ante la opinión pública y autoridades competentes. Hacemos constar la integridad moral del Ingeniero Sergio Figueroa y sus méritos académicos y adminsitrativos, como lo demuestra el hecho de que la Escuela de Ingeniería ha funcionado normalmente hasta este momento a pesar del conflicto por el que atravieza la Universidad.

          Si bién es cierto que no podemos evitar que siga comentando el problema universitario, le pedimos que no contribuya a hacerlo más grave y presente lo hechos con más objetividad.

          Dado que las afirmaciones de su columna se han presentado ante la opinión pública pedimos dé cabida en su periódico a este escrito.

 

“EL SABER DE MIS HIJOS HARA MI GRANDEZA

CONSEJO TECNICO DE LA ESCUELA DE INGENIERIA

 

Firman: Ing. Juan José Cervantes S., Ing. Jesús A. Corarles V., Ing. Sergio Figueroa, Profr. Gabriel Ibarra F., Alumno Carlos Julián López López, Ing. Víctor M. Martínez M., Ing. Josefina Ochoa R., Ing. José Peña y Peña, Ing. Sergio Peña Ríos, Dr. Francisco Querol S., Dr. Héctor Daniel Ramírez Ballesteros.

 

          Así también, el Ingeniero Figueroa sintiéndose agraviado por los comentarios de descrédito recibidos decide ampliar su protesta en el siguiente escrito:

 

Sr. Enguerrando Tapia

 

El 20 de Octubre del presente aparecieron cinco párrafos en su columna Mi Libeta de Apuntes donde hace Usted  referencia en su forma  negativa a la Escuela de Ingeniería en general y a algunos profesores en particular. Ya el Consejo Técnico de esta Escuela ha tomado la determinación de refutar las afirmaciones negativas que Usted hace contra la Escuela. En este escrito en forma personal voy a contestar las acusaciones que hace Usted contra mi persona. Afirma Usted que “Difícil situación la del Ing. Sergio Figueroa, Director d ela Escuela de Ingeniería; solapa a los mafufos, ayuda a los activistas y quiere expulsar a un muchacho con la cabeza fracturada por los enemigos de la UniSon, todo por el temor  de perder la chamba.... De  todos modos, cuando la Universidad vuelva a serlo, la perderá.... y no tardará mucho... ”.

El escrito del Consejo Técnico hace referencia a sus afirmaciones de solapar a mafufos, ayudar a activistas y querer expulsar a un muchacho con la cabeza fracturada. Voy a comentar la razón que dice Usted que yo tengo para hacer lo anterior: Temor a perder la chamba. Antes de ser Director de la Escuela trabajaba en la Universidad como Analista de Sistemas del Centro Electrónico de Cálculo, y era además Profesor de la Escuela de Ingeniería. Mi trabajo en aquel entonces era totalmente técnico. El Control presupuestal, la nómina del personal universitario, la elaboración de los cheques corerspondientes, la conciliación bancaria y parte del control escolar son trabajos que antes se hacían manualmente y que de un tiempo acá se hacen con la computadora gracias a sistemas que fueron diseñados por mí. Las aplicaciones que mencioné son todas del trabajo del tipo administrativo que se hacen todos los días en la UNISON. En el aspecto académico impartí cursos de computación para profesores de la Universidad que posteriormente implementaron cursos de computación en sus respectivas Escuelas. En junio de 1971 el  Dr. Porfirio Ballesteros que fungía como Director de esta Escuela salió de vacaciones y no volvió más. En septiembre, y ya iniciado el ciclo escolar, presentó su renuncia al puesto de Director de la escuela. Unos días después tanto las autoridades  universitarias como la mesa directiva de la Sociedad de Alumnos hablaron conmigo considerando la posibilidad de que me hiciera cargo de la Dirección de la Escuela. Después de meditarlo ampliamente decidí aceptar. ¿Por qué lo hice?. Debo decirle que la diferencia en sueldo era mínima, la responsabilidad mucho mayor, el tipo de problemas relacionados con maestros y alumnos más difíciles que los que pudiera plantear una computadora. Acepté porque la Escuela pasaba en aquel entonces por una situación de crisis. La Escuela tenía solo tres profesores de carrera. Había cinco plazas de profesores de tiempo completo vacantes y el ciclo escolar ya se había iniciado. Esto lo consideré como un reto y quise luchar por mejorar la situación de la Escuela. Actualmente la Escuela tiene una planta de dieciséis profesores de carrera de los cuales quince están en la ciudad y uno está haciendo estudios de posgrado en el extranjero. De nuestra planta de profesores de carrera ocho tienen estudios de posgrado, cinco en el extranjero y tres en el país. De los otros siete profesores, tres se marchan en septiembre próximo a hacer restudios de posgrado en el extranjero porque están rodeados de un ambiente académico que les obliga a desear superarse para desempeñar mejor el cumplir con las actividades confiadas a ellos como profesores de la Escuela de Ingeniería. Temor a perder la chamba. Es un hecho innegable que en nuestro país existen grandes contradicciones sociales, que los humildes forman  mayoría, que para éstos es cada vez más difícil sobrevivir como seres humanos, pero siempre he afirmado que todo aquel que termina una carrera universitaria ha solucionado su probelma personal de subsistencia y debe de alguna manera contribuir a ayudar a resolver este probelma a los que sí lo tienen. No tengo “temor de perder la chamba”: le aseguro Sr. Tapia que si en este momento dejara de trabajar en la UniSon y  por alguna razón me viera despojado de todos mis bienes materiales que poseo, mi familia estaría totalmente protegida. El problema es de valores, los que hacen que yo viva una vida feliz no están cimentados principalmente en el bienestar económico. De profesor Universitario nadie se hace rico. En la Universidad uno espera otro tipo de satisfacciones. No le voy a decir que me agradaría dejar súbitamente de trabajar en la UNISON, indudablemente que tendría algunos problemas, pero subsistir no es mi problema, y estoy seguro que el mal rato pasaría pronto. Temor a perder la chamba. Un trabajo que debiendo ser académico se ha tornado eminentemente político. Un trabajo donde se reciben ataques de los grupos extremistas a través de la prensa (Tanto Usted como su entrañable amigo el Chino Araiza me han estado atacando públicamente a través de los periódicos Sonorense e Información). Este hecho puede explicar mejor que ningún otro mi postura: mal con los dos bandos, porque no hay a cual ir, al qué escoger entre el anárquico infantilismo de la izquierda y lo más reaccionario de la recalcitrante derecha. Y respecto de consideraciones materiales para no querer “perder la chamba” creo prudente decirle que voy para el tercer año con el mismo sueldo que los profesores universitarios, no disfrutamos de servicio médico, ni de préstamos de pensiones, ni compramos automóviles a precios del gobierno, ni pertenecemos al ISSSTE, ni al ISSSTESON, ni al Instituto Mexicano del Seguro Social. Que el futuro en cuanto a este tipo de servicios se igual pués si en 31 años de calma no se ha logrado dar las  más mínimas prestaciones (este solo hecho justifica la salida del Patronato), difícilmente puede pensarse que ésto se logre en un futuro cercano.

