CAPITULO
IV: La Departamentalización, la Reelección de Castellanos y el Sindicato de
Profesores
La sindicalización de los trabajadores
y empleados de la UniSon fué un ejemplo que a la postre serviría para hacer
pensar al personal docente acerca de la necesidad de agremiarse bajo un esquema
similar. Es por ello que alrededor de 80 profesores se reunieron el día 9 de
Diciembre de 1976 para dar forma al Sindicato de Trabajadores Académicos de la
Universidad de Sonora (STAUS), organización que según se dijo, se crea “para
la defensa de los intereses laborales, académicos, culturales, políticos y
económicos de sus miembros”. El primer Secretario General recayó en la
persona del Ing. Oswaldo Landavazo, maestro de Ciencias Químicas y actual
dirigente de la organización (1998). Escasos profesores de Ingeniería se
integraron al STAUS, sobresaliendo la presencia del Dr. Armando Flores
Victoria.
Cuatro días después de levantado
legalmente el acuerdo para la creación de dicho sindicato, el SEMUS (Sindicato
de Empleados Maestros de la Universidad de Sonora) obtiene para sorpresa de
muchos el registro legal como Sindicato de profesores, mismo que hacía dos
meses se había constituido teniendo como Secretario General al Ing. Artagnán
Vázquez del Mercado, profesor de la Escuela de Ingeniería; el registro se había
solicitado a fines del mes de Septiembre, perteneciendo 138 maestros adscritos de un total de 380
profesores universitarios; la mayoría de los profesores de Ingeniería estaban
integrados al SEMUS.
El año de 1977 principió algo
tranquilo, reintegrándose el Rector al campus universitario el día 15 de
febrero con la indignación mayúscula de los estudiantes de la FEUS; el rector
había permanecido por espacio de 11 meses en una oficina ubicada en el Edificio
Quiñones (Veracruz y Blvd. Rodríguez). Los estudiantes interpelaron al Rector a su llegada,
haciéndole ver entre otras cosas, que los Consejos Directivos de algunas
Escuelas no habían sido renovados, como es el caso de la Escuela de Ingeniería,
Derecho, Trabajo Social, Ciencias Químicas y Agricultura; el Lic. Castellanos
manifiesta que eso se debe a que “ellos fueron los causantes de la
desarticulación universitaria”, y que en un clima de violencia “era imposible
reanudar el proceso electoral”, y que por lo pronto, el Consejo Universitario
seguiría con los miembros actuales hasta que se pudieran elegir nuevos
representantes. La reunión Rector-Estudiantes fué un duelo verbal bastante
fuerte bajo la mirada de un Notario Público y del Secretario General de la
UniSon, con insultos, frases altisonantes, bromas mordaces e hirientes para las
autoridades y en la que nada pudo lograrse. Mientras tanto, autoridades y
trabajadores de la Universidad aún discutían acerca de la puesta en marcha de
los acuerdos pactados el año anterior, señalando unos el incumplimiento y los
otros calificando de “exageradas demandas” las peticiones del STEUS.
En la Escuela de Ingeniería la calma
prevalecía, pues al haberse perdido un semestre, lo menos que se quería era
violentar las cosas para evitar más pérdidas; la administración de la Escuela
organizó algunos cursos de verano ese año para adelantar algunas materias y con
eso recuperar el tiempo perdido. Pero la calma en la UniSon era aparente;
constantes mítines y paros laborales de apoyo al STUNAM (Sindicato de
Trabajadores de la UNAM) que se declaró en Huelga a finales de Junio, protestas
estudiantiles por la creación de una FEUS “particular del Rector”, demandas por
violaciones al Contrato Colectivo del STEUS, entre otras, fueron lo común durante
ese año. A principios de Julio el STEUS emplaza a huelga a la UniSon, misma que
fué conjurada con éxito el día 12 de Agosto; sin embargo, nuevamente los
problemas laborales hicieron crisis efectuándose un paro de labores por 24
horas el día 27 de Septiembre emplazando a huelga nuevamente para el día 18 de
agosto; las acusaciones mutuas estaban a la orden del día: eliminación de
plazas sindicales, demoras en la construcción de la Colonia Universitaria y la
inexistencia del Convenio con el ISSSTESON eran las principales causales del
nuevo movimiento de huelga, el cual se llevó a cabo según lo previsto. La
paralización de labores duró unos 15 días, al término de los cuales se acordó
llevar el caso con intermediación de la Junta de Conciliación y Arbitraje
llegándose finalmente a un arreglo.
Al tenor de esos acontecimientos, la
comunidad universitaria esperaba impaciente la llegada de la primavera de 1978,
pues tocaba el turno de elegir nuevo Rector. A principios de año, destacaba la
noticia de que el STAUS solicitaba registro legal como Sindicato y la
Departamentalización de la Universidad de Sonora empezaba a divulgarse como un
gran proyecto universitario de transformación. La elección de Consejeros
Universitarios resultaba ser otra de las noticias importantes así como la de
Coordinadores Ejecutivos de algunas Escuelas. Los problemas de nuevo
comenzaban.
En el mes de Febrero se envió una
terna muy criticada para la elección de Coordinador en la Escuela de Trabajo
Social, y la Escuela de Agricultura no tenía representantes estudiantes en los
Consejos Directivos ni en el Universitario; en marzo también fué muy
cuestionada la terna para elegir Coordinador en la Escuela de Derecho creándose
un gran conflicto en esta facultad; en abril, también se critica en gran medida
la terna enviada para la Escuela de Ciencias Químicas y los problemas de
carácter laboral aún mantenían lastimadas las relaciones entre Autoridad y
Sindicato. El martes 11 de Abril de 1978 se divulga la noticia de la creación
de un Frente para evitar la reelección del Lic. Castellanos donde intervienen
el STEUS, STAUS y la FEUS. Un hecho curioso sucedió el día de la presentación
de la terna en Ciencias Químicas, cuando el Ing. Gabriel Ibarra, designado por
el Rector enfrentó a estudiantes de la
Escuela quienes rechazaron tal presentación dándole a conocer un pliego de
peticiones que fueron tiradas al cesto de la basura por el Ing. Ibarra. Tal
actuación molestó a los estudiantes causando una tensa situación y debido a
ello se escuchó un rumor hasta en los medios judiciales de que una secretaria
había sido herida de bala durante los acontecimientos, lo cual no fué cierto.
Sin embargo, se produjo inquietud y confusión a grado tal de que ello provocó
la movilización de la Policía Judicial dentro de los terrenos universitarios;
lo cierto es que se pensó que eran
balazos unos truenos de cohetes que se escucharon en la Escuela de Ingeniería,
cuando se celebraba con explosivos la titulación de uno de los pasantes de
Ingeniero Minero.
El día 8 de Mayo, de nueva cuenta la
Escuela de Ingeniería viviría momentos difíciles cuando algunos estudiantes
deciden cerrar las oficinas de la Coordinación
acatando un acuerdo de Asamblea, en la cual se acusó al Ing. Gabriel Ibarra
F. de ser él quien estaba encabezando la expulsión de estudiantes por razones
de índole político, tanto de Ingeniería como de otras Escuelas de la
Universidad. Se aclaró en ese momento que el cierre de las oficinas no
significaba la suspensión de labores académicas, responsabilizando al mismo
Ing. Ibarra y a los maestros “incondicionales a él” de una posible suspensión
de clases a través de la inasistencia de los profesores; los estudiantes se
mantuvieron montando guardias para impedirle la entrada.
Un día después, apareció en los medios
informativos la convocatoria para los Consejeros Universitarios en la que se
invitaba a una reunión para el día 3 de
Junio donde se llevaría verificativo la elección de
rector de la Universidad de Sonora. Por otro lado, el STEUS, STAUS y
estudiantes presentaban el día 11 de Mayo ante el Congreso del Estado la
solicitud de derogar la Ley Orgánica 103 Universitaria y una propuesta de
elección del nuevo rector, enmedio de una numerosa manifestación por las calles
de la Ciudad. El documento inicia diciendo “venimos aquí de la manera más
formal, no a pedir una concesión, sino a exigir un derecho, el de todas
comunidades a sacudirse de las tiranías”. El Lic. Castellanos por su parte
solicita al Congreso hacer caso omiso de tal petición, argumentando que no hay
razones para cambiar de instrumento Legal, además de que “quienes lo
solicitan carecen de facultades para hacerlo”. La petición de reformas la
aceptó el Congreso del Estado y la turnó a una Comisión de Peticiones del
mismo. Nada se hizo.
El día viernes 20 de mayo, el Consejo
Universitario decreta la expulsión definitiva de 8 estudiantes a solicitud de
los Consejos Directivos de las Escuelas de Ingeniería y Derecho; 5 de esos
alumnos correspondían a la primera. Para el día lunes 23 del mismo mes, una
gran manifestación en apoyo a los expulsados fué organizada como un mensaje de
indignación de los estudiantes hacia las autoridades; una manta llevaba escrito
“si quieren acabar con la lucha ¡que nos expulsen a todos!: Altos Estudios.”;
se estimó en 3000 el número de participantes en este desfile silencioso en donde con ataúdes simulados
hicieron representar a los estudiantes expulsados; la marcha en todo momento
estuvo custodiada por la Policía Judicial del Estado, recorriendo el Boulevard
Transversal (hoy Luis Encinas), Calle Matamoros, Calle Serdán hasta llegar al
Palacio de Gobierno, concluyendo en un mitin en el Mercado Municipal al término
del cual los asistentes se retiraron a la Universidad. Un día después, abogados
de la Escuela de Derecho tramitan un amparo contra la decisión del Consejo
Universitario, pudiendo los afectados asistir a clases en tanto duran las
diligencias correspondientes para decidir la legalidad del hecho. Los
estudiantes de Ingeniería expulsados fueron: Agustín Espinoza Velázquez, Martín
Gerardo Escoboza Murrieta, José Antonio Jara Rivera, Víctor Manuel Sánchez
Corona y Rodrigo Yeomans León. Otros estudiantes supuestamente implicados, como
Víctor Joel Manjarrez Zamudio y Rodolfo Sauceda Saldívar (Consejeros
Directivos), así como Miguel Hernández Rochín y Jorge Mario Rochín Ruiz fueron
exonerados al no comprobarse su participación en el hecho.
El jueves 25, el maestro Mat. Jorge
Ontiveros Almada, un reconocido profesor de la Carrera de Matemáticas en Altos
Estudios decide participar como candidato a la Rectoría, siendo propuesto por
los entonces consejeros José Sapién y Rubén Flores Espinoza. Al preguntársele
al Lic. Castellanos si haría lo mismo para contender en la elección, respondió:
“ no me voy a registrar... pero si alguien
me registra, cosa que estaría fuera de mi alcance, no me opondré.”; ese
mismo día, el Coordinador de la Escuela de Contabilidad y Administración, CP
Heriberto Aja procedió a registrar la candidatura del Lic. Castellanos, y como
lo vaticinó, no opuso resistencia. El
Lic. Francisco Acuña Griego era otro de los posibles candidatos que era apoyado
por un sector de profesores, aunque declaró: “si mi candidatura a la
rectoría provoca división en los sectores universitarios, yo estaría dispuesto
a no registrarme como candidato”; al final decidió no hacerlo.
