Sábado 8
de Julio de 2006 FUEGO
ACABA CON TRES CASAS EN LA COLONIA INVASIÓN EL 33. Celia Grimaldo Guillén sólo alcanzó a poner a
salvo a seis niños. Por Eduardo Ramos. HERMOSILLO.- Celia Grimaldo Guillén
vive en la colonia Invasión El 33, ubicada en Olivares Final y Privada Palo
Verde. Ayer por la mañana estaba en su domicilio con sus cuatro hijos y dos
niños más que tenía bajo su cuidado. Salió de la
casa y caminó unos metros cuando escuchó un ruido parecido a un rayo. Cuando
volteó la vista, observó cómo del enchufe donde estaba conectado el cooler salía fuego. El cable eléctrico cayó sobre la cama
y el colchón se comenzó a incendiar. Celia se apresuró a entrar de nuevo a la
casa y sacó a los seis niños antes de que el fuego la consumiera por
completo. Pronto las llamas se extendieron y acabaron con dos domicilios más
de cartón. Una de las casas estaba deshabitada, mientras que en la otra vivía
Sandra Luz Noriega Hurtado, de 36 años, quien se encontraba con tres de sus
hijos cuando se percató del incendio. El fuego se propagó rápidamente, no hubo
tiempo de sofocarlo antes. Elementos del Departamento de Bomberos llegaron a
los pocos minutos al lugar y lograron evitar que se siguieran propagando las
llamas a los alrededores. Los hijos de Celia Grimaldo, de 11, 9, 8 y 2 años y
medio, miraban con desconsuelo los esqueletos de sus bicicletas que también
fueron víctimas del fuego. Celia miraba una y otra vez las cenizas de su casa
y cada vez estaba más segura de que no había nada que pudiera servirle, pero
al voltear la vista, observó el cuartito de lámina y cartón donde tiene una
pequeña tienda de abarrotes. “Por lo menos esto me quedó”, dice en tono afligido,
luego agrega que con la venta de refrescos y la poca mercancía de abarrotes
con la que cuenta se ayudará para levantar de nuevo su casa. Pero mientras
tendrá que pedir posada con sus vecinos y pedir ropa para vestirse ella y sus
hijos, quienes en un principio sintieron más la pérdida de sus bicicletas que
todo lo demás. Ben Krakaur, de 79 años de edad, está desaparecido desde el
24 de febrero de este año; es de complexión delgada, ojos verdes, cabello
cano, tez blanca y habla inglés-español con acento extranjero. Al parecer
sufre de amnesia, si lo ves favor de comunicarte al 01 800 701 81 40. DESDE
JOVEN, JESÚS LEÓN SUPO QUE TENÍA QUE CANTAR. Este joven hermosillense ha tenido la
oportunidad de cantar con grandes personalidades. Por Mario Lugo. Para Jesús
León, cantar ópera es una forma de expresar sus sentimientos. Desde los 17
años se ha dedicado a estudiar este género musical que le ha permitido
recorrer varios lugares del mundo y conocer a personalidades como Plácido
Domingo. Desde pequeño sintió una atracción por la música. Uno de sus tíos se
dedicaba a este arte y en su familia hay muchos miembros con aptitudes
musicales. “Crecí en ese ambiente”, dice Jesús León. Empezó con clases de
guitarra y canto y después formó parte de grupos musicales que interpretaban
canciones de los Beatles u otros grupos de rock and roll. Las primeras
presentaciones fueron en fiestas o eventos. A los 17 años Jesús asistió a un
concierto de ópera que ofrecía el maestro Jesús Lee en Hermosillo. Plácido Domingo y Jesús León Ahí descubrió que le gustaba ese género
musical. Vio cómo una sola persona sin micrófono podía llenar el silencio de
todo un teatro y le gustó. “Era impresionante. Al otro día me presenté y le
dije que quería estudiar, pero me dijo que después volvería para abrir un
taller de canto y lo esperé”, comenta Jesús León. Fue así como inició su
carrera en la ópera. Los primeros conciertos en que participó fueron en el
teatro Emiliana de Zubeldía y en La Habana, Cuba. Trayectoria musical Al año,
la universidad de Sonora abrió la Licenciatura en Artes opción música y Jesús
decidió entrar, pero sólo cursó seis semestres en la carrera. El maestro
