REVOLTIJO No.3

Por Fernando A. Galaz

 

El Imparcial, 13 de Diciembre de 1956

Ayer nos saludó el rico agricultor y viejo amigo Eugenio Lohr, quien en el año de 1914 anduviera de trampa en los  EUA con este su atento y seguro servidor.

 

También tuvimos la agradable sorpresa que nos visitara otro viejo amigo, Alberto Palma,  comerciante que en 1917 fuera Administrador del Mercado Municipal.

 

Hermano Fray Jerónimo:  Si tiene duda de la existencia de una locomotora de piedra subiendo el Cerro de la Campana, pues pase con el popular fotógrafo Emigdio Oloño para gratuitamente le enseñe la fotografía.

 

Buen estilo, buena presentación y buen material de El Heraldo del 15 de noviembre y a propósito de su director, señor Avilés, el padre del señor Avilés en 1911 fue agregado de la Embajada Mexicana en China y con motivo de la revolución encabezada por Sum Yai en 1912, tuvo que salir del país; aquí entre el 14 y el 18 lo tratamos y nos dimos cuenta de la asombrosa facilidad con que hablaba chino.

 

En 1871 la huelga era considerada como delito; el artículo 925 del Código Penal de aquella época así lo determinaba y aquí lo tenemos: SE IMPONDRA de ocho días a tres meses de  ARRESTO y multa de 25 a 300 pesos o una sola de esta pena, a los que formen tumulto o motín o empleo de cualquier otro modo ya sea física o moral, con el objeto de hacer que suban y bajen los salarios o jornales de los operarios o impedir libre ejercicio de la industria del trabajo.

 

 Y ya que hablamos de impedimentos y sanciones, Miramar, laTintorería que está por Obregón frente a la plazuelita del maestro, en la  angosta banqueta del edificio, estaciona bicicletas, lava los carros y hace lo que le da la gana,  todo con perjuicio del infeliz peatón, el que  lo que vemos no cuenta con ninguna garantía.

 

En la calurosa noche de agosto de 1933, Moreto Cruz descubre un entierro local en lo que hoy ocupa el “Mercado Los Ángeles”  por la calle Monterrey, compuesto de monedas de oro y plata del siglo pasado con valor de mas de diez mil pesos.

 

Treinta años antes, de la cuadra que forman las calle Monterrey, Guerrero, Morelia y Matamoros, Cosme Acosta se elevaba al espacio en un gran globo anunciando al Circo Atayde.

 

En el mes de mayo de 1910 durante  varios días, los habitantes de Hermosillo tuvieron el privilegio de contemplar en la inmensidad del cielo el Cometa Halley que aparece cada 75 años, de manera que solo faltan 29 años para volverlo a ver.  ¿Ya  apartó su asiento?.

 

 Al estar sabroso güeregüere dos otoñales señoras, pasa un hombre joven, musculoso, bien parecido, varonil y una le dice a la otra: -Mire Toñita, que preciosidad de hombre. “ay Paquita”, replica la otra, “ese es el hombre de mis pensamientos chuecos”.

 

En 1928 se estrenó en Hermosillo la película “La Dama de las Camelias”; el papel de Armando lo hizo Gilbert Roland.

 

La primera Oficina del Trabajo fue creada por una Ley que expidió en Diciembre de 1911 Don Francisco I. Madero; la oficina dependía de la Secretaría de Fomento.

 

Donde está hoy la Tintorería Miramar, por la Avenida Obregón, en 1914 estuvieron las oficinas de Bienes Intervenidos a cargo de Don Dionisio Lacarra; en ese año fue cuando se hizo popular la música y la letra de “El Guango” que sirvió en muchas acciones guerreras como grito de desafío; recuerdo cómo un borracho cantaba: “Me viene guango el pantalón, y el calcetín de Mondragón”.

 

Por el Mercado Municipal, de lejos, vi la todavía medio juvenil silueta de Richard Valencia, que en 1913 en el Ejército de la Revolución luciera dos barras blancas. En ese mismo año la revista teatral de moda era Chin Chun Chan; el drama, la malquerida por cierto que en los programas en donde se anunciaba esta obra aparecían los siguientes versos: “El que quiera a la de soto tiene pena de la vida, porque por quererla quien la quiere le dicen la malquerida”. También la opereta La Viuda Alegre y la Opera El Barbero de Sevilla.

 

Algunas Juntas Vecinales de Mejoramiento están resultando verdaderos focos de escándalo, con el pretexto de fiestas para recaudar fondos, se ha hecho común la causa de la borrachera organizada.

 

En el año de 1932, por un viril y violento artículo periodístico fue internado a las mazmorras de la penitenciaría del Estado Don Israel González; para poder aprehenderlo pretendieron atropellar la majestad del hogar del señor Manuel Serrano, pero la señora con mucho valor y sangre fría se opuso a las pretensiones del Comandante Manuel “Chino” Fragoso y sus ayudantes, Eduardo “Guacho” Contreras y Francisco Valenzuela. De estos hechos hablaremos pronto. Tres años después, o sea en 1935, Don José Healy publicó un artículo intitulado “Rugió el León”, o cosa parecida, y repercutió tanto entre el régimen en turno que se vió en los mismos o más graves aprietos de Don Israel. Ahí tiene usted una de las muchas consecuencias de hacer periodismo con pantalones.

 

Hoy nos plasmó las huellas que el tiempo ha dejado en la todavía casi joven humanidad de Delfín Rubial, a quien conociéramos como “tomador de tiempo” en la Fábrica de los Angeles de 1926.

 

Un grupo de 12 personas de la clase media de fuerte arraigo moral, con intenciones de formar un patrimonio familiar para los suyos, adquirió unas tierras; durante 2 años los trajeron de la seca a la meca en el trámite del crédito y hasta la fecha, con este modito dulce, agrio, diplomático y mentiroso que tienen algunos banqueros sonorenses, no les han dicho que no, pero tampoco cuándo. Si hubiéran sido políticos, tenga usted la seguridad que crédito les hubiera sobrado, ¿o ?. Pero se acabó el fósforo… hasta la otra si Dios quiere.