Sábado 15 de Julio de 2006

 

AZOTA TORMENTA A HERMOSILLO. Fue la lluvia más intensa de la temporada, pues se registraron entre 23.7 milímetros a 30 milímetros en la mayor parte de la ciudad, según el director de la Unidad Municipal de Protección Civil.
Por Conrado Quezada R. HERMOSILLO.-La lluvia más intensa de la temporada se registró anoche en Hermosillo, Según comentó el Enrique Córdova Morales, director de la Unidad Municipal de Protección Civil. Agregó que se registraron 23.7 milímetros en el observatorio de la Central Camionera y 30 milímetros en la zona norte de la ciudad, por lo que se podría considerar una tormenta de verano. Durante la lluvia, que inició entre las 21:45 y 22 horas, se registraron 4 casos de automóviles atrapados por la corriente de arroyos, uno en el canal del Lázaro Cárdenas, el segundo en Salamanca y Amapolas, el tercero en la calle Quintero Arce y Navarrete y el cuarto en 5 de Mayo y Nayarit, explicó. Además el arroyo de la invasión Laura Alicia Frías de López Nogales y el mismo canal del bulevar Lázaro Cárdenas registraron desbordamientos en algunos sectores, comentó, pero en el ejido La Victoria, en la invasión Red 2000, en Pueblitos hubo también algunos reportes de inundaciones.

 

 

Canal “Lázaro Cárdenas”

 

“Hermosillo Flash” bajo el agua

 

OCTAVIO MORENO IBA A ESTUDIAR LETRAS. Este joven sonorense obtuvo beca en la Academia de Arte Vocal de Filadelfia. Por Mario Lugo HERMOSILLO.- Era una mañana de 1999. Octavio Moreno hacía fi la fuera del Casino de los Arquitectos para inscribirse en la universidad. Había decidido entrar a la carrera de Letras. Dos jóvenes que estaban más adelante platicaban de los planes que tenían, uno de ellos dijo que hacía fi la para inscribirse en la carrera de música. Poco después Octavio llegó a la mesa para registrarse y cambió de opinión, en lugar de escoger Letras eligió la carrera de Música, de la que había platicado el joven. Los papás de Octavio dicen que desde pequeño le gusta cantar, pero lo único que recuerda es que su abuelo le pedía la canción del “Mi amigo el gallo”, o algo así. En la secundaria tuvo su primera presentación en público en un concurso en el que recuerda haber ganado el segundo lugar. Cuando entró a la preparatoria quería ser futbolista pero se lastimó una rodilla. Le dijeron que si quería continuar era necesario que lo operaran, fue entonces cuando decidió dejar por un lado su sueño del futbol profesional y entró a la rondalla de la escuela. Ahí nunca lo dejaron cantar porque le dijeron que no lo hacía bien. Se cambió a teatro y fue ahí donde descubrió que le gustaba escribir y actuar, por eso quería estudiar la carrera de Letras y así convertirse en poeta, pero cambió de opinión el mismo día que se inscribió en la universidad. “Yo no sabía que quería ser cantante, sino poeta”, comenta Octavio Moreno. En la carrera de Artes opción Canto estudió con el maestro Jesús Li, quien durante algún tiempo le insistió que probara la ópera, pero a Octavio no le gustaba; él prefería lo ranchero, o cuando menos eso creía. Amor por la ópera En una ocasión escuchó a un estudiante que interpretaba a “Fígaro”, la pieza que utilizan comúnmente en las caricaturas o películas. A Octavio le llamó la atención y desde ese entonces se dio cuenta que la ópera podía ser una muy buena opción. “Quería ser charro, no cantante de ópera, pero me vino el amor por la ópera cuando escuché a un compañero mío”, dice el barítono.

 

Video Recomendado

 

Empezó a traducir las piezas musicales y dejó el género ranchero por un lado para dedicarse por completo a su nueva pasión. Cuando cursaba el noveno semestre de la licenciatura lo invitaron a que hiciera una audición para la Academia de Arte Vocal de Filadelfia. La prueba fue en la Ciudad de México y Octavio fue uno de los afortunados que obtuvo beca del 100%. Desde hace un año estudia en esa institución. Ha tenido la oportunidad de participar en presentaciones en diferentes países como Cuba, Perú, Inglaterra y Francia. Su primer papel protagónico fue el Conde en Las Bodas de Figaro de Mozart y ya ha tenido la oportunidad de participar junto a figuras importantes como Plácido Domingo. “Cada vez que voy a cantar siento la misma cantidad de nervios. Así sea si voy a cantar a mis tíos o al público de la universidad es la misma responsabilidad. El público merece el mismo respeto”, comenta. En un futuro a Octavio Moreno le gustaría llegar a “las ligas mayores”, que para la ópera sería cantar en los grandes teatros del mundo como L’Escala en Milán, el Metropolitan en Nueva York y la Ópera de Berlín.