Durante los días previos a la
elección, ambos candidatos dieron a conocer los planes de trabajo, en donde el
Proyecto del Mat. Ontiveros destacaba la necesidad de contar con un Estatuo del
Personal Académico, el incremento en el número de profesores de tiempo
completo, la profesionalización del profesorado y un fuerte impulso a la
investigación con el fortalecimiento de todas las unidades y organismos
universitarios. Por su parte, el Lic. Castellanos manifestaba que de lograr la
reelección, seguirá fomentando la ciencia y la investigación, creando diversos
estímulos para maestros e investigadores, consolidar la departamentalización y
la apertura de nuevas carreras así como la construcción de nuevos espacios para
el quehacer universitario.
La elección de Rector era esperada con
nerviosismo por parte de la comunidad universitaria; los estudiantes declararon
que “si el sábado 3 de junio, sin tomar en cuenta la postura de los
estudiantes, maestros y trabajadores de la UNISON se reelige el Rector
Castellanos, nos iremos a la huelga”; las cosas se estaban complicando.
Llegó el día y sucedió lo que tanto se temía: el Lic. Castellanos se reeligió
con 22 votos a favor por 11 en contra, exactamente las dos terceras partes de los
Consejeros asistentes que la Ley señala como mínimo para elegir Rector. La
reunión que se llevó a cabo en el Edificio “Campillo”, rodeado éste de un
cerrado cuerpo policiaco y sin acceso a los medios de información. “Apelo al sentido universitario y a la
conciencia de los universitarios para no seguir afectando a la Universidad”,
externó el Lic. Castellanos al salir de la junta, en un afán de calmar las
manifestaciones en contra que no se hicieron esperar; inmediatamente se
organizó una marcha de protesta por la Calle Rosales hasta el Palacio de
Gobierno por parte de los estudiantes y miembros de la comunidad universitaria,
aprobándose la contraofensiva anunciada días antes: ¡huelga general!.
El día lunes 5 de Junio las banderas
rojinegras colgaban muy temprano de la puerta de acceso principal de la
Universidad de Sonora, con una consigna muy clara también por delante:
desconocer al Rector y al Consejo Universitario para después llamar a una
elección democrática bajo un procedimiento aún por definir, el cual tendría la
característica de ser a través de una votación directa y secreta por los
sectores que integran a la comunidad universitaria. El gobernador del Estado,
Lic. Alejandro Carrillo Marcor, visiblemente preocupado por los acontecimientos
hace un llamado a los estudiantes, manifestando que “deben recapacitar en la
actitud que han asumido lanzándose a la huelga independientemente que estén en
desacuerdo con la manera y el modo con que el Consejo Universitario ha resuelto
la elección del Rector”; pero el descontento era mayor que cualquier
argumento convincente. Resuelto a intervenir, el Lic. A. Carrillo Marcor invita
a los representantes del STEUS, FEUS y STAUS a una reunión a puerta cerrada en
el Palacio de Gobierno y se acuerda una posible solución al conflicto a través
de la implementación de un plebiscito que defina la aceptación o nó de las
actuales autoridades universitarias, una solicitud que mucho tiempo atrás se
venía promoviendo; la huelga se levantó el viernes 9 de Junio, 5 días después, con
la finalidad de normalizar las labores académicas ya que se requería la
presencia de la comunidad universitaria para realizar el plebiscito; la
negociación del gobernador había sido exitosa. Los estudiantes entregaron las
instalaciones simbólicamente a representantes del STEUS y no así a las
autoridades universitarias, quienes fueron desconocidas inmediatamente después
de iniciada la huelga. Una nueva manifestación por las calles de la ciudad
dejaba claro que la situación estaba francamente complicada.
El Lic. Castellanos, por su parte
calificaba una vez más de ilegal la implementación del mencionado plebiscito
manifestando que el Consejo Universitario consideraba este instrumento como
violatorio a la autonomía universitaria, de lo cual se daría información
detallada al Presidente de la República, al Secretario de Educación Pública y
al Secretario General de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos
de Educación Superior (ANUIES). El despliegue de fuerzas comenzaba. El Consejo
Universitario, por otra parte, recomendó que “ni maestros, alumnos, ni
funcionarios penetren al campus en tanto no haya normalidad absoluta, a fin de
que los actos ilícitos y demas daños cometidos en el campus no sean imputados a
quienes penetren al campus”. Así también, el Lic. Castellanos externó que
el Consejo Universitario “facultó a la Rectoría o a los Coordinadores para
solicitar auxilio de las autoridades competentes en el caso de manifestaciones
de hechos delictuosos, aún dentro del campus”, esto es, el uso de la fuerza
pública dentro de la Universidad. Finalmente, se informó que las autoridades no
participarían en el plebiscito “por su carácter violatorio de la autonomía,
ni se proporcionará documentación alguna para que se lleve a efecto, ya que al
hacerlo, estaríamos concediéndole validez a éste”.
Desde el día 13 al 15 de Junio, de
martes a jueves, los estudiantes con credencial en mano procedieron a manifestar su opinión a través
de una votación muy copiosa llevada a cabo en la Biblioteca Central de la Universidad
de Sonora. El cómputo final fué de 3818 votos en contra de las autoridades
universitarias y solo 45 a favor,
votación que fué sancionada por el Notario Público Lic. Roberto Reynoso Dávila;
el total de votantes suma 200 más de la mitad de los estudiantes de la
Universidad de Sonora en ese momento, información proporcionada por las
autoridades educativas del Gobierno del Estado. Según los resultados, el paso
siguiente sería el nombramiento de las nuevas autoridades... pero ésto no
lograba concretarse.
Mientras tanto, el día lunes 26 de
Junio el rector Lic. Castellanos I. procedió a ingresar al campus universitario
de nueva cuenta después de tres semanas de haberlo abandonado, con la mirada
expectante de los estudiantes reunidos en las escalinatas del Museo y
biblioteca y bajo un fuerte cordón policiaco agrupado en lo que es hoy la Plaza
E. de Zubeldía, mismo que tenía órdenes de intervenir si se presentaran los
conflictos. Infinidad de desplegados aparecidos en la prensa local invitaban a
las autoridades universitarias a establecer de nuevo el orden en la
Universidad, solicitando la renuncia del Rector para acelerar este proceso.
Pero el Lic. Castellanos se mostraba inflexible: “los desplegados aparecidos
en la prensa local coinciden en que he sido honesto, que he sabido sortear los
momentos difíciles por los que ha atravesado la Universidad, etc., entonces
¿Porqué he de renunciar?”. Todavía más, haciendo gala de fuerza, el Lic.
Castellanos acusó al Gobernador del Estado, Lic. Alejandro Carrillo M. en un desplegado
aparecido en la prensa local y en un periódico nacional de “violar la
Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de la Universidad de Sonora”,
además de cometer una incalificable agresión a la autonomía universitaria por
promover y auspiciar el plebiscito, el cual es “un atropello a nuestro
régimen jurídico que ningún Gobierno Estatal anterior se había atrevido a
ejecutar desde que nació nuestra máxima Casa de Estudios”.
Las autoridades
invitan finalmente a la comunidad universitaria a reintegrarse a las labores
académicas ese mismo día 26, reafirmando su postura de mantenerse como
representantes legales de la Universidad. Un día después las autoridades de la
Escuela de Ingeniería publican un comunicado informando lo siguiente:
A
LOS PROFESORES Y ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE INGENIERIA
El Consejo Directivo de la Escuela de
Ingeniería en su reunión extraordinaria del 23 de Junio de 1978, a proposición
de la planta de profesores de este plantel acordó:
Continuar los cursos correspondientes
al segundo semestre de 1978 a partir del 14 de Agosto de 1978.
De acuerdo a lo anterior, los cursos
se concluirán el 15 de septiembre publicándose el calendario para exámenes de
regularización.
Con esta solución se prentender
compaginar las siguientes situaciones:
a) Evitar la pérdida del semestre,
b) Conservar la extensión y profundidad de los cursos no
sacrificando nivel académico ni el aprovechamiento de los estudiantes,
c) Respetar los derechos laborales del personal docente
cuyo período de vacaciones es del 15 de Julio al 13 de Agosto, habiendo
adquirido ciertos compromisos profesionales para desarrollar en ese lapso,
En contraposición, esta alternativa
solo trae como consecuencias la cancelación de los cursos intensivos del
período Enero-Febrero que en todo caso son opcionales.
A
T E N T A M E N T E
ING.
GABRIEL IBARRA FELIX ING. JOSE RAMIREZ
R.
Coordinador Ejecutivo Secretario
Finalmente el día 3 de Julio, tras una
aparente calma, las clases se reanudaron en la Universidad después de un mes
sin trabajo académico. La idea de renovar los cuadros de autoridad, según se
planteó en el movimiento estudiantil después del plebiscito, resultó poco
efectiva para llevarse a cabo de una manera legal como se pensó en un principio.
Los líderes manifestaron “Hoy que regresamos a la Universidad no lo hacemos
para someternos a las condiciones que Castellanos pretende imponernos, como es
el de no realizar mítines ni asambleas, amenazando con volver a suspender las
labores académicas; nuestra postura de rechazo al rector y su consejo
universitario la seguimos sosteniendo, por lo tanto continuaremos nuestra lucha
utilizando nuestros métodos, y hacemos responsable a Castellanos de la pérdida
del semestre, en caso de que suspenda de nueva cuenta las labores académicas”.
Conflictos serios en la Escuela de
Derecho, Ciencias Químicas e Ingeniería, aunados a la indignación de los estudiantes participantes
en el movimiento en contra de Castellanos, mantuvieron
en estado crítico a la Universidad de Sonora durante los meses de Julio y
Agosto de 1978. El día 13 de Agosto, en forma sorpresiva el Lic. Castellanos
decide renunciar al cargo de Rector. En su comunicado, el Lic. Castellanos
señala que “dados los acontecimientos actuales he decidido como producto de
una determinación libre la conveniencia de presentar mi renuncia ante el H.
Consejo Universitario”. Y continuó: “este anuncio no implica
reconocimiento tácito ni expreso de la validez de los argumentos esgrimidos por
los agitadores, sino significa una contribución en beneficio de la Universidad,
si realmente se estima que es una fórmula adecuada para su mejoramiento”.
La renuncia anunciada
tendría el siguiente procedimiento:
1.
Se citará al H. Consejo Universitario a sesión en cuya orden del día se
incluirá la renuncia,
2.
Esta será una renuncia instrumentada y sujeta a cierto tiempo y circunstancias,
3.
Será incluible para mantener la renuncia que haya orden dentro y fuera del
campus universitario en lo que atañe a la Institución, de tal modo que de no
darse este supuesto, será susceptible de retirarse.
4.
La citación a los Consejeros se hará por todos los medios de comunicación a fin
de que su totalidad tengan la oportunidad de estar presentes en la sesión que
habrá de calificar la renuncia,
5.
De aceptarse la renuncia en sus términos se procederá a convocar, con la debida
oportunidad y dentro de lo previsto por las Leyes Universitarias, a sesión
solemne en que se llevará a cabo la elección.
6.
La renuncia surtirá efectos hasta el momento en que haya sido electo el nuevo
Rector y tome posesión de su cargo, que le será entregado por el suscrito.
Esta decisión fué muy reconocida entre
la sociedad hermosillense y en el Estado de Sonora, con lo cual se podría vislumbrar una sólida posibilidad de
arreglo al problema universitario. El Lic. Carrillo Marcor, Gobernador del
Estado estaba satisfecho declarando “tal decisión representa para el
ejecutivo a mi cargo una actitud que le enaltece por su sentido de
responsabilidad y por lo tanto creo que los sonorenses debemos comprender, con
el objeto de valorarla adecuadamente. No vamos a permitir que nada ni nadie
perturbe la paz y el orden que debe prevalecer en el ámbito universitario”.