          Suplico tenga a bién publicar esta carta en su periódico.

 

ING. SERGIO FIGUEROA

Director

         

 

          Durante el mes de Noviembre de 1974 la Universidad siguió en un proceso de estabilización; mientras se debatían en el juzgado las demandas, el Rector organizaba las comisiones electorales para para establecer los Consejos Directivos de las Escuelas, no sin hacer acto de presencia los frecuentes mítines de protesta que seguían escuchándose. El día 29 de Noviembre se sucitó uno más en el edificio principal, aunque el Rector seguía despachando en su domicilio.

 

El mitin empezó después de las 4:00 PM, tras un incidente en la Escuela de Ciencias Químicas donde un nutrido grupo de estudiantes participaba en un baile informal con un conjunto musical organizado por una de las candidatas a madrina de esta escuela. Debido a que la mayoría de los estudiantes habían preferido ir al “conjunto” que al mitin, un grupo de activistas se presentó e impidió que continuara la fiesta.

 

          Evidentemente, la tranquilidad académica se perdió en buena parte de este tiempo, y los estudios se realizaban entre golpes, piedras y palos en una guerra de puntapiés bajo los pupitres. En ese tono las actividades académicas en la Escuela de Ingeniería continuaban, aclarando en verdad que la mayoría de los estudiantes se concretaba a ver pasar a uno y otro bando intercambiando actos  vengativos, sin saber a ciencia cierta quién la había iniciado. Entre los profesores, es digno mencionar que la mayoría se solidarizaba en torno al Ing. Sergio Figueroa Balderas, quién logró que las clases se interrumpieran  lo menos posible durante el período turbulento de la Universidad, y no solo éso, sino además continuó con la tarea de organizar eventos tales como un curso de Mecánica de Suelos efectuado el 10 de Septiembre por el Ing. Alfonso Rico Rodríguez, un Seminario de Concreto Reforzado y un curso corto de tres sesiones impartido por el Ing. Raúl Marsal a partir del día 6 de Diciembre de 1973, consistente en el Diseño y Construcción de Presas de Tierra y Enrocamiento.

 

          Dentro de los sucesos importantes en esas fechas, por el día 3 de diciembre se tuvo la visita del Presidente de la República Lic. Luis Echeverría Alvarez a la Ciudad de Hermosillo, tres meses después de haber protestado como  gobernador el Lic. Carlos Armando Biebrich Torres. No se hizo esperar una comisión de universitarios para hacerle llegar un pliego de peticiones a través del rector Castellanos, en donde destacaba la solicitud de duplicar el subsidio federal. En su dicurso, el presidente se expresó bién de la labor del rector de la Universidad de Sonora; días más tarde el Lic. Echeverría contestaría con la aportación de 1 millón de pesos a la Universidad.

