RESPONDERÁ BELTRONES INFORME PRESIDENCIAL

A gobernar desde el Congreso

“Ni el Ejecutivo se puede refugiar en que no puede gobernar a plenitud, porque no tiene mayoría de su partido, ni el Congreso puede decir que no necesita al Ejecutivo para que las cosas vayan mejor”.

MÉXICO, Distrito Federal (Proceso)

Personaje de claroscuros, de fino trato y “mano pesada” por su formación en las áreas siniestras del régimen priista, amigo del clan Salinas y vinculado tanto a escándalos de narcotráfico como al asesinato de Luis Donaldo Colosio, Manlio Fabio Beltrones asumirá la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y responderá, este miércoles 1, el cuarto informe presidencial.

El también discípulo de Fernando Gutiérrez Barrios adelanta que frente a Vicente Fox hará valer la dignidad del Congreso y lo deslindará de la incompetencia del Ejecutivo, que encabeza un “gobierno sin resultados”:

“Responderé con respeto a la investidura presidencial y con gran responsabilidad con mis pares, que se han visto agredidos en los últimos años, queriéndolos culpar de la posible ingobernabilidad y parálisis.”

Precisa: “La responsabilidad del presidente es decirnos lo que él cree debe informar, y la mía la entiendo como la que refleje el sentir de mis pares, que recogen buena parte de lo que está percibiendo la sociedad, y no creo que exista alguna duda de que algo está fallando. No es hora de la denuncia descarnada, sino del encuentro entre dos poderes que no deben ser vistos como oficinas de trámites.”

En el contexto del enfrentamiento de Fox con el presidente del PRI, Roberto Madrazo, y con el jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, Beltrones deberá establecer también una relación institucional con el secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien --sugiere, sin nombrarlo-- ha pretendido cooptar a legisladores de oposición.

“El presidente debe encontrar, por la puerta principal de los partidos, los acuerdos finos, nunca tratar de abrir la puerta de atrás para poderlos cooptar”, acusa. “Lo hemos vivido desde hace tiempo y se han dado cuenta de que no les funciona”.

--¿Quién hace ese trabajo de cooptación?

--Alguien que no es muy bueno y que (Fox) ya lo debería de haber corrido por la falta de resultados.

--¿Es Creel?

--Eso toca al presidente dilucidarlo. Estoy seguro de que es el mejor informado de quién lo engañó. No sé si sea él y si tenga tanta influencia. No me gustaría ponerle nombre y apellido, sino nada más denunciar el resultado.

Formado en las áreas de inteligencia del poder priista, secretario particular de Gutiérrez Barrios, con quien luego trabajó en Gobernación como subsecretario, Beltrones ha aparecido en todas las recientes crisis del PRI como un operador clave.

Justamente por su capacidad para el manejo de la información

--asociada al espionaje, como lo han acusado sus adversarios--, el exgobernador de Sonora concita temor por su “mano pesada”, pero también se le reconoce la cualidad de diálogo y negociación que, adelanta él mismo, usará para sacar de la parálisis al Congreso y promover las “reformas de segunda generación”, que “difícilmente se pueden desligar de las primeras reformas de los noventa”.

--¿Se les llamará las reformas de Salinas?

--Hay muchos a los que les gusta motejar cada una de esas etapas, pero quedarnos secuestrados simplemente por esta consideración no nos permite ver el bosque.

Aunque le disgusta el término cogobierno, Beltrones afirma que es urgente la responsabilidad compartida entre poderes. “Ni el Ejecutivo se puede refugiar en que no puede gobernar a plenitud, porque no tiene mayoría de su partido, ni el Congreso puede decir que no necesita al Ejecutivo para que las cosas vayan mejor.”

De por medio está la próxima elección presidencial: “Si el PRI no manda un nuevo mensaje a México (que aprendió de la derrota de 2000, y que no es posible simplemente aspirar a volver a meter al PRI a Los Pinos con sus viejos métodos), entonces nunca ganará la elección en el 2006.”

--¿Va a ser a costa de las reformas?

--A favor y no a costa de las reformas, pero de las que convengan al país… Bombardear el sentido de las reformas puede ser una equivocación.