Posteriormente se supo que la reunión del Consejo para tratar la renuncia sería
el para el día 29 de Agosto. Pero esta junta nunca se llevaría a cabo; un día
antes, el 28 de agosto, el rector Castellanos
manifestaba:
Se estableció como premisa fundamental
la existencia de orden y tranquilidad dentro y fuera del campus universitario
en relación con la Institución, no como un capricho personal, sino como un
presupuesto indispensable para mi retiro institucional, pues de lo contrario,
lejos de resultar un beneficio para la Universidad, se tomaría en pretexto para
provocar el desorden y el caos.
Como expresamente lo han denunciado
por medio de la prensa, tanto consejeros universitarios como diferentes
organismos representativos de la colectividad sonorense, a pesar de mi sincero
esfuerzo no se ha dado este supuesto de orden y tranquilidad, situación que por
demás le consta a toda la ciudadanía, por lo que, atendiendo a lo manifestado
por los consejeros universitarios a quienes tocaría decidir sobre la renuncia,
que estiman inconveniente se presente en el clima actual de intranquilidad que
vive la Universidad, por las graves consecuencias que puedan sobrevenir, me veo
precisado a secundar este propósito, absteniéndome de presentarla y, en
consecuencia, se deja sin efecto el citatorio para la sesión extraordinaria que
tenía ese solo objeto.
De nueva cuenta la indignación fué
mayúscula entre la comunidad universitaria que clamaba por un nuevo Rectorado.
Para el lunes 4 de septiembre, 12 consejeros universitarios presentaron una
denuncia ante la Procuraduría de Justicia por “delitos de sedición, provocación
de un delito y apología de éste, abuso de autoridad o incumplimiento de un
deber legal, peculado, robo, abuso de confianza, fraude genérico y
encubrimiento, todos ellos en perjuicio de la Universidad”. Definitivamente,
con este arrepentimiento las cosas llegaron al límite, a grado tal de que la
Secretaría de Gobernación, a cargo de Jesús Reyes Heroles, había instruido al
Dr. Rafael Velazco Fernández, Secretario General de la ANUIES para fungir como
mediador en el conflicto en caso de aceptar el Rector Lic. A. Castellanos I.,
quien accedió a la petición, manifestando que “el secretario de la ANUIES
solo viene a recabar información e intercambiar apreciaciones, para
proporcionárselas a la Secretaría de Gobernación, pero no a resolver el
problema”.
El día 11 de Septiembre, el STEUS,
STAUS y la FEUS organizan un paro total de labores como medida de protesta por
la represión de las autoridades a los
grupos opositores. Al llegar el Dr. Velasco el día 12, manifiesta que la ANUIES
no tiene autoridad para resolver el problema, que viene invitado por el Rector
Castellanos y que se entrevistará con el Lic. Carrillo Marcor y los grupos
opositores. Mientras tanto, el STEUS emplaza a la Universidad de Sonora a
huelga para el lunes 18 de Septiembre en búsqueda de mejoras salariales y
beneficios laborales. Al llegarse el día, autoridades y trabajadores deciden
prorrogar la huelga para el 4 de octubre
después de discutir por corto tiempo en la Junta de Conciliación y Arbitraje;
el acuerdo es que se analizaría detalladamente cláusula por cláusula el
Contrato Colectivo y con un ofrecimiento salarial de entrada del 16%, propuesta
que fué considerada algo satisfactoria. Pero otro problema estudiantil estaba
también presente: el rechazo a los exámenes de admisión.
Tradicionalmente, la Universidad de
Sonora aplicaba exámenes de admisión para los estudiantes de primer ingreso en
casi todas las carreras. Pero en una asamblea organizada el día 20 de
Septiembre en el Auditorio de Ciencias Químicas se decidió actuar contra este
requisito rechazando los exámenes para los aspirantes. Así también, el 22 de
Septiembre, en reunión celebrada del Consejo Universitario fueron destituídos
de sus cargos 5 profesores de la Escuela de Derecho por “poner en un peligro las actividades
académicas y por consiguiente el semestre”, ésto a resultas de haber promovido
un paro general de labores en protesta por la designación del Lic. Ross Gámez
como Coordinador Ejecutivo de la Escuela de Derecho.
La propuesta de boicotear los exámenes
de admisión fué todo un éxito, y solo el 10% lo presentó en todo el Estado en
una evaluación que se aplicaría el domingo 24 de Septiembre. El miércoles 27,
los aspirantes opositores al examen toman las instalaciones de Rectoría al filo
del mediodía, como protesta para buscar el pase automático. Un nuevo conflicto
se presentó al quedar suspedido el pago quincenal de los trabajadores y
maestros debido a la toma de instalaciones, manifestando el rector que “no
nos fué posible sacar nada de la Universidad, pues la toma fué en forma
sorpresiva, en un acto ilícito”. La FEUS y el Comité de Aspirantes por el
Pase Automático advierten que el Tesorero tiene autorización para ingresar a
las oficinas y que no se opondrán a la tramitación de los pagos. Finalmente,
para el día 4 de Octubre, el STEUS estalla la huelga prorrogada días antes al
no llegar a un acuerdo total en el análisis conjunto que se realizó del
Contrato Colectivo. En verdad las cosas no estaban nada fáciles.
Por otro lado, las autoridades universitarias
planean un segundo intento de examen de admisión en el Gimnasio Universitario
para el día 11 de Octubre, con la protesta consiguiente del STEUS al violarse
el estado legal de la huelga. El enfrentamiento no se hizo esperar para el día
de la evaluación, en donde la policía desalojó a estudiantes y trabajadores
inconformes con el uso de la fuerza pública; golpes y bombas lacrimógenas
hicieron acto de presencia en el momento en que trabajadores del STEUS se
presentaban para colocar la bandera rojinegra en las puertas del Gimnasio
Universitario donde se llevaría verificativo el examen. El Gobernador del
Estado manifestó, comentando los acontecimientos: “Si la gente quiere mano
dura por necia, la vamos a usar... cuando el diálogo no funciona se utilizan
otros métodos... por la delicada situación, el Gimnasio no debió prestarse para
los exámenes de admisión”. Varios estudiantes fueron detenidos.
Por la seriedad de los hechos, el
Gobierno difunde un boletín donde afirma que “la Policía Judicial del Estado
intervino el día 11 de Octubre de 1978 para evitar que grupos estudiantiles
antagónicos de la Universidad de Sonora chocaran entre sí y consecuentemente se
produjeran hechos lamentables. Alrededor de las 11:30 el grupo estudiantil
conocido como los activistas, en un número de 100, trató de impedir que cerca
de 500 alumnos de nuevo ingreso de la UniSon presentaran sus exámenes de
admisión en el interior del Gimnasio del Estado, mientras que su contrario, el
grupo conocido como el de los “micos” trataba de dar protección a los que
hacían sus exámenes. En el encuentro de ambos contingentes, la Policía Judicial
del Estado quedó situada enmedio, lo que ameritó de sus superiores la orden de
dispersar tanto a unos como a otros en momentos en que los “micos”, unos 30
aproximadamente lanzaban insultos a sus contrarios”. Al final se supo que
un estudiante fué herido de bala presentando un estado de salud delicado, y que
al decir de los testigos el disparo provino del lado de la policía. Los líderes
estudiantiles, por su parte señalaron que “los métodos represivos que se
utilizaron ayer para implementar el examen de selección por parte de
Castellanos no hacen más que agudizar el problema”, indicando que se
declaran en guerra en contra de “los mecanismos represivos de las
autoridades Universitarias y del Estado para terminar con nuestro justo
movimiento de ingreso total de los aspirantes a la Universidad”.
Finalmente, los estudiantes detenidos fueron puestos en libertad.
Para el día 19 de octubre el conflicto
laboral llega a feliz término otorgándose un incremento salarial bastante
aceptable para los trabajadores, así como el pago del total de los salarios
caídos durante la huelga que por 15 días mantuvo paralizada a la Universidad.
Así también, el día 23 de Octubre el rector Lic. Castellanos I. manifiesta que
el total de los alumnos que realizaron el examen de admisión fueron aceptados,
y solo el 5% que no lo presentó quedó
fuera. Por otro lado, el día 2 de Noviembre el rector también informa sobre un
incremento salarial para los profesores de tiempo completo del 25%, mientras
que el sueldo por clase para los de horas sueltas se incrementa en un 67%. Días
después, el 13 de noviembre, el rector presenta una demanda por daños a la
Universidad contra los grupos de oposición como respuesta a otra demanda
presentada contra él en el Congreso del Estado por maestros de la Escuela de
Economía acerca de un mal uso de los fondos universitarios. Ambas demandas
quedan sin efecto, dentro de un ambiente conflictivo aunque con una creciente
normalización de labores generalizado en el campus universitario.
La Escuela de Ingeniería se encontraba
en una inestable calma debido a los acontecimientos, y la demanda estudiantil
por desconocer al Ing. Ibarra como Coordinador Ejecutivo fué disminuyendo su
fuerza al persistir la orden de suspender las labores a la menor provocación;
esto era una arma valiosa ya que los estudiantes lo que menos querían era
perder más tiempo; ya en 1976 se había perdido todo un semestre.
En el alboroto producido por los
conflictos laborales y los derivados del pase automático, las autoridades de la
Universidad pusieron en práctica durante el otoño de 1978 el Sistema
Departamental, el cual fué calificado como un fraude por no pocos profesores. “La
Departamentalización en la UNISON, hasta el momento es un fraude en cuestión
académica, pues los planes de estudio fueron preparados al vapor previniendo
posibles movimientos en contra, y lo más inconcebible es la planta de maestros
improvisados que están siendo utilizados en los programas ya que ninguno
responde a las necesidades académicas pero sí a los fines políticos del rector
Castellanos”, según lo manifestó el ex-candidato a rector Mat. Jorge
Ontiveros Almada, quien abundó: “Todo fué preparado de acuerdo a los fines
políticos que se perseguían... el personal está compuesto por infinidad de
maestros ineptos y en materias tan específicas como Geometría Analítica en el
Departamento de Matemáticas, fueron enviados maestros recién egresados de
Ingeniería que al presentar su curriculum tan solo habían dado clases en
escuelas secundarias y unos cuantos en alguna preparatoria, pero que a cambio
de la plaza académica entregaron su incondicionalidad... cualquier cambio en
los planes de Estudio de las carreras debe ser aprobado por el Consejo
Directivo de cada Escuela, y aunque lo rechazaron las Escuelas de Ciencias
Químicas, Altos Estudios, Ingeniería y Economía, Castellanos los ignoró e
implantó el sistema departamental.”
El Sistema Departamental es un arreglo
diseñado para agrupar ciertas áreas del
conocimiento en varias Unidades Académicas que puedan ofrecer un servicio
docente a través de la impartición de un mismo curso para varias carreras
profesionales. Según se publicó el 31 de Enero de 1978, las características principales
son las siguientes:
CONCEPTO DE
DEPARTAMENTO
Un Departamento es la unidad básica
administrativa, académica y relativamente autónoma para el óptimo
funcionamiento de la Universidad. Reúne a una comunidad de profesores
investigadores responsables de la docencia y la investigación en un campo
determinado del conocimiento.