 

          Respecto a la Escuela de Ingeniería, es importante hacer notar que durante el mes de octubre se había vencido el período directivo de cuatro años  iniciado por el Dr. Ballesteros en 1970, mismo que fue continuado de manera relevante por el Ing. Figueroa. Debido a los acontecimientos sucitados, no se había atendido este requerimiento hasta que en el mes de Enero el Rector decide iniciar este proceso. Al respecto los profesores de la Escuela deciden manifestarse y en un escrito publicado el día 9 de Enero de 1974 explican su postura:

 

Sr. Lic. Alfonso Castellanos I.

Rector de la Universidad de Sonora

Presente.

 

Con motivo del próximo nombramiento de Coordinador Ejecutivo de nuestra Escuela, los abajo firmantes miembros de la misma, consideramos necesario debido a la influencia tan importante que Usted puede tener en la elección de dicho Coordinador, solicitarle de la manera más atenta que el Ing. Sergio Figueroa Balderas quede incluido en la terna que para tal motivo envíe, o en su caso, sea nombrado por Usted Coordinador de la Escuela de Ingeniería.

 

La presente solicitud se fundamenta en lo siguiente:

 

a) Consideramos que la formación académica del Ing. Sergio Figueroa (licenciatura, maestría y estudios de doctorado) es idónea para el puesto de Coordinador.

b)  Desde el ingreso del Ing. Figueroa a la Universidad de Sonora ha demostrado su capacidad técnica, elevando el nivel académico de la Escuela tanto en la integración de la planta de maestros como su aportación directa en la elaboración de planes de estudio y en las cátedras impartidas por él.

c) En cuanto a su capacidad administrativa no existe duda de nuestra parte de que es la persona mejor preparada de nuestra Escuela para el puesto de Coordinador.

 

          Por el bién de la Escuela y de nuestra Universidad esperamos vernos favorecidos con su atención.

 

PROFESORES DE TIEMPO COMPLETO: Ignacio Ayala Z., Jesús A. Corrales V., Fernando Gutiérrez C., Juan José Cervantes S., Gabriel Ibarra Félix, Víctor M. Martínez M,., Josefina Ochoa R., Sergio Peña Ríos, Francisco Querol, Héctor D. Ramírez B., Guillermo A. Salas P. y José H. Salazar E.

PROFESORES DE HORAS SUELTAS: Ernesto Acuña R., Jesús Aguilar C., Cliserio Castro, Eduardo Cázarez, Ariel Echávarri, Fortunato Garibaldi, Roberto González A., Héctor Jiménes I., Daniel Marín B., Manuel Mendoza R., Oscar F. Jiménez A.,  Federico Fuentes R., José Peña y Peña, Rigoberto Reynoso, Adolfo Salas B., Cesar A. Silva, Manuel Soaje, Sonia Sotomayor, Armando Terán R., Gustavo Valdés M., Héctor Valdés R., José M. Vallejo S. y Luis G. Vite.

 

          A pesar de esta solicitud apoyada por la gran mayoría de profesores de la planta docente de la Escuela de Ingeniería, el Lic. Castellanos hizo caso omiso de la misma, evitando incluir al Ing. Figueroa y nombrando a la terna formada por los Ingenieros Ignacio Ayala, José Peña y Peña y Víctor M. Martínez M.; esta terna se presenta el mismo día en que se instaló por vez primera el Consejo Directivo de la Escuela.  Ninguno de los miembros de la terna logró conseguir las 2/3 partes de la votación dentro del Consejo Directivo. Con esta respuesta estaba claro que el Rector Castellanos no comulgaba con la idea de ver de Coordinador al Ingeniero Figueroa... su plan era distinto. No obstante, los profesores integrantes de la terna trataron de convencer al Lic. Castellanos mediante un comunicado aparecido el día 9 de Enero de 1974 diciendo:

 

 

Sr. Lic. Alfonso Castellanos Idiáquez

Rector de la Universidad de Sonora

Presente.

 

          Los abajo firmantes, fuimos informados por el Secretario de la Escuela de Ingeniería y un grupo de Maestros de Tiempo Completo de la misma, que al hablar con Usted les informó habernos escogido como integrantes de la terna de la cual el Consejo Directivo de la Escuela eligirá al Coordinador Ejecutivo de la misma. Estando enterados del escrito que con fecha 8 de enero del presente una mayoría abrumadora del personal docente de la Escuela dirige a Usted solicitándole la inclusión del Ing. Sergio Figueroa en la terna antes mencionada, por medio de la presente solicitamos a Usted se modifique la terna para que se incluya en ella al Ing. Figueroa.