 

DON ABELARDO CASANOVA LABRADA. Su contribución a esta noble disciplina lo convierte en un pilar fundamental. Por Mario Lugo Don Abelardo Casanova tuvo el primer noticiario de televisión en Sonora. No era un programa como los de ahora, pues los aparatos no eran tan pequeños y prácticos como los actuales. Editar las imágenes que traía el reportero era más difícil. Tenían que revelar la cinta de la cámara antes de salir al aire y el aparato donde se reproducía el video era del tamaño de un librero y no se podía mover. Con que temblara un poco, la imagen se distorsionaba, por eso lo atornillaron al piso.

 

 

De esa forma don Abelardo Casanova y su equipo se las arreglaba cada día para salir al aire con un noticiario objetivo y de mucha credibilidad. “En ese noticiero no teníamos compromiso con nadie. No admitíamos que nos dijera alguien lo que habíamos de decir y lo que habíamos de callar, teníamos mucha credibilidad con el público y nos respetaban mucho en las fuentes porque no pedíamos permiso para nada, ni aceptábamos sugerencias”, comenta don Abelardo. Él considera que no ha hecho cosas extraordinarias en la vida, pero los hechos demuestran lo contrario. No sólo realizó el primer noticiario de Sonora, también fundó el periódico Información, fue director del Sonorense y trabajó como editor de libros del Gobierno del Estado. Sus inicios Desde pequeño Abelardo sabía que quería ser escritor, el principal problema con que se enfrentan los que quieren dedicarse a esta profesión es la falta de dinero, y él no fue la excepción. La gente le decía que si cómo se iba mantener, por eso decidió dedicarse al periodismo, de esa forma recibiría dinero a cambio de escribir. Tenía 7 años cuando los doctores diagnosticaron cáncer a su mamá y dijeron que iba a morir. Su padre fue el más afectado, dejó de comer y descuidó su salud a tal grado que murió primero que la esposa, quien falleció algunos meses después. Abelardo y sus cuatro hermanos quedaron huérfanos. Fue por eso que se vino a vivir a Hermosillo con una tía. A los 17 años obtuvo su primer trabajo como cobrador. “Quería juntar 60 pesos que me cobraban para hacer un periódico. Nunca los junté”, comenta. Después fui empleado de varios bancos hasta que decidió volver a Nogales a trabajar de contador. “Estuve de contador en Nogales y empecé a escribir una columna diaria en un periódico. La fi rmaba con seudónimo porque me daba vergüenza que supieran que escribía”, recuerda don Abelardo. Poco después lo llamaron de la radio para que leyera su columna y fi nalmente junto con un grupo de amigos fundó el primer periódico matutino de Nogales, que tuvo que dejar para venirse a Hermosillo. “Me vine para acá por un amigo mío que fundó un periódico que se llamaba El Heraldo”, dice don Abelardo. Tiempo de televisión Empezó en la televisión como contador y de ahí dio el salto para ser el director del primer noticiario televisado.

 

Abelardo Casanova (de sweater)

 

Después vino otro programa de comentarios donde don Abelardo entrevistaba a todo tipo de personajes y comentaba sobre sucesos fuertes. “Había veces que teníamos problemas con la gente de gobierno y los grandes empresarios”, recuerda. Debido al éxito obtenido en la televisión, don Abelardo fue invitado a colaborar con El Imparcial. Fue uno de los primeros en Sonora que recibieron paga por escribir columna. Después de ahí don Gilberto fundó el diario Información, en el que estuvo durante 11 años. ”Ahí llevé la misma política que en la televisión, pero no tenía dinero”, comenta don Abelardo Casanova. En 1978 volvió a la televisión con un noticiario y luego fue invitado a dirigir el periódico El Sonorense, en el que estuvo por siete meses. Cuando salió del diario, lo invitaron a que editara libros del Gobierno del Estado. En total le tocó editar más de cuarenta publicaciones. Don Abelardo también escribió una novela y próximamente terminará un libro sobre experiencias que le han tocado vivir.

 

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