Los Departamentos ofrecerán docencia,
investigaciión y guía de aprendizaje dentro de su campo de conocimiento,
conforme a los planes de estuio y con los recursos con que se cuente. Al
Departamento le corresponde proveer los profesores de las distintas
especialidades a las Escuelas de la Unviersidad; entre Departamento y Escuelas
debe existir una estrecha interrelación; la Escuela otorgará sentido de
integración en la especialidad que se busca, en sus objetivos y fines; el
Departaemnto da sentido de unidad epistemolótica a las asignaturas afines.
Uno de los objetivos de la
Departamentalización es que las escuelas o carreras no estén aisladas, de
manera que éstas obtengan servicios del mayor número posible de Departamentos
Académicos, logrando con ésto que el alumno sea realmente partícipe y esté en
íntima relación con la comunidad de la que forma parte y con los fines y
objetivos de la Institución.
VENTAJAS DEL SISTEMA
Lorganización Departamental ofrece una
serie de ventajas que se puedena analizar desde diferentes puntos de vista. A
continuación se presentan algunas de las principales:
Administrativamente permite:
- Establecer un
sistema de evaluación constante de las actividades de profesores agrupados en
áreas afines,
- Evitar la
duplicidad de cursos,
- Optimizar el uso de
las instalaciones de la Universidad,
- Detectar
rápidamente a los problemas por áreas específicas y hacer más expedita la
solución de éstos,
- Equilibrar las
cargas de trabajo, académicas y de investigación,
- Agilizar la
comunicación entre dependencias administrativas,
- Elaborar con
anticipañción listas, actas y otros documentos.
Desde el punto de
vista académico:
- Elevar el nivel
académico al agrupar a los profesores especializados por áreas,
- Promover la
investigación mediante una adecuada distribución de cargas de trabajo,
- Mantener sistemas
de evaluación objetivos y estandarizados,
- Capacitar a los
profesores en aspectos didácticos, pedagógicos y de tecnología educativa,
-Formar un banco de
personal docente para agilizar la selección y contratación de éste,
-Analizar y
reorientar los planes y programas de estudios de acuerdo a la problemática
actual,
- Favorecer conforme
se revisen los planes de estudio la formación de troncos comunes, creación de
nuevas carreras o más variedad de salidas de especialización,
- Favorecer la
interdisciplinariedad entre los alumnos para la formación integral de ellos,
- Disminuir los
índices de deserción yh cambios de carreras con el establecimiento de troncos
comunes.
Para los profesores:
- Distribución más
equilibrada del tiempo para dedicar a la investigación y la docencia
-Mayor oportunidad de
participación en cursos de actualización y congresos de su disciplina,
-Mantenerse
actualizado en su campo de trabajo mediante el intercambio constatne de
experiencia con otros docentes de la misma área y acceso a una biblioteca
especializada,
-Elaborar
conjuntamente instrumentos de evaluación más precisos para los alumnos,
- Prestar un mejor
servicio de asesoría a los alumnos, programando con más precisión su tiempo,
- Mejor preparación
de sus clases al contar con materiales didácticos elaborados por el
Departamento.
Para los alumnos:
- Mejor preparación y
capacitación por parte de profesores especializados en cada disciplina,
- Mayor participación
enlas actividades de los diferentes departamentos,
- Establecer
comunicación con alumnos de otras disciplinas,
- Maor oportunidad de
seleccionar sus materias y cursos con la implantación de un currículum más
flexible,
- Recibir asesoría
especializada de los diferentes departamentos,
- Profundizar en los
conocimientos básicos y especializados,
- Mantener la
motivación y el interés al trabajar en grupos interdisciplinarios,
- Mayor oportunidad
para decidir la carrera terminal al ingresar a un tronco común.
¿Que impacto tuvo la
Departamentalización en la Escuela de Ingeniería?; indudablemente que la
afectación fué bastante seria, pues desde su creación en 1958, la impartición
de los cursos y sus programas de materia eran responsabilidad exclusiva del
personal docente adscrito a la Escuela, cuyo ingreso era decidido
exclusivamente por las autoridades en turno para las materias del Plan de
Estudios. Con la departamentalización se perdió parte de ese control
entregándose a otros catedráticos del Area de Física y Matemáticas
principalmente, quienes estaban adscritos a una autoridad distinta; casi una
tercera parte de las materias de la Carrera de Ingeniero Civil, por ejemplo, sería administrada por Escuelas
universitarias diferentes a la de Ingeniería.
El descontento universitario no se
hizo esperar, pues la decisión de implementar la Departamentalización fué
considerada como arbitraria y demasiado rápida. El día 01 de marzo de 1979, estudiantes
de las áreas departamentales tomaron los edificios en una clara muestra de
disgusto “por la rotación y desubicación a que son objeto los alumnos
diariamente”, calificando esta medida de las autoridades universitarias
como un deseo de “desuniversalizar a la Universidad y evitar el agrupamiento
de los estudiantes en torno a las próximas elecciones del Consejo
Universitario”.
Los estudiantes
manifestaron que tal desubicación no tiene motivo pues los 33 grupos que
existen tienen posibilidades de ser acomodados en las aulas existentes,
criticando el exagerado movimiento entre salones. El rector Castellanos,
por su parte, afirmaba que los Departamentos no serían incluidos en la
integración del Consejo Universitario por ser de reciente creación.
Entre tanto, el rector Castellanos preparaba la conformación de un nuevo Consejo
Universitario para el mes de abril, según lo estipulado en la Ley, organizando
las elecciones de representantes estudiantiles y del sector docente, además de
concluir ciertas nominaciones de coordinador ejecutivo que estaban pendientes.
Sin embargo, las constantes muestras de descontento por parte de la comunidad
universitaria, sobre todo de la Escuela de Derecho, Agricultura y Ganadería,
Ciencias Químicas, Altos Estudios, Economía e Ingeniería fueron motivo
considerado importante para el Lic. Castellanos para argumentar que “en caso
de no presentarse las condiciones necesarias para la celebración de los
procesos electorales en las Escuelas de la UniSon, una cuestión de sentido
común es que se queden los actuales consejeros universitarios”.
A principios del mes de mayo, el
rector tomaría la rígida decisión: “no es ilegal postergar la renovación del
Consejo Universitario; no se justifica pero obedece a causas de fuerza mayor”.
Al decir del rector, “dicha decisión no es culpa de las autoridades
universitarias sino de grupos de estudiantes como es el caso de la Escuela de
Economía, cuya solución no depende de nuestra voluntad”. El gobernador del
Estado, visiblemente molesto por los acontecimientos calificó la administración
de Castellanos como “un porfiriato” al desistir de llamar a elecciones como lo
marca la Ley, acusándolo como el responsable de los conflictos universitarios.
El período del Gobernador A. Carrillo M. terminaba en septiembre de 1979 y su
disgusto contra el rector se hizo patente y público ya para concluir su
mandato.
Durante el mes de junio, un debate
periodístico muy interesante se dió lugar entre el Lic. Miguel Cárdenas Valdez
de la Escuela de Derecho y el Ing. Gabriel Ibarra Félix, Cordinador Ejecutivo
de la Escuela de Ingeniería. Por la abundante información que en los escritos
se divulga, procedemos a reproducirlos literalmente tal y como se publicaron en
orden cronológico:
¿Que Reformar y para
qué Reformar? (Ing. Gabriel Ibarra F., p. El Sonorense, Junio 04 de 1979)
Mucho se ha especulado a través de los
distinos medios de comunicación social sobre la posibilidad de reformar la Ley
103 que rige las actividades de la Universidad de Sonora.
Es necesario reformarla se ha dicho.
Es inadecuada se ha insistido. Ya existe un proyecto, se informó. Ya fué
dictaminado y voy a votar por él, dijo
algún diputado.
Pero lo cierto es que nadie ha
expuesto en forma clara que reformas se piensan hacer y mucho menos ha
publicado un proyecto respaldado por algún legislador o grupo representativo
que por lo menos sirviera como base de discusión.
Por ello las primeras preguntas que
hay que hacer en el asunto de las reformas a la Ley Orgánica de la Universidad
de Sonora son: ¿que reformar? Y ¿para que reformar?
Consideremos la primera: ¿que se desea
reformar?
Como no se ha presentado a la opinión
pública ningún proyecto formal, solo nos queda acudir a las opiniones que se
han vertido por algunos comentaristas y particulares.
La más concreta que tengo a la mano es
la exposición hecha por José Sapién Durán, profesor de la Escuela de Altos
Estudios y representante maestro ante el H. Consejo Universitario que publicó
“El Imparcial” el 2 de Junio (de 1979), donde se pide:
1. Elección del rector por voto
secreto y universal de la comunidad universitaria.
2. Que cada Escuela elija libremente,
vía referéndum, a su Coordinador Ejecutivo
3. Que
los Coordinadores Ejecutivos no tengan ningún trabajo fuera de la Universidad.
Que se entreguen a su Escuela de tiempo completo.
4. Que
se respeten los derechos laborales de los profesores. Que se implemente un
mecanismo para frenar las constantes expulsiones de maestros y de alumnos.
Veamos la primera:
Se ha insistido en que la elección de
rector o su destitución sea por vía de “voto secreto y
universal de la comunidad universitaria”.
Ahora bién. La Comunidad Universitaria
está integrada por varios sectores: estudiantes (9000), profesores e
investigadores (500), empleados de servicio sindicalizables (300) y empleados
de confianza (200). Las cifras representan en forma global la proporción de
cada sector según datos que tengo a la mano.
Al hablar de voto “secreto y
universal” cabe preguntar: ¿el voto de un profesor será equivalente al voto de
un alumno? ¿Se establecerá un mecanismo para que cada sector vote por separado?. Y si esto se plantea y resulta que el consenso entre
estudiantes es contradictorio con el del sector maestro o con el del sector empleados, ¿cual predominará?
Como vemos se requiere ser un demagogo
o un inconsciente de la misión universitaria al plantear simplemente el voto
“secreto y universal” como mecanismo para elegir rector o cualquier otra
autoridad universitaria, ya que en este sistema no es factible dar a cada
sector de la comunidad universitaria el valor y la influencia que merecen.
De antemano puede establecerse que el
“voto universal” se llevará a una universidad manejada sobre el control y
manipulación de los votos de los estudiantes, que indudablemente representarán
siempre la mayoría sobre los maestros y los empleados. Esto es inaceptable, por
lo menos para el sector magisterial.
Al segundo punto, relativo a que “cada
escuela elija libremente vía referendum a su Coordinador Ejecutivo” se le puede
hacer el mismo comentario ¿Como participarían maestros y alumnos en este
referéndum?
Pero lo más curioso es que se siga
hablando de Escuelas cuando este sistema de organización académica ya fué
abandonado por la Universidad de Sonora para dar paso
a los Departamentos Académcios y las Unidades Regionales.
Resulta notorio que todos los que
hablan de reformas a la Ley Orgánica se refieran a Escuelas. Esto denota una
completa ingnorancia sobre los cambios que se han verificado en la estructura
de la Universidad.
El alumno ya no estrá inscrito en
Escuelas. Estará inscrito en la Universidad de Sonora y cursará sus materias en
los distintos departamentos. Así tomará sus Físicas en el Departamento de
Física, sus matemáticas en el Depto. de Matemáticas y así sucesivamente. No importa en que carrera
esté registrado. Las escuelas ya pasaron a la historia
por lo menos en la UniSon.