 

A T E N T A M E N T E

 

Ing. Ignacio Ayala Zazueta                  Ing. José Peña y Peña  Ing. Víctor M. Martínez M.

 

 

Del mismo modo, al notar lo anterior,  la Sociedad de Egresados y del Colegio de Ingenieros Civiles,  enviaron sendas cartas al rector  ratificando el apoyo al Ing. Sergio Figueroa:

 

A LA OPINION PUBLICA

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

 

          Los egresados de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Sonora queremos manifestar nuestro apoyo a la petición que hacen los maestros de la Escuela en el sentido de que se designe al Ing. Sergio Figueroa Balderas Coordinador del Consejo Directivo de la Escuela de Ingeniería, pues tiene una amplia formación académica, ha logrado en su ejercicio como Director mejorar notablemente nuestra Escuela y tiene cualidades administrativas necesarios para el puesto.

 

ASOCIACION DE EXALUMNOS DE

LA ESCUELA DE INGENIERIA

 

ING. ALFONSO MENDOZA OCHOA

PRESIDENTE

 

MIEMBROS RADICADOS EN LA CD. DE MEXICO: Arturo Blanco L., Fernando Casillas R., Juan Encinas B., Carlos Espinoza C., José Ma. Gallegos C., Jorge Gallegos C., Jaime Martínez S., Ramón Rendón O., Fernando Salazar P., Edilberto Valdez Z. y Luis A. Valverde A.

MIEMBROS RADICADOS EN EL TERRITORIO DE BAJA CALIFORNIA: Ing. Armando Encinas B., Francisco Peña D., Pedro Tomás Sánchez S., Miguel A. Tellechea R. y Jorge Lázaro P.

MIEMBROS RADICADOS EN EL ESTADO DE GUERRERO: Marco A. Islas R. y Enrique Rivera R.

MIEMBROS RADICADOS EN EL ESTADO DE NUEVO LEON: Arsenio Cienfuegos D. y Gustavo Luna E.

MIEMBROS RADICADOS EN ESTADOS UNIDOS: Fernando F. López B. y Santiago Salcido M.

MIEMBROS RADICADOS EN EL ESTADO DE SONORA: Héctor L. Burruel T., Antonio Canale H., José Corella M., Arturo Corrales V., Javier Garay, José M. Gil A., Jorge Gómez del Campo L., Roberto Gómez del Campo L., Fernando Gutiérrez C., Javier Hernández P., Jesús A. Landavazo G., Jesús A. Larios G., Francisco Noriega A., Ismael Norzagaray L., Josefina Ochoa R., Carlos Ortiz C., Sergio Peña R., Héctor D. Ramírez B., Guillermo Rivera R., Javier Ruiz F., José H. Salazar E., Héctor Seldner L. y José M. Vallejo S.

 

Así también, el Colegio de Ingenieros Civiles se manifiesta el 10 de Enero del modo siguiente:

 

A LA OPINION PUBLICA DEL ESTADO DE SONORA

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

A LOS MAESTROS Y ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE INGENIERIA

 

          El 9 de Enero apareció en algunos diarios locales un desplegado dirigido al Sr. Lic. Alfonso Castellanos Idiáquez, Rector dela Universidad de Sonora, donde una mayoría aplastante de profesores de la Escuela de Ingeniería le pide al Sr. Rector que incluya en la terna o en su defecto nombre al Ing. SERGIO FIGUEROA Coordinador del Consejo Directivo de la Escuela. El Colegio entiende como uno de sus deberes fortalecer los lazos de unión entre él y la Escuela, pues de este hecho solamente beneficios pueden derivarse para ambas instituciones. En virtud de lo anterior y  conociendo la alta formación profesional y  académica y su brillante trayectoria en su período como Director de la Escuela, manifestamos públicamente nuestro apoyo y a su vez confiamos en que las altas autoridades universitarias actuando con criterios estrictamente universitarios designen Coordinador al Ing. Sergio Figueroa.

 

COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE SONORA

Jorge Gómez del Campo Laborín

Presidente

 

          Ninguna de estas misivas surtió efecto, y sometiéndose de nuevo la misma terna sin alcanzar ninguno de ellos la mayoría necesaria para la elección de Coordinador Ejecutivo dentro del Consejo Directivo de la Escuela, el día 12 de Enero de 1974 el Rector Interino Lic. Alfonso Castellanos I. nombra como primer Coordinador Ejecutivo del Consejo Directivo de la Escuela de Ingeniería  al Capitán Víctor Manuel Yañez Madrid,  un discreto profesor de matemáticas de la Escuela Preparatoria Central con un currículum insatisfactorio al decir de los miembros de la comunidad académica de la Escuela. Ese día sábado 12 de Enero quedaba instalado el Consejo Universitario, como el Rector Castellanos lo prometió, con la designación oficial de los representantes maestros, alumnos, Coordinadores Ejecutivos y demás miembros.