Encargado de presentar la iniciativa de cambios a la ley del IMSS --que el Congreso aprobó pese a la inconformidad del sindicato y congració al PRI con la clase empresarial--, Beltrones explica que se trata de la “segunda generación” de reformas que se iniciaron con Salinas, quien, reconoce, opera políticamente.

“No es ilegal ni ilegítimo que lo lleve a cabo”, argumenta Beltrones el jueves 26, en entrevista con Proceso, pero advierte: “Hay quienes lo pueden considerar su jefe (político). En lo personal, yo no.”

--¿Sigue siendo amigo de Salinas?

--Sí, y lo quiero seguir conservando. Las amistades para perderse tienen que producir desencanto de las dos partes y al mismo tiempo.

--¿Pero políticamente tiene vínculos con Salinas?

--No hay político que esté desvinculado de otro. Pero las decisiones las asumo por mí mismo y no dejo que nadie pueda llamarse mi jefe político.

Aunque ha operado bajo las órdenes de Madrazo, Beltrones asegura que ya resolvió su pleito con la secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo, a quien le disputó la secretaría general del sector popular y luego la coordinación del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados, de la que Gordillo fue depuesta y luego sustituida por Emilio Chuayffet.

“No es una lucha personal. Nadie puede pensar o creer que las victorias y las derrotas son de una vez y para siempre”, comenta el sonorense.

--Ella dijo que usted venía de las “cañerías del sistema político”…

--Lo platiqué con ella y afirma que no lo dijo por mí. Me quedo con su versión.

--Se dice que la única cañería que usted conoció fue la que lo mandaron inspeccionar siendo subsecretario de Gobernación para encontrar a una “rata mayor”: Carlos Jonguitud.

--No me acuerdo --evade, con una sonrisa--. Necesitaría revisar el expediente.

Presidente de la Cámara de Diputados, cuya Sección Instructora desahoga la solicitud de la Procuraduría General de la República para desaforar a López Obrador, Beltrones aclara que no habrá negociación –“me pongo de su lado cuando dice que el Estado de derecho ni se viola ni se negocia”-- y que votará en el mismo sentido del dictamen, salvo que se produzca un empate.

“En lo personal respeto su investidura de jefe de Gobierno y deseo que le vaya bien. No me preocupa en nada su presencia, pero veo que a su alrededor no fluye un verdadero proyecto nacional de modernización, sino simplemente revivir y reinventar el pasado”, agrega.

 

“Policía político”

De 52 años de edad, Beltrones asumirá su primer cargo relevante después de haber dejado la gubernatura de Sonora en 1997, año en que fue acusado en el diario The New York Times de tener vínculos con el narcotraficante Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, un señalamiento que la PGR rechazó públicamente al cabo de un intenso cabildeo.

Beltrones estuvo envuelto también en el escándalo Colosio. Tras el crimen, Salinas lo envió a interrogar al homicida, Mario Aburto, y después, a petición del mismo Salinas, convocó a gobernadores priistas para promover la candidatura sustituta de Ernesto Zedillo mediante un video.

Su carrera en el servicio público empezó en 1975, como analista de temas económicos en Gobernación, donde el subsecretario Gutiérrez Barrios lo hizo su secretario auxiliar al año siguiente y luego lo nombró secretario particular.

“Hicimos muy buena química. De él aprendí la disciplina y el sentido de Estado”, dice Beltrones sobre esa etapa. En 1982 llegó a la Cámara de Diputados y al año siguiente conoció a Luis Donaldo Colosio, con quien acordó que cualquiera de los dos sería gobernador de Sonora.

Tan estrecha era la relación entre ambos que, al ser nominado Colosio candidato presidencial, sostenían reuniones de trabajo cada domingo, a las que asistía también Emilio Gamboa Patrón.

En 1985, al cabo de una elección plenamente documentada como fraudulenta en Sonora (inclusive con informes de la Secretaría de Gobernación), Beltrones fue nombrado dirigente estatal del PRI y, al comenzar la gestión de Rodolfo Félix Valdez, fue nombrado secretario de Gobierno hasta 1987, cuando fue invitado al CEN priista.