Jesús Lee murió y decidió salir del país a buscar oportunidades en otros
lugares. “Se incendió su casa y él estaba ahí una mañana. Lo perdimos y me
afectó mucho, yo creo que seguí un año más estudiando con su esposa Maribel Ferrales y después de ahí decidí irme a Estados Unidos a
buscar otras oportunidades”, dice Jesús. Hizo audiciones en Los Ángeles y
ganó una beca para UCLA Opera Studio, además de la oportunidad de participar
con dos personajes en algunas presentaciones. Ahí lo motivaron a hacer otro
tipo de audiciones, como la que realizó en Nueva York donde obtuvo otra beca
para el Boston Opera Institute, en el que estudió
durante un año. Desde el 24 de abril participa en el Programa de Ópera para
Jóvenes Artistas en la compañía Opera Theatre of
Saint Louis y en los próximos días partirá a Austria a estudiar una
especialización en Ópera. Homenaje del Tenor Jesús León a los Niños de ABC “El salir de México me ayudó a aprender del
profesionalismo de otras personas a nivel mundial. Trabajan 12 horas diarias,
he aprendido a trabajar dentro de esas normas. Tú mismo te das cuenta cómo
empiezas a desarrollarte”, comenta Jesús León. El día más importante El 12 de
abril Jesús cumplió 30 años de edad pero no pudo festejarlos por estar
preparando todo para el siguiente día, uno de los más importantes para su
carrera. Desde noviembre de 2005 había hecho audiciones para trabajar en el
programa Domingo-Thornton para jóvenes artistas. El
13 de abril sería la audición final frente al señor Plácido Domingo. Jesús se
levantó temprano, desayunó y empezó cantar para estar listo. “Creo que a las
4 de la tarde estuve en mi audición y estuvo difícil porque yo sé que este
señor sabia todo”, comenta. Esa es una de las
experiencias más importantes que ha tenido en su carrera. Una hora después de
la presentación, le hablaron y lo felicitaron. Jesús León había sido escogido
para formar parte del programa. Para él, este es el puente que le permitirá
pasar de estudiante de ópera a profesional. “He hecho esta trayectoria por mi
propia disciplina, dedicación y creo que por tomar muy en serio esta
carrera”, comenta. Ser cantante
no es algo fácil, ha tenido que estudiar idiomas, actuación y vocalización.
Cuando tiene una presentación procura no hablar mucho durante el día e
intenta concentrarse. Dos horas antes empieza a vocalizar y canta las partes
más difíciles para estar listo cuando salga al escenario. Ahí se transforma
en el personaje y se entrega al público. RAFAEL LORET
DE MOLA. Una extraña historia. • Maquinaciones odiosas •
Conjuras en desarrollo. Salvo los incondicionales de la causa de Felipe
Calderón Hinojosa, quienes alegan que, en todo caso, este será un “buen
presidente” -es dable esperarlo por su necesidad de legitimarse en el ejercicio
del poder-, buena parte de los 41 millones de electores que concurrieron a
las urnas el pasado domingo 2 percibe que estamos a la vista de un fraude
monumental, maquinado desde las fuentes del poder central para trocar la
voluntad mayoritaria y asegurar la continuidad política. Las evidencias al
respecto son múltiples y acaso bastante más claras que las registradas en las
deplorables épocas del priismo hegemónico. En próximas entregas, claro,
habremos de desmenuzarlas. Una de las acusaciones que, seguramente, habrán de
darse al calor del mitin multitudinario programado para la tarde de hoy en el
Zócalo capitalino, esperemos que de manera pacífi ca y ordenada, se fundamenta en la posible parcialidad
del árbitro electoral marcado por las veleidades estadísticas y el veleidoso
comportamiento del consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, rebasado
por los hechos acaso en símil casi perfecto de cuanto ocurrió en 1988 cuando
el sistema de cómputo “se cayó” bajo el peso de la parafernalia ofi cial dirigida por el