 

          Pero la  decisión del Lic. Castellanos no iba a ser tomada tan a la ligera, y su accionar fue considerado como un atropello a la imagen y prestigio defendido por los profesores desde sus comienzos 16 años antes, al grado de que fue tal su indignación que ello condujo a la renuncia de la mayor parte de la planta docente de tiempo completo, quienes en una carta publicada el día 27 de Enero de 1974 exponen sus argumentaciones:

 

 

Sr. Rector Lic. A. Castellanos I.

 

          El día 12 de Enero de 1974 designó Usted al Capitán Víctor Manuel Yañez Madrid Coordinador Ejecutivo de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Sonora. Al Capitán Yañez difícilmente podrá encontrársele algún mérito para tal designación, pues no es profesor de la Escuela de Ingeniería y nunca ha impartido clases en la misma, siendo únicamente profesor de la Escuela Preparatoria. Al hacer Usted la designación ignoró a una mayoría aplastante de profesores de la Escuela que pedíamos que la designación recayera en el Ing. Sergio Figueroa, compañero de trabajo nuestro durante varios años, y quién con su desempeño como Director de la Escuela había demostrado ser la persona más capacitada para dicho puesto. Ignoró Usted también los deseos de los egresados de la Escuela y del Colegio de Ingenieros Civiles de Sonora en el mismo sentido.

          Ante los hechos hemos reflexionado y llegado a la conclusión de que debemos separarnos definitivamente de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Sonora, por lo que, por medio de la presente presentamos nuestra renuncia con carácter de irrevocable. Brevemente resumiremos las razones principales que motivan nuestra decisión:

 

1. Como trabajadores intelectuales nos molesta profundamente que el Rector de la Universidad de Sonora, quién debería de ser nuestro líder en todo sentido, muestre una falta de respeto de tal magnitud para un grupo de profesores que estamos coadyuvando a educar a jóvenes sonorenses con el propósito de que contribuyan al desarrollo económico y social del Estado de Sonora y de México,

2. La Nueva Ley Orgánica de la Universidad de Sonora, en su exposición de motivos habla de dar una mayor participación a profesores y  estudiantes en las principales decisiones de la Universidad. Solo podemos encontrar en nuestro caso un ejemplo rotundo de que las Autoridades Universitarias no han sabido o querido interpretarlo así, ya que su decisión es una contradicción total con lo expresado en dicha exposición,

3. En general, en el plano universitario, ésta es una muestra clara de una política en la que el objetivo académico queda eliminado, de la cual ningún bién podrá derivarse para la Universidad de Sonora, por tanto ha desaparecido toda junstificación para permanecer en la Institución pues ha dejado de cumplir con su objetivo de preservar , crear y difundir la cultura.

 

          Suplicamos a Usted haga efectiva esta renuncia a partir del día primero de febrero de mil novecientos setenta y cuatro.

 

Profesores de Tiempo Completo:

Ing. Josefina Ochoa Ruiz, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey,

Ing. Arturo Corrales V., Ingeniero Civil Universidad de Sonora,

Dr. Héctor Daniel Ramirez, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad de Berkeley, Doctorado en Ingeniería Universidad Técnica de Dinamarca,

Ing. José H. Salazar E., Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad de Northwestern,

Ing. Sergio Peña Ríos, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad Nacional Autónoma de México,

Ing. Fernando Gutiérrez, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad Nacional Autónoma de México

 

Profesores de Horas Sueltas:

Ing. José Miguel Vallejo, Ing. José Peña y Peña, Ing. Manuel Mendoza, Prof. Adolfo Salas, Prof. César Silva, Prof. Gustavo Valdés, Prof. Héctor Valdés, Prof. Ernesto Acuña, Prof. Roberto González, Prof. Manuel Soaje, Prof. Armando Terán, Prof. Federico Fuentes, Prof. Clicerio Castro, Prof. Oscar Jiménez, Ing. Fortunato Garibaldi. (ccp. H. Consejo Universitario).

 

          Indudablemente que la actitud asumida por este notable grupo de profesores tenía fundamentos suficientes para inconformarse con la designación, pero la decisión de separarse de la Institución fue un duro golpe para el historial académico y el capital intelectual que se iba acumulando en la Escuela de Ingeniería;  el Ing. Ignacio Ayala Zazueta (ya finado) y  el Ing. Víctor M. Martínez M. destacan dentro de los pocos profesores que habrían de permanecer en la institución evitando involucrarse en el proceso de apoyo a la renuncia. La mayoría de los maestros, como puede verse, son egresados de la Escuela de Ingeniería y algunos de ellos con estudios de posgrado en México y el extranjero que estaban realizando una enorme labor al servicio de la docencia. El Dr. Daniel Ramírez B., primer egresado, notable Ingeniero y brillante discípulo del Ing. Delgado también habría de renunciar a su puesto, llevándose con ellos una orgullosa etapa en la historia de la Escuela de Ingeniería.