Cuando relevó a Roberto Madrazo como secretario de Promoción y Gestión el PRI, el sonorense vivió la “pasarela” de los precandidatos a la Presidencia, entre ellos Salinas, de quien se hizo amigo a través de Gutiérrez Barrios y Jorge de la Vega.

Al ser nombrado Gutiérrez Barrios secretario de Gobernación, le asignó a Beltrones la Subsecretaría de Gobierno y Desarrollo Político, desde donde fungía como puente con la oposición. “Las relaciones con los partidos y la clase política estaban rotas, pues decían que veníamos del fraude, así que nuestro trabajo fue hacer de Gobernación una instancia política que reconstruyera todo esto”, recuerda Beltrones Rivera.

El perredista Jesús Zambrano, excandidato al gobierno de Sonora, define a Beltrones como un político que “se forjó en la vieja cultura del priismo y que aprendió lo bueno y lo malo que significaba gobernar”.

--¿Mano tendida y puño cerrado al mismo tiempo?

--Sí, prácticamente. Aprendió la visión de estadista que llegaron a tener los gobernantes priistas y, al mismo tiempo, de perversidad en el manejo de las cosas, porque debo reconocer que como subsecretario de Gobernación era de las personas con las que podíamos hablar –especifica Zambrano.

A Beltrones le sonrió la suerte y Salinas lo hizo gobernador de Sonora en 1991, en medio de acusaciones de fraude y de ser un “policía político”, como lo definió el entonces diputado local panista Adalberto El Pelón Rosas: “En la mente de un policía sólo cabe una posibilidad: la fuerza; y mediante la fuerza nos han arrebatado nuestra victorias.”

En 1993 Felipe Calderón, entonces presidente nacional del PAN y uno de sus actuales precandidatos presidenciales, acusó a Beltrones de encabezar un “régimen policiaco” en Sonora, debido al espionaje al que fueron sometidos dirigentes de su partido, entre ellos Rosas.

Para operar su sucesión en 1997, Beltrones logró dividir al PAN, que se perfilaba como ganador. Rosas fue desconocido como candidato por presunciones de que había recibido apoyos del gobierno, mientras que él acusó al presidente de su partido en la entidad, Manuel Espino, de coludirse con el gobernador.

Por eso Espino, actual secretario general del PAN, define así a Manlio Fabio Beltrones: “Es un perverso”.

Durante su gobierno en Sonora, dice Zambrano, Beltrones aplicó “el mismo modelo que estaba ya en curso con el salinismo”: Mano dura, por ejemplo con los universitarios, nulo apoyo al sector agropecuario y deterioro de la seguridad pública.

“Fueron años en los que, como parte de todo el esquema nacional de una especie de política de repartición de Estado que hizo Salinas, el narcotráfico también creció en aquella región del país.”

Beltrones desarticuló al PAN “mediante la corrupción y la cooptación” cuando ese partido tenía prácticamente asegurado el triunfo con Rosas, añade Zambrano.

--¿Y al PRD le dio dinero?

--Se ha mencionado mucho que a mí incluso me apoyó en la campaña. No existe una sola prueba, porque no existió tal apoyo.

Al dejar el gobierno en medio del escándalo por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, Beltrones se refugió en su empresa de consultoría dedicada a “limpiar” las cuentas públicas de gobiernos priistas --como el de Madrazo en Tabasco-- y mantuvo su equipo político con sus amigos Arturo Núñez, Carlos Almada, Sami David David y Marco Antonio Bernal.

 

“Mano pesada”

Sólo hasta 1999, en la contienda interna del PRI para nombrar a su candidato presidencial, Beltrones volvió a colaborar con Gutiérrez Barrios, el árbitro del proceso, y una vez más sirvió de puente entre Francisco Labastida y Roberto Madrazo.

Una vez ungido Labastida, éste le envió a Zedillo su lista de colaboradores, en la que figuraba Beltrones. Pero Zedillo lo borró con el argumento de que se enviaría el mensaje de que habría sido favorecido en el proceso interno.

Beltrones enfureció y desde entonces su actividad política ha gravitado en torno de Madrazo, a quien apoyó como operador por la presidencia del PRI ante Beatriz Paredes. Y a pesar de que Elba Esther Gordillo era su compañera de fórmula, ya había un conflicto por la disputa del sector popular.