Hoy existen Escuelas solo en función
de los alumnos que están en ellas, en tanto que concluyen sus respectivas
carreras. El futuro de la UniSon son los Departamentos Académicos y las Unidades Regionales como son la de
Caborca, Hermosillo y a partir de Septiembre, Navojoa.
Sobre la dedicación que pide José
Sapien para los coordinadores ejecutivos, es materia de reglamentación interna
y no de Ley Orgánica. Es más, estoy de acuerdo con él por lo menos en la idea
general.
Sobre el punto de derechos laborales
no hay discusión. En la pasada sesión de Consejo Universitario se aclaró al
Profr. José Sapien ese punto. Sus
derechos laborales están completamente a salvo y si algo tiene que reclamar ahí
tiene a la Junta de Conciliación y Arbitraje y demás tribunales para dirimir
sus problemas pendientes con la Universidad.
Tan a salvo están los derechos
laborales de la Universidad de Sonora que están legalmente registrados varios
sindicatos de trabajadores y profesores. El mismo profesor José Sapien es
miembro del STAUS, que aunque es un sindicato minoritario puede servirle para
plantear sus demandas laborales.
Sobre el mecanismo que solicita para
frenar “las constantes expulsiones de maestros y alumnos”, basta con que los
grupos radicales eviten saquear almacenes y oficinas, atacar física y
moralmente a las personas y dejen de
paralizar ilegalmente las labores académicas y administrativas. Sería muy
interesante que demostraran en qué casos los Consejos Directivos y el Consejo
Universitario han suspendido a alguien sin causa debidamente justificada.
Hasta aquí con la solicitud del
profesor José Sapien.
Otra proposición es la de crear una
autoridad que controle al Consejo Universitario. Esta alternativa no es viable,
pues implica que el Consejo Universitario deje de ser la máxima autoridad en la
Universidad y ceda su lugar a otro organismo. En este caso se podría plantear
quien controlaría a este organismo.
Por otra parte el establecimiento de
una Junta de Gobierno en la UniSon o de otro organismo similar fué rechazado
por todos los sectores en la discusión sobre la Ley Orgánica en 1973.
Toda ley es perfectible, lo acepto.
Pero sigo en espera de una proposición de reforma que valga la pena, que
justifique el riesgo social de abrir la discusión en la Unviersiad de Sonora y
en el Congreso del Estado. En mi opinión las proposiciones planteadas solo han
logrado inventar el “hilo negro” sin aportar algo consistente y serio para el
desarrollo de la UniSon.
Pero lo más importante no es qué
reformar, sino para qué reformar. ¿Que se desea lograr con una reforma a la Ley
Orgánica?
Dicen que los mexicanos queremos
resolver todos los problemas expidiendo o reformando leyes. Por ministerio de
hoy esperamos que disminuya la inflación y aumenten los salarios, que surjan
los empleos y la democracia se haga transparente.
Modificar leyes sin mejorar las
acciones de los ciudadanos es inútil.
Quiero recordar que a partir de
Octubre de 1971 participé en la reforma de la Ley Orgánica como miembro de la
Comisión Mixta representando a los alumnos de la Escuela de Ingeniería.
De esa fecha a marzo de 1973 se
discutieron no uno, sino varios proyectos. El proyecto final fué entregado al
H. Consejo Universitario, quien también le hizo reformas. Finalmente el
proyecto pasó al H. Congreso del Estado quien después de celebrar una larga
consulta popular aprobó la Ley Orgánica 103 el 22 de Agosto de 1973.
En este proceso la Universidad de
Sonora invirtió dos años de energías. Costó la vida a varios policías y varios estudiantes. Una estatua del Policía
“Moralitos” y los culpables en prisión nos recuerdan estos hechos.
Los grupos de oposición en la
Universidad de Sonora no estuvieron de acuerdo con la Ley, como no van a estar
de acuerdo con nada que no sea el control completo de la Institución. Si bién
ellos habían impulsado la designación del Lic. Alfonso Castellanos como rector,
el cambiazo por el Lic. Alán Sotelo les falló.
Recordando esta experiencia y sus
resultados, pregunto: ¿de que serviría reformar la Ley Orgánica en estos
momentos? En lo personal opino que DE NADA.
Ninguna reforma dejará contentos a
todos los grupos.
Ninguna reforma hará que el nivel
académico de la UniSon suba o baje.
Ninguna reforma hará que los políticos
que desean utilizar la universidad como trampolín o como refugio renuncien a
sus fines.
Y es más, ninguna reforma hará que los
grupos que sostienen a las actuales autoridades universitarias abandonen la
institución.
Lo único que se logrará es dar motivo
y bandera para que todos los grupos e intereses universitarios,
no-universitarios y hasta anti-universitarios vuelvan otra vez a la lucha
política con consecuencias difíciles de preveer.
Por ello resulta sospechoso, contando
con las experiencias anteriores, que se promueva un proceso de reforma en la
víspera de las elecciones y al cuarto para las doce del cambio de gobierno
estatal y legislaturas.
Es increíble la inconciencia y el
resentimiento de los políticos oportunistas a quienes nada les tocó en la
selecicón de candidatos (y si nó, analicemos uno por uno a quienes están
promoviendo cambios en la Ley Orgánica). Tomemos nota para cuando llegue la
hora de las responsabilidades.
La Universidad lo que necesita es
trabajo, no leyes.
Coincido con la opinión que expuso
Barros Sierra en su libro “México 68", con relación a la modificación de
la Ley Orgánica de la UNAM, que por cierto no se ha modificado.
Las reformas de la Ley Orgánica no
reportan a la Institución mejoras académicas que no puedan ser suplidas con
reformas en los reglamentos internos. En cambio, cualquier reforma en la Ley
implica siempre el riesgo de ir al Poder Público para solicitar un cambio que
lo más probable resultará distinto a lo que deseaba la Comunidad Universitaria.
Pero vamos al fondo del asunto. La
realidad es que en la UniSon existen grupos que se oponen a la permanencia del
actual rector por interés en colocar a otra persona.
Eso tampoco lo va a lograr una reforma
a la Ley , ya que no tiene efecto retroactivo, y menos aún, que el Artículo primero de la Ley
Orgánica diga: ¡fuera Castellanos!.
El problema está en el control
político de la Institución que desde hace años tratan de obtener los grupos de
oposición al régimen, fracasando una vez tras otra. Pero este tema conviene
tratarlo por separado.
La Administración de
Recursos en la UniSon
(Junio 06 de 1979, p. El Sonorense, Ing.
Gabriel Ibarra Félix)
Otro tema de actualidad es el de los
recursos económicos de la Universidad de Sonora. Con el arguménto sólido de que
la UniSon es sostenida en forma directa por los sonorenses, se han planteado
acusaciones a la administración universitaria de que despilfarra recursos y que
no los administra adecuadamente.
Para aportar algo positivo quiero citar
que a partir de 1973, al ser promulgada la Ley 103 se cambió el sistema
administrativo de la UniSon.
La nueva Ley Orgánica canceló el
Patronato Universitario formado por personalidades qu eran elegidos por el
mismo patronato, con amplias facultades de programación de presupuestos y
administración de recursos.
En su lugar se constituyó la Comisión
de Asuntos Hacendarios, integrada por tres personas electas por el Consejo
Univesitario mediante una mayoría especial de dos terceras partes.
Los recursos económicos de la
Universidad no los administra el Rector. Anualmente cada unidad académica y
administrativa presenta su proyecto de presupuesto,planteando
sus necesidades y sus perspectivas de desarrollo. Los proyectos se discuten
ante la Comisión de Asuntos Hacendarios, haciéndose los ajustes
correspondientes de acuerdo al programa de ingresos. Finalmente, el presupuesto
es aprobado por el Consejo Universitario y se ejerce con la autorización del
Coordinador o Jefe de Departamento y del Tesorero de la Universidad. El
ejercicio es verificado por el Contralor de la Comisión y comprobado por los
auditores internos y externos. Estos últimos son también designados por el
Consejo Universitario.
La Universidad de Sonora es
actualmente una de las que tienen el lprestigio ante la Secretaría de
Programación y Presupuesto y la de Educación Pública de tener un buen control
financiero y su información al corriente, sobre todo en lo relativo a la
aplicación de los subsidios federales.
A esto hay que añadir que la mayoría
de los recursos que se reciben del gobierno federal no se otorgan en efectivo,
sino en equipo u obra civil. En una ocasión se acusó a la Universidad de estar
construyendo una unidad deportiva y no aulas. La realidad era que la Federación
otorgó a la Institución una unidad deportiva y no aulas.
Esta situación podrá ser criticable,
pero en lopersonal creo que es correcta, ya que algunas universidades tomaban
los presupuestos federales en efectivo y los utilizaban en formaineficiente o
hasta para fines distintos a los universitarios.
Actualmente en la Universidad de
Sonora, todos los funcionarios y
consejeros universitarios y directivos conocen o pueden conocer el
presupuesto de la institución. Es más, en los contratos han sido autorizados
los sindicatos universitarios para pedir aclaraciones sobre el uso de los
recursos económicos de la UniSon.
La Universidad de Sonora es
actualmente una institución solvente, no rica. Y esto se debe a la
participación de personas de muy amplia solvencia moral y profesional como el
Lic. Guillermo Balderrama (1974-1975) y en los últimos años el CP Horacio López
Díaz, elmentos muy reconocidos en nuestro medio que han presidido la Comisión
de Asuntos Hacendarios.
Al correcto uso de fondos que han
verificado, se debe que actualmente la UniSon sea una de las pocas
universidades estables que tienen superávit.
Algunos han afirmado que esto se debe
a que la Universidad recibe ahora más dinero. Este hecho es muy discutible, pues entre el
presupuesto de 68 millones de 1973 (antes de la devaluación y la inflación) y
el de 1977-78 de 167 millones (después de la devaluación y la inflación), no
hay demasiada diferencia neta.
En 1974, un profesor de tiempo
completo ganaba $6,400 pesos sin ninguna prestación. Actualmente un profesor de
tiempo completo gana un mínimo de $21,000 pesos más prestaciones ISSSTESON,
prima vacacional, seguro, etc.). Y esta cifra, aún se considera insuficiente,
pero la tomamos como un índice de comparación del incremento de los costos que
todo el público ha resentido.
¿A que se debe que la Universidad
tenga recursos?. A que oportunamente se tomó la
decisión de cancelar las preparatorias que consumían el 50% del presupuesto.
¿En que se utiliza y se utilizará este
superávit?
Primero se destinó a la liquidación
del presonal de las preparatorias, después sirvió para hacer frente a la
inflación y a los aumentos de salarios y prestaciones que han planteado los
sindicatos de trabajadores y maestros. Finalmente ha servido para generar el
remanente con que se iniciaron los programas de la Unidad Regional Norte (en
Caborca) y con los que se apoyará el arranque de la Unidad Regional Sur de
Navojoa, a la que se han destinado 16 millones de pesos para el primer año.
Sin embargo, no debemos confiarnos en
que la UniSon está en bonanza económica. Existe actualmente una situación de
superávit motivada por una adecuada programación de recursos disponibles a
partir de las preparatorias. Esto permitirá abordar nuevos programas en 1979 y
en 1980. Pero corresponde a los administradores de la UniSon y al apoyo que
estos reciben de los universitarios, de los sonorenses y de las distintas
dependencias estatales y federales mantener a la Universidad como una
institución solvente en los próximos años.