         

          En la prensa apareció el día 8 de Febrero un comunicado donde la Organización Nacional de Estudiantes de Ingeniería levanta su voz  manifestando su “más enérgica protesta ante las autoridades correspondientes por los últimos acontecimientos”, culpando de los hechos a la actual Ley Orgánica aprobada por el Congreso del Estado el año anterior. Ahí mismo se comunica que el 21 de los corrientes se efectuaría una jornada nacional de solidaridad y en la cual habrían de participar todas las Instituciones afiliadas a la ONEI. Poco se supo de los resultados.

 

          Días después, el 4 de Marzo de 1974, el Capitán Yañez Madrid solicita licencia al cargo por unos días debido a que, según lo declaró,  como maestro de matemáticas de la Preparatoria, tengo que dedicarme por completo al período de regularización de esta materia...”.  En tal circunstancia, el Ing. Gabriel Ibarra Félix, secretario de la Escuela de Ingeniería en funciones, toma el cargo en su carácter de Coordinador Ejecutivo Interino. El Ing. Ibarra recién había presentado su examen profesional un mes antes,  el día 8 de Febrero, con su tesis intitulada “.....”, y cuyos sinodales fueron el Ing. Víctor M. Martínez M., el Ing. Ignacio Ayala Z., el Ing. Guillermo Salas Pizá y el Ing. Horacio Block Rubio, éste último fungiendo como sinodal invitado. El Ing. Ibarra fue un brillante estudiante que fungía como profesor de horas sueltas al momento de su designación como Secretario, cuando el Capitán Yañez asume la Coordinación de la Escuela; él obtuvo  excelentes calificaciones y era de reconocido  talento.

 

          En el marco de estos acontecimientos, la Ciudad de Hermosillo se estremecía también con los hechos violentos acaecidos. Es en este mismo mes de Febrero cuando las agresiones planeadas por jóvenes universitarios terminarían con la vida de una víctima inocente: el Sargento Enrique Morales Alcántar (“Moralitos”). Por la noche del 18 de Febrero, dos impactos de bala sobre el cuerpo del humilde policía lo hirieron gravemente segando su existencia 9 días después. El infortunado policía diariamente servía de vigilante en las inmediaciones de la Universidad, sobre todo frente al edificio de la Escuela Alberto Gutiérrez, y ha sido merecidamente recordado con un monumento a las afueras del edificio. Los presuntos culpables eran universitarios pertenecientes a un grupo político-terrorista. El día 19 de Febrero, de nueva cuenta sucede un encuentro violento con las autoridades que puso fin a la existencia de otro universitario e hiriendo a uno más, el que lamentablemente pierde la vida 5 días después víctima de las heridas de bala. Estos hechos ponen en evidencia la magnitud de la inestabilidad prevaleciente en esa época, no solo en la Ciudad, sino en el país entero, pues se conocían de actos similares en las Universidades de Sinaloa, Puebla, y en la misma Universidad Nacional Autónoma de México.

 

    Con relación a nuestra Escuela, debido a esta lastimosa situación de renuncia múltiple de académicos de principios de febrero, y  a sabiendas de que no disponían de profesores suficientes para continuar con el trabajo docente, la Universidad  recurrió a una solución obligada: importar profesores de otras partes del País. La labor fue titánica, pero en menos de un mes se creó una nueva planta de maestros, y es en esa época que ingresan profesores tales como el reconocido Dr. Armando Flores Victoria, un distinguido Ingeniero egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, así como el Ing. Jesús Nájera, con doctorado en Geohidrología en la Universidad de Colorado.

 

          Para el verano de 1974 los profesores de la Escuela eran los siguientes:

 

Profesores de Tiempo Completo:

Ing. Juan José Araujo, Ing. Ignacio Ayala Z., Narciso Campos A., Armando Flores Victoria, Salim Giacomán Mah., Fernando López Bernal, Víctor M. Martínez M., Abelardo Mayoral, Fausto Rodríguez, Fedro Zazueta y Gabriel Ibarra Félix.

 

Profesores Visitantes:

Guillermo Lizárraga, Sergio Maldonado, Jesús Alberto Monroy, y Jaime Reyes.