Para irse a la secretaría general del PRI, Gordillo dejó como interino en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares a Roberto Campa Cifrián, quien tuvo que buscar un acercamiento con Beltrones.

“Advertí que Manlio estaba operando y hablé con él. Le dije: ‘Yo no quiero ser tu enemigo’. Y naturalmente yo no tengo ningún interés en ser su enemigo. Creo que no es una buena decisión ser enemigo de él”, reconoce Campa, quien afirma que Beltrones “tiene la mano pesada”.

Campa, diputado federal y uno de los operadores de Gordillo, confirma a su manera la fama de Beltrones: “Origen es destino y viene de las áreas del gobierno donde la información es el poder. Es una persona atenta y con relaciones para tener información.”

--¿Es un político al que se le puede temer?

--Naturalmente. Cuando la discusión de la CNOP, yo percibí la mano pesada de Manlio. Encontré una serie de cuestionamientos en el PRI, en los medios, y advertí que era Manlio quien estaba operando.

Pero Campa reconoce su capacidad de negociación y conciliación, que considera acreditada con su actuación en los procesos internos del PRI y en la Asamblea Nacional. “A estas alturas nadie puede dudar de la habilidad política de Manlio. Ha sido capaz de transitar momentos difíciles y es reconocido como un buen negociador.”

Ahora como presidente de la Cámara de Diputados, dice, “lo que veremos será su interés para actuar como un negociador eficaz, ya no sólo dentro del PRI, sino en una agenda legislativa que permita sacar acuerdos para destrabar y romper la parálisis legislativa”.

Además, Campa deslinda a Beltrones de las maniobras para deponer a Gordillo como coordinadora parlamentaria, pues en realidad fue una lucha interna por el poder en el PRI, encabezada por Madrazo, y no un rechazo a las reformas que se planteaban, incluyendo la de imponer el IVA en alimentos y medicinas.

“Lo que vivimos en la Cámara fue un episodio claro de una lucha por el poder, (pero) si a alguien percibí convencido de una reforma fiscal fue a Roberto Madrazo”, matiza.

Pero como Chuayffet llegó a la coordinación por oponerse a las reformas de Gordillo y hoy Madrazo quiere esas reformas, está latente una contradicción de intereses, advierte Campa, porque además el coordinador priista pactó con el PRD.

“La coordinación de Chuayffet opera la mayoría con el PRD desde la salida de la maestra Gordillo. Ahora la relación se puede complicar, porque hay temas muy álgidos, como el desafuero de López Obrador. El acuerdo puede cambiar y no es tan fácil que el PRI gobierne desde la Cámara, porque necesita acuerdos con el PRD o con el PAN.”

Al respecto, Beltrones insiste en sacar de la parálisis al Congreso mediante la discusión de todas las reformas llamadas estructurales: “Todavía no abordamos una verdadera cultura del acuerdo. Seguimos sumidos en la subcultura de la sospecha”.

Es la hora de hacer un alto en el camino, advierte; hay que actuar con sentido republicano y abrirse a la discusión de todos los temas. “Lo único que me da temor es terminar la legislatura sin haber hecho nada y acusados de haber detenido el país”.

Pero aclara que lo deseable es que las iniciativas tengan como origen el acuerdo entre los grupos parlamentarios, más que los del Ejecutivo.

--¿Usted a quién va a obedecer? ¿A Chuayffet o a Madrazo?

--Respeto enormemente el talento y la capacidad política de Chuayffet, pero en caso de ser electo de la Mesa Directiva no tendré más jefe que obedecer al pleno.

--¿A usted le gustaría ser presidente de México?

--Yo creo que cualquiera que respondiese no, estando en la política, es un mentiroso.

--¿Hasta dónde quiere llegar Beltrones? –se le pregunta a Zambrano.

--Creo que Manlio forma parte de la maquinaria de Madrazo y están dispuestos a operar con toda su capacidad para buscar su retorno a Los Pinos. Y es evidente que Manlio se ha convertido en el operador político de primera línea de este esquema de reconciliación con el sector empresarial, con el foxismo y con todo un sector de la sociedad que señala: “Mejor que regresen los corruptos y se vayan los pen...”.