Hay tres críticas a las que deseo
contestar:
1. Que la Universidad es ineficiente.
Lo acepto parcialmente,pues debido a una estructura
inadecuada de escuelas, tenemos planteles como Altos Estudios con 120 alumnos y
6.5 millones de pesos de presupuesto, ante otros comola Escuela de Agricultura y
Ganadería con 1,100 alumnos y 12 millones de presupuesto anual. Pero esta
situación objetivamente ha mejorado y mejorará aún más con el sistema
departamental. Tan ha mejorado que se logró suprimir el déficit que arrastraba
desde 1968.
Lo que resulta cómico es que la
escuela más favorecida presupuestalmente ineficiente sea la que critica más el
uso de los recursos universitarios.
2. Que la Universidad tiene dinero en
el banco y no lo usa.
Lo contrario sería más criticable:
gastar por gastar. El superávit acumulado en los dos últimos ejercicios está
previsto para iniciar el sistema departamental y el de Unidades Regionales. Ha
sido un ahorro conciente a la luz de las necesidades futuras.
Si la crítica anterior es sólida
también habría que hacer otra al Gobierno del Estado, que después de un
conciente manejo presupuestal ha logrado suprimir su déficit y acumular un
activo en bancos que le ha permitido emprender un programa extraordinario de
obras de claro beneficio social.
3. Que la Universidad no atiende a un
mayor porcentaje de jóvenes. En todo caso esta crítica vale por todo el sistema
estatal de educación que incluye a los Tecnológicos Regonales, el ITSON y otras
instituciones. Actualmente hay límites de cupo solo en Trabajo Social y
Enfermería, que no son inveles de licenciatura.
El examen aplicado a alumnos de primer
ingreso es de Conocimientos Mínimos y hasta ahora no ha sido necesario
restingir el cupo en niveles profesionales.
Yo recomendaría a los críticos de la
situación financiera de la UniSon que tengan buena fé, que se entrevisten con
el CP Horacio López Díaz y con el CP René Montaño. Creo que ellos les darán
argumentos numéricos fidedignos. También recomiendo a los medios de difusión
que se han mostrado interesados, que los requieran formalmente a través de sus
reporteros.
Por lo que a mi respecta, estoy
satisfecho de que la UniSon haya liquidado su déficit y emprenda nuevos
programas. O acaso ¿es pecado en México la eficiencia? ¿Es delito social no
tener un pasivo multimillonario?
¿Porqué Fracasó el
¡fuera Castellanos!? (Junio 07 de 1979, p. El Sonorense, Ing. Gabriel Ibarra
F.)
Es muy cierto que en las Universidades
se reflejan los conflictos sociales que vive la comunidad. Pero también es
cierto que en las universidades se han ido a refugiar los grupos de oposición
radical al Estado Mexicano.
Ante el control político ejercido
sobre los partidos, los sindicatos obreros y campesinos, que constituyen la
base real del poder del régimen institucional de la Revolución Mexicana, los
grupos radicales solo pudieron prosperar en las instituciones educativas que
convirtieron en tribunas y trincheras de su lucha.
Actualmente en la Universidad de
Sonora actúan por su orden de importancia relativa el Partido Comunista
Mexicano (PCM) que dirige el pasante de Leyes Raúl Sáenz Cota, que cuenta con
tres grupos en la UniSon (dos en la Escuela de Economía); el Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT), cuyos restos capitanea Rubén Duarte
Rodríguez (a) “John Lennon” y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST)
que está organizando la licenciada Josefina de Avila, profesora de la Escuela
de Altos Estudios. También actúa un cuarto grupo que se identifica como “Comité
Provisional de la FEUS”, “Corriente Socialista” y/o “Liga Comunista 23 de
Septiembre” sin clara diferenciación, que dirigidos por A. González
emprendieron los últimos movimientos en la Escuela de Economía.
Estos grupos se identifican siempre
como de izquierda mas o menos radical y tienen por lo
menos el mérito de que siempre han dicho ser lo que son.
Pero al lado de ellos se han
constituido grupos políticos sobre todo con relación a la última sucesión de
Gobernador del Estado. Los oportunistas que cifran todo su futuro en que llegue
tal o cual candidato, que cada tres años pretenden manipular, utilizar o
controlar la fuerza política de los grupos universitarios con fines de
proyección personal.
Uno de estos grupos es el que
encabezaron los “profesores liberales de Leyes”, quienes ofendidos de que
alguien los identificara con la izquierda radical, llamándolos “comunistas”,
han reivindicado los adjetivos de “liberales”, “izquierdistas moderados” y
finalmente el de “anticastellanistas”.
Sus pretenciones fueron públicamente
aclaradas, cuando a través de la prensa y la televisión, dieron su apoyo a un
candidato a gobernador en forma oportunista cuando creyeron que ya estaba su “destape”.
Sin embargo, la decisión del PRI de
postular al doctor Samuel Ocaña García los tomó “fuera de la base”. Algunos han
corrido a tratar de justificarse. A otros no les ha quedado más que hacerse de
“la oposición” o hacer el mayor ruido posible esperando que surja un conflicto
que les dé un poco de notoriedad, que les permita ubicarse en una posición que
les asegure su supervivencia política (y económica) durante los próximos años.
Estos grupos pretendieron unirse. Por
un lado los grupos de izquierda radical, por otro los grupos oportunistas.
Y la mezcla resultó como la del ácido
y la sosa cáustica. Se neutralizaron mutuamente. La divergencia de opiniones y
la imposibilidad de llevar un programa conjunto los hundió en el fracaso.
Los grupos de “izquierda radical” se
aceleraron con el apoyo “oficial” que les ofrecieron los líderes del STAUS y la
APUS (del Lic. Torres Gallegos), entre quienes se movían algunos funcionarios
menores. Los segundos creyeron poder orientar y controlar las acciones de los
radicales como elementos de presión a su favor.
Así, los “radicales” fueron
sucesivamente embotellados en aventuras insostenibles de paros, huelgas, tomas
de edificios y otras acciones impopulares. Los apoyos prometidos nunca llegaron
o resultaron insuficientes... El final fué el hundimiento total de los partidos
de izquierda, que en estas aventuras no lograron concretar ni sus mínimas
aspiraciones de hacer ruido en la campaña política actual.
La oposición sin líderes, sin
programas, sin nada que ofrecer se hundió. Las diferencias internas acabaron
con los restos de lo que fué la FEUS, el GAP, los consejeros estudiantiles
y demás plataformas, que solo sobreviven
en las reuniones de café en “Altos Estudios” y en los membretes que firman
desplegados.
Los intentos de movilizar a
estudiantes y maestros, uno tras otro se han estrellado no en el “porfiriato
Castellanista”, sino en la ineptitud de los líderes que no saben ellos mismos
lo que quieren.
Así, la semana pasada, mientras que
unos solicitaban entrevistarse con el Presidente de la República a nombre de
STEUS, STAUS y FEUS, otros distribuían un panfleto a nombre de la “Comisión
Provisional de la FEUS”, argumentando que el problema “no es la salida de
Castellanos ya que eso solo resolverían las pugnas interburguesas” y que el
problema de fondo es que “los estudiantes nos oponemos al Plan Nacional de
Educación que el Estado burgués trata de implementar en las universidades”. El
escrito termina gritando ¡No al Plan de Educación! que promueve el gobierno del
Licenciado José López Portillo.
La situación puede resumirse en las
declaraciones de una nota que “El Imparcial” publica
tras una conferencia de prensa en la Escuela de Altos Estudios realizada el 24
de Mayo donde expresan que:
a) El activismo no
tiene en estos momentos la suficiente fuerza para luchar contra Castellanos, y,
b) Que en las
actuales condiciones una reforma a la Ley 103 no los beneficiaría si no hay
cambios de personas dado que estas reformas no son retroactivas.
Así terminan anunciando la formación
del Frente Democrático Universitario, que por enésima vez intentará unir a las
tendencias mencionadas. Pero como saben los matemáticos de Altos Estudios, la suma
de cero mas cero mas cero es igual a cero; y los físicos, que solo las fuerzas
paralelas se suman pues las contrarias se anulan entre sí.
En estas circunstancias, por ellos
mismos expresadas, ¿qué sentido tiene la promoción de reformas a la Ley Orgánica
de la Uni-Son?
En primer lugar necesitan un pretexto
para hacer ruido, aparecer en la prensa firmando desplegados y en la TV haciendo declaraciones. Necesitan
demostrar que alguna fuerza tienen dentro de la
Universidad y llamar la atención ante el cambio de gobierno.
En segundo término, pretenden crearle
un problema en la Universidad al próximo Gobernador del Estado, que les dé
oportunidad de asumir posiciones de fuerza con que negociar. Tratarán de
comprometer al nuevo gobierno en un proceso como el iniciado en octubre de 1971
para reformar la Ley Orgánica, que les proporcione material para alimentar sus
respectivas luchas políticas. El último intento lo harán empujando a los
trabajadores del STEUS a una huelga a fines de Agosto o principios de Septiembre.
Pero el propósito más negativo es
evitar que la Universidad consolide sus programas académicos como las Unidades
Regionales de Caborca y Navojoa, los Departamentos Académicos y la reforma de
la estructura administrativa de la Institución.
Son alérgicos a una Universidad
trabajando, desarrollando sus actividades académicas y científicas. Solo en la
efervesencia política subsisten.
Pero afortunadamente para la UniSon no
avanzarán en sus planes. Por buen rato estarán derrotados, sin programas que
desarrollar, sin metas que alcanzar y nada que ofrecer a sus seguidores.
Continuarán en la Universidad haciendo reuniones, repartiendo panfletos,
pintando bardas, tomando algún edificio o haciendo una manifestación ante la
indiferencia de todos. Seguirán dando testimonio de que la Universidad permite
el flujo de todas las corrientes.
En estos momentos les recomendaría que
hablaran con el Rector, evitando cualquier propósito de retiro. Lo único que
les falta es que decidan retirarse y la UniSon verifique un cambio por las vías
institucionales. No me imagino que harían si se quedaran sin el ¡fuera
Castellanos!.
El Futuro de la
UniSon (Junio 08 de 1979, p. El Sonorense, Gabriel Ibarra Félix)
La Universidad de Sonora es la
institución fundamental de la educación superior en el Estado de Sonora. Pueden
surgir una, dos o más instituciones similares, públicas y privadas, y que bueno
que ésto así sea... Pero por razones históricas la Universidad de Sonora
seguirá siendo la Universidad de los sonorenses.
En los últimos años la Universidad ha
tenido que pasar una prueba muy dura. Pero las agresiones externas o internas
contra su vida orgánica han sido superadas una a una. Han causado gran daño a
la Institución es indiscutible. Pero también han madurado a los universitarios
en su concepción de una Universidad autónoma, libre de dogmas políticos y
únicamente comprometida con su objetivo de preservar, crear y difundir la
cultura en beneficio de la sociedad.
La oposición en la UniSon ha
fracasado. Si algo está a punto de morir en la Universidad son los grupos que
la han atacado, a quienes hoy por hoy tienen que dar vida artificial algunos
políticos en resaca que todavía sueñan con tener influencia en la Institución
aprovechando a los aventureros y a los eternos amargados, algunos con
pretensiones de redentores o genios incomprendidos que se tienen que soportar
con paciencia como precio justo de la libertad de pensamiento y expresión que
se integran en la libertad de cátedra.