 

         

          Respecto a la aplicación de la nueva Ley Orgánica 103,  el Lic. Castellanos inicia en el mes de abril a través del Consejo Universitario un proceso electoral para seleccionar Consejeros Universitarios definitivos,  ya establecidos los Consejos Directivos de las Unidades Académicas; es así que  el día 22 de mayo de 1974 queda instalado el primer Consejo Universitario bajo el nuevo precepto legal,  aunque de manera incompleta ya que la Federación de Estudiantes no fue incluida así como la representación de maestros y alumnos de la Escuela de Altos Estudios, quienes por su propia voluntad desistieron de participar; también quedaron fuera la Coordinación y los consejeros maestros de la Escuela de Economía. Por parte de la Escuela de Ingeniería participaron: el Ing. Gabriel Ibarra Félix, como Coordinador Ejecutivo de la Escuela; el Ing. Víctor Manuel Martínez M., maestro propietario; el Ing. Ignacio Ayala Zazueta, como maestro suplente; el estudiante Fernando Montaño Bermúdez y Sergio López Araujo, como alumno propietario y suplente.

 

          Durante el mes de Mayo se inicia en la UniSon el proceso para elegir rector definitivo, ya que como era de todos conocido, la renuncia del Dr. Federico Sotelo en abril de 1973 motivó la designación provisional por un año en favor del Lic. Alfonso Castellanos Idiáquez. Solo hubo dos candidatos, el mismo licenciado Castellanos quién fue apoyado en la campaña electoral por varios coordinadores de las Escuelas, entre los que destacaba el Ing. Gabriel Ibarra de Ingeniería; Mercedes Corral de la Preparatoria; Emma Corella de Enfermería, y Rubén Gutiérrez Carranza (a. “El Glostora”) de la Secundaria. El otro candidato a la Rectoría era un profesor de la Escuela de Ciencias Químicas poco conocido entre la comunidad universitaria pero propietario de un amplio currículum como docente e investigador: el Ing. Fernando Orozco Ferreyra. La votación se realizó el día 15 de junio entre los miembros del Consejo Universitario quedando ganador el Lic. Castellanos por una votación mayoritaria de 40 votos a favor, 6 en contra y una abstención. De este modo, el Lic. Castellanos asume la administración de la Universidad de Sonora por el período comprendido entre 1974 y 1978, uno de los períodos más controversiales en la historia universitaria.

¿Quién era Alfonso Castellanos Idiáquez?. He aquí algo de su extenso curriculum.

 

Nació en la Cd. De Oaxaca el 17 de Junio de 1903 y murió el 28 de mayo de 1989 (contaba con 71 años al momento de ser electo rector). Llegó a Sonora en 1936 y siempre se desempeñó como docente desde la creación de la Universidad en 1942, de la cual participó como fundador junto con otros respetables profesionistas.

