EL CANAL DE SUEZ

 

La idea de unir el Mar Rojo con el Mediterráneo data desde la época de los faraones, quienes llegaron a construir un canal uniendo el citado mar con un ramal del delta del Río Nilo. Tiempo más tarde, griegos y después romanos hicieron sus propios intentos aunque los proyectos finalmente quedaron en el olvido. En tiempos de la conquista árabe sobre Egipto, el canal fue excavado una y otra vez pero finalmente quedó abandonado.

 

Durante la conquista francesa en 1798, Napoleón consideró la posibilidad de construir un canal amplio de navegación, pero los ingenieros a su cargo consideraron improbable realizarlo debido a que, según sus cálculos, el Mar Rojo estaba 9 metros mas alto que el Mediterráneo. El día 30 de noviembre de 1854, Ferdinand de Lesseps firma un acuerdo con el gobierno de Egipto para la construcción de la gigantesca obra iniciando actividades el día 25 de abril de 1859.

 

 

La aportación de capital francés, del gobierno de Egipto e inversiones adicionales de otros países permitieron configurar un novedoso esquema financiero que hizo posible llevar a cabo la obra  por espacio de 10 años. Innumerables líneas de trabajo destacan en la construcción: la creación de los puertos de Said y de Suez, un canal de agua dulce desde El Cairo y sobre todo, la infatigable labor de excavación de los trabajadores que ofrecieron la cuota más alta de todas; se estima que de un total de 1.5 millones de obreros en 10 años de labores, 125,000 dejaron sus vidas en las ardientes arenas del desierto. Un eficaz sistema de reclutamiento permitía incorporar cada vez mayor cantidad de manos a la obra a un ritmo de 20,000 trabajadores mensuales. Al respecto, el Juez Philip H. Morgan, embajador de Estados Unidos en Egipto en 1879  escribe: “el trabajo fue para los egipcios nada remunerativo, desagradable y sangriento. Eran obligados a soportar agotadoras jornadas en las que poco a poco iban pereciendo por miles (no existe un cálculo preciso). Por ejemplo, quienes debían desalojar el material producto de la excavación no tenían recipiente en qué transportarlo; se agachaban colocando sus brazos por detrás, con la mano derecha tomando la muñeca izquierda  y acumulando tanta tierra como pudieran en la artesa formada sobre sus espaldas. Eran forzados a caminar hasta una lejana distancia subiendo  empinadas cuestas y cuando llegaban al punto de descarga, se enderezaban dejando caer su cargamento sacudiéndose como lo hace un perro mojado; muchos de ellos eran niños menores de 12 años de edad. Tiempo después esta actividad fue suspendida, pero para aquel entonces miles de estas criaturas murieron en la miseria quedando  sepultadas para siempre en la arena del desierto”.

 

Al respecto, De Lesseps se defiende diciendo: “el acuerdo pactado respecto a los trabajadores es un modelo de justicia, de humanidad y de alta previsión social. Reto al juez Morgan a comprobar lo que falsamente escribió en relación a la mortalidad de los trabajadores, al mal trato del que fueron víctimas y del bárbaro sistema de obligar a los niños al trabajo. Lo que ha dicho son puras mentiras”.

 

El Juez Morgan de nuevo replica a De Lesseps: “yo solo señalé lo que he escuchado de personas que participaron en la construcción del canal, y además no soy el único que critica esta situación,  pues en un artículo aparecido en la revista “Springfield Republican” se menciona: ‘villas completas fueron abandonadas, muchas familias fueron destruidas por completo y la prosperidad de Egipto fue lastimada por este horroroso sacrificio de la vida’. Si han sido ocultadas las estadísticas oficiales de trabajadores que perecieron, éstas se encuentran o deberían encontrarse al alcance de los ingenieros de la Compañía. Deja que ellos hablen”.

 

En la revista “Vanity Fair/vol.20” (1860) se publica la siguiente nota que refuerza lo comentado por el Juez Morgan: “el Sr. De Lesseps llegó el domingo a París desde  Alejandría divulgando la noticia de que se sentía satisfecho de haber hecho negociaciones suficientes para proveer nobleza a Francia. Informó acerca de la asombrosa rapidez con que avanzan los trabajos de construcción del Canal de Suez; menciona que ‘un lugar llamado Puerto Said, que un año antes era un punto olvidado en el desierto, es ahora un puerto y se convertirá en ciudad antes de que termine el año’. Sí... se convertirá en una ciudad, pero una ciudad de la muerte  antes de que termine el año, poblada con miles y miles de trabajadores que morirán. ¿Sabe De Lesseps cuantas vidas costará construir el canal de Suez?...cuando termine sugerimos al gobierno levantar un monumento a la entrada del canal con la frase “a todos los que murieron por Francia”.

 

El canal fue inaugurado el 17 de noviembre de 1869. En cuanto a sus características físicas, actualmente posee una longitud de 163 kilómetros en una trayectoria hidráulica que une  ambos litorales mar a mar. Pueden transitar por su cuerpo de agua embarcaciones hasta de 500 metros de largo, 70 metros de ancho y 21 metros de altura, llegando a cruzar hasta 25000 naves en tan solo un año.  Entre julio de 1995 y el mes de septiembre de 1996 sirvió a 18,443 embarcaciones con una carga neta de 444 millones de toneladas. En el mismo período cruzaron 4959 contenedores con un total de 156 millones de toneladas y  303 tanques gigantes con  47 millones de toneladas de carga neta. Se ha convertido en una vital línea de comunicación. En Julio de 1956, después de 86 años de pertenecer a empresas extranjeras, fue nacionalizado y actualmente pertenece al gobierno de Egipto.

 

 

 

“El Abrazo de dos Mares”; pintura en conmemoración de la inauguración del Canal de Suez