Podemos afirmar sin temor a
equivocarnos que la Universidad de Sonora continuará adelante. Que se
fortalecerá la Unidad Regional Norte en Caborca. Que se iniciará la Unidad
Sur en Navojoa. Que se ofrecerán nuevas
carreras en el próximo ciclo.
Que se incrementará el número de
plazas disponibles a estudiantes de primer ingreso. Que se fortalecerá el
programa de estudios de maestría y las unidades de investigación. Y estos no
son planes, sino programas que se están desarrollando en la práctica en estos
momentos.
Por ser parte importante del papel que
desempeña la educación superior en la promoción económica y social de los
mexicanos, la UniSon mantendrá el costo de las licenciaturas en el menor nivel
posible.
Actualmente se cobra por inscripción y
colegiaturas solo $340.00 (trescientos cuarenta pesos) por año, cuota que no se
modificará mientras las condiciones económicas de la institución lo permitan,
dependiendo del apoyo que recibe de las distintas fuentes de financiamiento.
Pero se plantea: ¿Que elemento puede
asegurar el futuro de la institución?, ¿Que se puede aportar para que la
Universidad sea un centro promotor de la cultura de acuerdo a las necesidades
sociales?, ¿Que puede hacerse para que la UniSon se fortalezca como el Alma
Mater de los sonorenses?
El elemento básico para lo anterior es
que los ciudadanos respetemos a la Universidad. En especial los profesores,
estudiantes, trabajadores y
administradores que concurren en ellas. En forma vital, quienes tienen
en sus manos el poder político y económico en todos sus niveles.
Tal vez sin notarlo, de seguro sin
desearlo, el rector que más daño ha hecho a la Universidad de Sonora es el Lic.
Luis Encinas, quien siendo rector se postuló como gobernador y llegó a la
primera magistratura del Estado.
Esto ha servido para que una serie de
ingenuos piensen que la rectoría puede ser un buen escalón para saltar a la
gubernatura o a otros puestos de representación popular.
De aquí han surgido los movimientos
que cada tres años conmueven a la Universidad: en 1967 el movimento contra
Encians y Faustino Félix, en 1970 los paros dinámicos de Ismael Mercado, en
1973 la Reforma de la Ley Orgánica, en 1976 los sindicatos universitarios y
hoy, en 1979, otro pretendido movimiento de reformas a la Ley Orgánica.
Se puede checar que con “rara”
coincidencia que cada tres años, en época de elecciones estatales y/o
federales, hay problemas políticos en la Universidad. Quienes ven en la
Universidad una fuerza política y a la Rectoría un trampolín, deberían hacer
una pequeña reflexión sobre el futuro político que han
tenido el Dr. Moisés Canale, el Lic. Roberto Reynoso, el Dr. Federico Sotelo y
finalmente el Lic. Alfonso Castellanos.
Más que un trampolín que impulsa un
salto fantástico, parece una tabla de lanzamiento como las que usaban los
piratas para arrojar a sus víctimas en las aguas llenas de tiburones.
El mito de la Rectoría como trampolín
debe terminar. La tentación de que la Universidad puede servir como centro de
operaciones para conquistar posiciones políticas debe acabar.
Los egipcios respetaban las tumbas,
los griegos los templos, los europeos medievales las catedrales. Cada pueblo
y cada cultura han tenido respeto por
algún valor y por las instituciones que los promueven y preservan.
En nuestra sociedad que parece no
reconocer más valores que la ciencia y la técnica, ¿no sería posible que se
respetaran las Universidades?.
La Universidad debe mantenerse como
una institución respetada por todos los mexicanos pues el futuro de la nación
ya sea capitalista, socialista, comunista o cualquier otro “ista” de los que
andan en boga dependerá necesariamente de la capacidad creativa de sus obreros,
técnicos y profesionistas. La ciencia y la técnica no son “istas”., no admiten partidos en su concepción. Y si las próximas
generaciones son mediocres, eso nos afecta a todos independientemente de la
bandera que sostendrá en política el México del año 2000.
De hecho podemos comprobar como los
países desarrollados, sobre todo los del bloque socialista, se han preocupado
por desarrollar sus universidades, apoyando su orden interno y externo. Por
otro lado, resulta sospechoso que sean los países en vías de desarrollo quienes
tengan sus universidades en constante efervesencia.
Al principio afirmé que no encontraba
un camino a la Ley Orgánica de la UniSon cuyas ventajas justificara en estos
momentos emprender la campaña de su reforma con los riesgos sociales que
implica. Y sostengo lo dicho.
Sin embargo, para no quedarme atrás,
pues parece que todo el mundo se siente en estos momentos con conocimientos e
interés para proponer reformas jurídicas, quiero cerrar esta serie de artículos
con una proposición a nuestros legisladores:
Yo propongo a todas las legislaturas
de México, no una modificación a las Leyes Orgánicas de las Universidades, sino
a sus respectivas constituciones locales. También lo propongo al Congreso de la
Unión como reforma a la Constitución Federal.
Y la reforma propuesta es en el
sentido siguiente: Que
las personas que hayan sido rectores de universidades o instituciones de
enseñanza superior queden inhabilitados por seis años a partir de su separación
del cargo para tener cualquier cargo de representación popular y que todos los
funcionarios universitarios queden inhabilitados por tres años.
Insisto. Ninguna Ley puede modificar
la realidad universitaria por sí misma. Pero me gustaría ver promovida la
reforma anterior, aunque solo fuera para observar quienes se oponen a ella
dentro y fuera de la Universidad.
Sería una forma fácil de detectar a
los políticos disfrazados de universitarios que con sus pretensiones personalistas
y de grupo están socavando a nuestras Casas de Cultura Superior.
Y bién, muchas gracias por su
paciencia.
¿Realmente
está haciendo algo la Universidad? (Junio 09 de 1979, Lic. Fco. Miguel Cárdenas
V., p. Información)
He leído con sumo interés las
opiniones vertidas por el ING. GABRIEL IBARRA FELIX, vocero Oficial de Rectoría
desde que el Rector ALFONSO CASTELLANOS lo designó Coordinador Ejecutivo de la
Escuela de Ingeniería y me permito refutarlas de la siguiente manera:
Es verdad que la crítica constructiva
es buena, pero me pregutno: ¿Ha sido posible hacer uso de ese derecho en los
últimos seis años en la otrora brillante y progresiva Universidad de Sonora?. La respuesta negativa es contundente. ¿Que ha sucedido a
las personas, maestros o alumnos que se han atrevido a querer hacerlo?. Han sido destituídos, cesados o expulsados porque el
mérito de la crítica es calificado por las Autoridades Universitarias en
función de sus intereses y posiciones. Esta es la medida para determinar si la
crítica o cualquier actuación, académica o nó, es constructiva.
Afirma el ING. IBARRA que pese a todo
lo que se diga, la Universidad de Sonora sigue avanzando y en el intento de
apoyar su dicho, señala que en 1974 le tocó participar en la discusión sobre los
programas de desarrollo de la Universidad enumerando a continuación la serie de
“problemas más relevantes” que en ese tiempo se plantearon.
Por supuesto que, en este aspecto,
olvida decir que la idea de estudiar los problemas educativos de las Universidades
surgió del entonces Presidente de la República LIC. LUIS ECHEVERRIA, quien
dentro de los fines de su Política tenía el de la Reforma Educativa a nivel
Nacional. En tal virtud, se creó en la Universidad de Sonora el Departamento de
Planeación, en el cual se colocaron personas que no sabían lo que era
planificar, y mucho menos qué era una Universidad, pero eso sí, estaban
apoyados por los políticos de moda.
En lo que respecta a los problemas a
que alude, examinemos el primero: El gigantismo de las Preparatorias: ¿porqué
era problema? Desde luego que no son ciertos sus argumentos, porque la solución
de sacarlas de la Universidad obedeció a móviles políticos. Recuérdese como se
cesó a una planta completa de profesores, quienes inclusive habían ayudado al rector
a asumir el poder y después, cuando no quisieron ser serviles y rastreros
estorbaban, por lo que hubo que eliminarlos. Por otra parte, el Sector
Estudiantil representaba graves problemas, pues por lo numeroso era difícil de
controlar y de manipular. Es por eso que se eliminó a las Preparatorias, y nó
por “el gigantismo que consumía el 50% del presupuesto”. Para confirmar nuestra
afirmación planteamos la siguiente cuestión: ¿Porqué entonces la Secundaria que
también tenía gigantismo y absorbía presupuesto no salió, sino que se quedó
todavía dependiendo de la Universidad?. La respuesta
es obvia: el Profesor RUBEN CARRANZA si tenía el control político de su
Escuela, era el dueño de conciencias y voluntades. Además, y como ya se ha
aclarado en otros artículos, todavía el año pasado hasta antes de la reelección
de CASTELLANOS, esas personas formaban parte del Consejo, y lo que es peor, aún
se les seguía pagando en la Universidad.
En cuanto al segundo y tercer puntos,
no se hizo nada, sino que fué hasta el año pasado, cuando convino a la Política
del Rector en sus fines de permanencia en el poder ,
vender publicidad de que estaba trabajando, que se crearon nuevas carreras, o
sea, cuatro años después de haberse detectado el problema, pero muy a tiempo
para el destape del próximo Gobernante. Las necesidades se resuelven conforme
al momento político y es cuando se ofrecen las alternativas profesionales, a
cambio de la aceptación, por parte de las autoridades del LIC. CASTELLANOS como
rector.
Por lo que hace al punto d), la gran
desconcentración educativa vino a cristalizar con la Departamentalización. Al
respecto, como dice el Ingeniero, desde hace aproximadamente diez años estaba
el estudio hecho por el Dr. Latapí, luego entonces ¿Por qué no se había
resuelto el problema de la Educación regional e implementar la
Departamentalización?. Porque, como él mismo dice, se
vino a descubrir el “hilo negro” hasta el año pasado, cuando de una manera
arbitraria impositiva se acordó por el Consejo Universitario aprobar la Departamentalización,
violando la Ley Orgánica ya que los Consejos Directivos que llegaron a opinar
al respecto no fueron escuchados y en cambio se les argumentó: “No importa que
esté mal planeada, lo importante es que camine, sobre la marcha se corregirá”, dicho
ésto “razonadamente” por un Consejero Universitario de los que padecemos.
Pero descubramos el fondo del litigio,
es decir, ¿Por qué el LIC. CASTELLANOS
departamentalizó la Universidad?. El fin,
indiscutiblemente fué Político, no olvidemos que las estrategias de la Rectoría
han sido programadas para mantener al Rector y a su grupo en el poder, por lo
que las acciones obedecieron a los siguientes problemas:
1.-
La gran concentración estudiantil en Hermosillo, que resultaba peligrosa porque
lo podrían seguir exiliando al Edificio Campillo,
2.
Las manifestaciones de repudio que se habían dado, y,
3.
Por el célebre plebiscito, que demostró el rechazo del Sector Estudiantil al
Rector y su Consejo.
Esos son los problemas que había que
resolver, y por eso, al vapor, sin ninguna planeación, con la carencia de los
famosos planes por objetivos, requisito mínimo para tal proyecto, se aprobó la
departamentalización.
Se sostiene que no hay demagogia en la
departamentalización ¿Como se entiende entonces
el hecho de que en pleno período de destape se ofreció la Universidad en
Caborca? ¿No fué esta una pretensión de futurismo político con tal o cual
Precandidato?