Sus primeros cuatro años de Primaria los cursó en la Escuela “Porfirio Díaz”; los otros dos en una denominada “Pestalozzi”. El narra: “mi madre quería que yo fuera carpintero; entré a trabajar en eso pero solo duré ocho días... no me agradó. Me pasé a la joyería... en eso trabajé cuatro años, pero por vocación; allí llegué a ganar 50 pesos”. Relata que sus antiguos compañeros lo entusiasmaron para que siguiera estudiando y que él mismo se convenció que no le agradaba la vida de asalariado y en 1922 se inscribió en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca, donde se enseñaba el Bachillerato General (de 6 años) y egresó en 1927. Desde entonces se inclinó por la cátedra. Empezó como ayudante del maestro de primer curso de matemáticas. Después fue maestro de la Escuela Normal de Oaxaca donde impartía clases de Cosmografía y Psicología. Posteriormente impartió clases de Física Superior y Lógica en el cuarto año de Bachillerato, luego doctrina filosófica en el sexto año en el mismo Instituto. Y sigue comentando: “... allí tuve como alumnos al licenciado Gustavo Díaz Ordaz y a Rodolfo Brena Torres, quienes fueron Presidente de la República y Gobernador de Oaxaca respectivamente”. En abril de 1934 se tituló como agobado y en 1935 se casó con Mercedes Jiménez con quien procreó cuatro hijos: Arcelia, Miguel Angel, Alfonso y Gloria Susana. Fue en 1936 cuando llegó a Sonora invitado a desempeñarse como actuario en el Juzgado de Distrito. Al año siguiente pasó a trabajar en la Secretaría del Juzgado. En Nogales también practicó la cátedra dando clases de Lógica en la Preparatoria Federal a petición del profesor Alfonso Acosta, director de la misma. En 1941 abandona el Juzgado “porque no quería ser burócrata siempre”. En la ciudad de Hermosillo, los licenciados Manuel Gándara y Rafael Navarrete -hermano del Arzobispo don Juan Navarrete y Guerrero, hombre muy querido en Sonora también originario de Oaxaca-, le auxiliaron para establecerse como defensor de oficio, adscrito al Supremo Tribunal ejerciendo la profesión libremente. A los pocos años renuncia y se queda como litigante. En 1941, recién llegado a Hermosillo, fue designado representante del Director del Instituto donde hizo sus estudios en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Universidad de Sonora. Ya inaugurada la Universidad de Sonora, el Lic. Castellanos se incorpora a la docencia como maestro de segundo y tercer año del curso de Civismo, y de los cursos de Astronomía en la Preparatoria y la Normal. En la Escuela de Comercio, al fundarse, impartió las cátedras de Derecho Constitucional, Administrativo y Mercantil sucesivamente. En 1953 surgió la inquietud de abrir la Escuela de Derecho patrocinando la idea la Asociación Sonorense de Abogados durante la convención anual de ese año; en el mes de septiembre del mismo entró en vigor la nueva Ley Orgánica de la Universidad constituyéndose el primer Consejo Universitario que eligió como rector al Ing. Norberto Aguirre Palancares. Es así como el recién nombrado rector reune a la Asociación de Abogados antes mencionada y decide abrir la Escuela de Derecho con el compromiso de que la Asociación proporcionaría los maestros y el rector el financiamiento. El Lic. Castellanos participa como maestro fundador de la carrera en colaboración con los Licenciados Fortino López Legaspi, Miguel Ríos Gómez y Abraham F. Aguayo, bajo la dirección del Lic. Enrique Michel. En 1956 renuncia el Lic. Michel entrando a sustituirlo el Lic. Castellanos bajo la aprobación del Consejo Universitario de aquella época. El cargo lo ocupó hasta 1965. Fue maestro permanente del curso de primer y segundo año de la cátedra de Derecho Civil. El 29 de marzo de 1973 a petición de alumnos y maestros se le nombró Rector provisional en sustitución del Dr. Federico Sotelo Ortiz. Durante sus años de Preparatoria obtuvo cuatro medallas de honor al mérito que solo se concedían a quienes hubiesen obtenido la calificación máxima y menos de diez faltas al año. Esta medalla la logró otras cuatro veces cuando fue alumno de la Carrera de Leyes. Como secretario del Juzgado recibió una felicitación especial de la Suprema Corte de Justicia debido a su actuación. Fue socio fundador y presidente de la Asociación  Sonorense de Abogados, que luego se convirtió en Colegio Sonorense de Abogados y últimamente como Barra Sonorense de abogados; ha sido miembro antiguo del Club de Leones de Hermosillo afiliado desde 1946. El Licenciado Castellanos comenta: “... si algo da resultado en la vida es la afición al estudio. Consagrar la mayor parte de la vida a cultivarse y nunca dejar de hacerlo, pues más en este siglo de grandes avances, es necesario. Se necesita estar muy dedicado para abarcar algo... al alumno debe enseñársele como si estuviéramos en una carrera de relevos. Hay que darle la estafeta. Yo no voy de acuerdo con quienes no dan un 100 de calificación porque consideran que el alumno no puede superarlos. Yo creo que debe dar satisfacción que un alumno nos supere. Pienso que si se da todo lo que uno sabe al alumno, se le ahorran energías y progesa más. Yo trato de hacerlo así, enseñándoles mis anotaciones...”. Y continúa: “el evento más importante de mi vida es servir a la Universidad, a ella le he servido como hombre y como profesionista. La prueba está en que nunca me he desligado de ella..”

          En 1945 formó parte del Partido Liberal Independiente para llegar a la Presidencia Municipal de Hermosillo (encabezada por el Lic. Roberto Romero), fungiendo como regidor... “luchamos contra todos y logramos que reconocieran nuestro triunfo”. Después se incorporó a la candidatura del Lic. Fausto Acosta Romo quedando del lado perdedor ...“siempre he tomado la política con ánimo positivo. Nunca he militado permanentemente... siempre he buscado no mezclar las actividades universitarias con la política; en este caso mi pensamiento es ciento por ciento universitario”.

 

(Fragmentos de la Entrevista realizada por Antonio Duarte García y publicada el 18 de Junio de 1975 en el Periódico “El Sonorense”).

 

          Dentro de este proceso político a nivel general universitario y lo vivido en la Escuela de Ingeniería en esta primera mitad de 1974,  podemos resumir diciendo que la Escuela experimentaría en esta época un período de grandes transformaciones bajo la presencia de no pocas dificultades de índole político. A mediados de ese año tendría nuevo Director, nuevo Plan de Estudios, nuevo Sistema de Inscripciones (plan de créditos), nueva planta docente y nueva Ley Universitaria, todo ello bajo una creciente inconformidad estudiantil e inestabilidad política que día a día amenazaba la tranquilidad que una Facultad universitaria se merece. Conciente de ello, el Ing. Ibarra, Coordinador Ejecutivo interino, decidió recibir afectuosamente a todos los estudiantes de Ingeniería en el segundo semestre del año 1974 organizando una recordada “polliza” gratuita. En las calles contiguas al edificio de la Escuela, donde se hace la esquina, se instalaron varias mesas y se repartió una suculenta orden de pollo asado a todos los asistentes; además, se improvisó una función artística con payasos que fueron presa fácil de la burla estudiantil; no pocos completaron la comida con cerveza suficiente...jamás se volvió a repetir.