entonces presidente de la Comisión Federal Electoral, Manuel Bartlett Díaz,
desde el despacho principal de la Secretaría de Gobernación. Por un lado, se
tiene la convicción acerca de que la institución electoral, surgida del
imperativo salinista de legitimar un mandato no ganado en las urnas, ganó
solvencia y solidez con la implementación de numerosos candados destinados a
frenar la decantada cultura del fraude, tan extendida entre los mexicanos
bajo la sombra de la alquimia priista. Por el otro, en cambio, se percibe la
vulnerabilidad de los funcionarios, denunciados desde su origen por las
fracciones parlamentarias del PRD al acreditarles vínculos soterrados con el
PAN y el PRI. Felipe Calderón
y familia (Julio 2006) Entonces
se consideró como una estratagema descocada la postura de los legisladores
del PRD, vistos sólo como buscadores ofi ciosos de problemas y capaces, por derivación, de
encender hogueras por cualquier motivo. La crónica de algunos sucesos, a
partir de la asunción de Ugalde a la presidencia del Consejo General del IFE,
podría confi rmar los
nexos inconfesables que, por sí, restan toda autoridad moral en el personaje
central de la larga trama de los cómputos infectados por visiones parciales y
tortuosas tales como, entre otras, “esconder” tres millones de votos en principio
para acreditar, de hecho, una ventaja que se veía “irreversible” a favor del
abanderado del PAN, Felipe Calderón. Ugalde, para comenzar el relato, se
matrimonió el año pasado como lo hacen tantos listos a cuidar su imagen de
las malquerencias y los rumores. Lo hizo, además, con Lía Limón García, hija
de Miguel Limón Rojas, ex secretario de la Reforma Agraria, primero, y de
Educación, después, durante la administración de Ernesto Zedillo, el gran
simulador. Además, Don Miguel siempre fue uno de los más frecuentes
contertulios, para muchos también uno de sus principales operadores, del
legendario Fernando Gutiérrez Barrios. El caso es que, antes de consumar los
esponsales, Ugalde recibió una de las extrañas prerrogativas a favor de los
consejeros del IFE: un “bono matrimonial” por 250 mil pesos destinado a
aligerar las cargas del inicio de su nuevo estatus social y dar con ello la
tranquilidad necesaria para que los benefi ciarios no dejaran de concentrarse en sus tareas
primordiales de cara a los comicios federales bajo su rectoría. Cobró, pues,
Ugalde... y se divorció a los seis meses. DEBATE Una boda nos lleva hasta los
lindes de la presunta complicidad política. ¿Quiénes fueron testigos
sobresalientes de los esponsales entre Luis Carlos y Mariana? Nada menos que
Felipe Calderón Hinojosa y la poderosa, inquieta y negociadora maestra Elba
Esther Gordillo, la principal enterradora del PRI, su partido de origen.
Quien no cesó en su empeño de desfondar al odiado, por ella, Roberto Madrazo
Pintado, a quien le fallaron los cálculos: creyó que la enfermedad de la
señora mencionada sería suficiente para anularla. No fue así y ahora paga las
consecuencias, entre estas la volatilidad partidista de los gobernadores
priistas, encabezados por el sonorense Eduardo Bours
Castelo, listos a patear su viejo pesebre para tender puentes hacia el futuro
de la mano de la continuidad. ¿Traición? Sean ustedes, amables lectores,
quienes establezcan la sentencia. ¿Es razonable que el señalado como árbitro
electoral, sin pudor alguno, estrechara cercanías con quien sería candidato
presidencial y con la maestra resistente, cobijada por la residencia oficial
de Los Pinos y sobre todo por su maniobrera amiga Marta, convertida en uno de
los factores predominantes -no se olvide el episodio de los maestros en
Oaxaca- de la contienda comicial? No puede alegarse un afecto particular para
sobreponerlo a la sospecha de una presunta complicidad bajo el dominio de los
valores entendidos. Juzguen ustedes, también. Web: www.rafaelloretdemola.com |