Ahora bién, ¿Cual es la realidad de
los Departamentos en la Universidad?; en primer lugar, los Coordinadores son
designados directamente por el Rector y el Personal Docente por los
Coordinadores. Si pretendemos objetivamente medir el nivel académico, claro
está que no lo haremos ni por el sistema métrico decimal ni por el sistema
inglés, ya que seríamos subjetivos; lo haremos por los indicadores reales que
son: primero, desorganización de los planes de estudio, exámenes de
“conocimientos mínimos” que realmente seleccionan estudiantes por su ideología
(vamos hacia “el mundo feliz” de Aldous Huxley), ausentismo de profesores,
carencia de personal académico especializado, sustitución de maestros
especialistas con diecisiete años de experiencia en la impartición de las
materias por alumnos (caso de la maestra Josefina de Avila y del Profesor José
Sapiens) y por maestros que previamente deben llenar los dos requisitos que
exige Rectoría: Servilismo y Corrupción. Dentro del selecto grupo de maestros
incondicionales, se ha hecho famosa la frase “yo solo se que no se nada”. Creo
que con todo lo anterior si podemos “medir” el nivel académico.
En lo que respecta al punto e) sólo
cabe decir que el rector lo único que ha hecho es presumir, pues recordemos
como aquellos intentos de investigación que emprendió la Escuela de Derecho con
la recopilación Legislativa y la Revista Jurídica fueron destruidos y
desprestigiados, y que en ese momento nadie podía destacar ya que estaba
pendiente su reelección. En cuanto a la investigación tecnológica
únicamente nos preguntamos: ¿La Universidad ha fomentado el desarrollo
de Sonora o bién lo ha obstruido?. ¿Los planes de
estudios están elaborados para formar profesionales que sirvan a su propia
entidad?¿Las carreras nuevas están programadas en base
a la oferta y la demanda profesional?
Se dice que a los problemas anteriores
se dieron los programas debidos que ya son realidad. Ya hemos explicado el
momento político que se aprovechó para dar la “solución” y las deficiencias
criminales que tales soluciones han significado.
La Universidad no ha respondido al
Pueblo de Sonora, quén por su 10% la sostiene, porque las autoridades de ésta
se han dedicado a atesorar en los Bancos, a pagar guardias blancas, sindicatos
blancos, desplegados en la prensa, incondicionales, etc., y a destrozar, allí
sí con planeación maquiavélica, los objetivos de la Unviersidad ya que la que
fuera nuestra máxima Casa de estudios, actualmente ni crea ni transmite
cultura, solo justifica la permanencia de un grupo en el poder, con actitudes
de expansionismo demagógico y de fanatismo ideológico. Inclusive debemos agregar
que el único servicio Social que la Universidad prestaba a la Comunidad
Sonorense ha desaparecido, pues hemos visto cómo el Bufete Jurídico de la
Escuela de Derecho está clausurado.
En estas condiciones, podemos concluir
que si por un milagro de superviviencia la Universidad no es un organsimo
muerto, si es un organismo gravemente enfermo. En efecto, la política del grupo
Castellanista la ha ido destrozando. Bástenos para ello analizar el hecho de
que varias plantas docentes y muchos de sus estudiantes más brillantes hayan
tenido que salir de la Universidad ante la embestida política Castellanista.
Este es el caso de las siguientes Escuelas:
a)
Escuela de Ingeniería, en 1974,
b)
Escuela de Trabajo Social, en 1975,
c)
Escuela de Derecho, en 1978,
d)
Escuela de Economía, en 1979,
e)
En proceso Escuela de Altos Estudios.
Los síntomas anteriores revelan la
enfermedad. Urge pues un tratamiento médico, porque de lo contrario comoIBARRA
dice, la Universidad se convertirá en un organismo muerto que ni piense ni
actúe, es decir, como ya por desgracia sucede en gran parte, solo será una
marioneta del Rector y su grupo.
Sostiene también que el nivel
académico no lo da una Ley Orgánica; coincido en la apreciación, aunque debe
aclararse que en la Unviersidad, todo, inclusive el nivel académico, se
determina por decreto del Consejo Universitario, que es la voz del Rector.
Luego entonces, a la pregunta ¿Qué ha
hecho y que hace la Universidad?, se puede responder: “servir de botín a los
intereses del grupo Castellanista”.
En cuanto a lo que afirma el ING.
IBARRA que la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Universidad de Sonora
maneja los dineros y no el señor omnipotente del Rector, es cierto, pero la
verdad debe ser dicha en forma completa: el Profesor HERIBERTO AJA CARRANZA,
Coordinador Ejecutivo de la Escuela de Contabilidad y Adminsitración y Auditor
Externo de la propia Universidad es algo así como juez y parte; y el propio
profesor AJA CARRANZA, incondicional del Rector fué elegido por éste en la
técnica que profesa el LIC. CASTELLANOS: “Yo te designo Coordinador y Auditor
Externo y tú me reeliges como Rector”.
Es más, si la opinión pública examinó
el primer artículo periodístico que elaboró el ING. IBARRA, pudo darse cuenta,
que nuestra Universidad si esta enferma, si pero enferma de soportar a
fanáticos extremistas, como el propio ING. IBARRA. Nuestro máximo Centro de
Cultura en el Estado dejó de ser, a partir del Reinado Rectoral del LIC.
CASTELLANOS, una institución en donde domine la pluralidad de ideas (universalidad
de ideas). El LIC. CASTELLANOS y los criminales de la Cultura Universitaria
Sonorense que son sus colaboradores, predican “En la Universidad existe una
libertad o pluralidad de ideologías”; es cierto, pero se refieren a que un
enorme grupo de fanáticos siguen el movimiento cristiano (micos, tecos,
porros); pluralidad lo entienden ellos, no en función de variadas ideologías,
sino una sola ideología para todos o casi todos. La Ley 103 Orgánica de la
Universidad de Sonora permite esta situación que avergüenza al más pequeño de
los intelectuales; y todavía se pregunta el ING. IBARRA ¿Para qué reformar la
Ley? ¿Sería mejor reformarlo a él?; esto último imposible.
En ese verano de 1979 la efervesencia
política estaba en su máxima expresión y la campaña por la gubernatura del PRI
en la persona de Samuel Ocaña García iba viento en popa; a la postre se
convertiría en el primer mandatario del Estado. El STEUS una vez más emplaza a
huelga a la Universidad para el día 4 de septiembre, sin embargo fué conjurada
exitosamente; en el ambiente universitario corrió el rumor de que el cambio de
poderes que se efectuaría el día 13 tuvo alguna influencia en la rápida
solución del conflicto. Por otra parte, ya cercana la fecha del mencionado
evento, el Lic. Castellanos permitió días de asueto en la Universidad desde el
13 de Septiembre a “propuesta de unos estudiantes”, ya que el 16 de septiembre
día de la independencia sería domingo; la comunidad universitaria interpretó
este descanso como una estrategia del Lic. Castellanos para evitar disturbios
en la ceremonia oficial de cambio de gobernador. La primera audiencia pública
del Dr. Samuel Ocaña otorgada dos días después se la ofreció al Rector A.
Castellanos y al Consejo Universitario, quienes
le patentizaron su apoyo en la conducción del Gobierno de Sonora; por su
parte Ocaña se manifiesta convencido de un “absoluto
respeto a la autonomía universitaria”.
El lunes 17 de septiembre se divulga
la noticia del fallecimiento de Don Teclo Moreno Leyva, dirigente sindical y
fundador del STEUS, que enluta y sorprende a la comunidad universitaria por su
sencible fallecimiento a causa de un accidente automovilístico cerca de la
población de Soyopa, Sonora. El Sr. Moreno Leyva fué un activo luchador que
trabajó intensamente ese verano de 1976 cuando el STEUS logró la titularidad
del sindicato.
Por lo que respecta a la Escuela de
Ingeniería las cosas marchaban más o menos tranquilas. Olvidado el incidente de los 5 estudiantes
expulsados protegidos bajo un amparo, el desconocimiento del Ing. Gabriel
Ibarra como Coordinador Ejecutivo quien podía suspender las clases en el
momento de sufrir otra agresión, y un rector con su Consejo Universitario que
ya había decidido no convocar a elecciones hasta que la tranquilidad se
consolidara en el campus, el trabajo académico se realizaba en forma más o
menos cumplida, aunque se sentía que los
estudiantes realizaban su trabajo en un ambiente como bajo protesta. La
generación 74-79 de Ingenieros Civiles, por ejemplo, no tuvo ceremonia de graduación
ni baile de festejo que tanto se estila en la actualidad, conformándose con unos discretos anillos y un
“hasta luego” deslucido y triste; años mas tarde, algunos miembros se pusieron
de acuerdo para la tradicional fotografía del recuerdo, tratando de recuperar
las caras de los compañeros con quienes tanto convivimos y añorando aquellos
festejos que nunca pudieron ser realizados; no hubo aplausos ni fotografías que
lucir, ni padres sentados esperando impacientes a la vez que orgullosos el
nombre de sus queridos hijos, ni el tradicional mensaje que envuelve a la
emotiva despedida de los compañeros en la Ceremonia de Graduación. Esto fué así
quizá por el poco gusto de estrechar la mano de un Director muy cuestionado, o
de un Rector que en un plebiscito se demostró que nadie quería, o simplemente
para alejarnos rápido y evitar seguir escuchando altavoces informando de otra
agresión más entre universitarios o de una nueva huelga... todos sentimos, de
un modo u otro, que lo más apropiado era terminar y salir de ahí tal y como a
otras generaciones les ocurrió... muy seguramente también poco motivados por la
vida académica tan sobresaltada que vivimos.
En el aspecto político de la Escuela
de Ingeniería, es digno hacer mención que desde el mes de Enero de 1979 el Consejo Universitario
debió llamar a elecciones para un nuevo Coordinador Ejecutivo al haber
acumulado el Ing. Ibarra 5 años en el puesto; el primero de ellos como interino
sustituyendo al Capitán Yañez y cuatro naturales según la Ley. El Ing. Ibarra
se reeligió para el período 1979-1983. El cambio era difícil.
Algunos profesores y sus materias que
por aquellas fechas impartían clases en la Escuela de Ingeniería (semestre
marzo-julio de 1978) fueron:
PROFESOR |
MATERIAS |
Blanca Fierros de Mayoral Oscar M.
Rodríguez Juan Gómez Quezada Ignacio Ayala Zazueta Ernesto Ruiz A. Daniel Marín B. Feliciano Valenzuela Alfredo Martínez O. Jorge Gómez R. Jorge Luis Durazo+ César Silva Gómez José P. Sánchez Jorge Ramírez G. Artagnan Vázquez del M. Prof. Gracia Horacio Soria Larrea Jesús Alberto Monroy* Marco A. Maldonado Gabriel Ibarra Félix Abelardo Mayoral Noriega Fernando F. López Bernal Emigdio Z. Flores Rodolfo Lugo González* Narciso Campos Alloud Víctor M. Martínez M.* José López Moctezuma Héctor Araiza L. Francisco Longoria Ariel Echávarri Guillermo Salas P. Guillermo Lizárraga Lic. Vázquez Jorge Islas Sergio H. López Araujo José Ramírez
Ruvalcaba |
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Alcantarillado Hidrología Ingeniería de Ríos y Costas, Aprovechamientos
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