Sábado 15 de Julio de
2006 AZOTA TORMENTA A HERMOSILLO. Fue la lluvia más intensa de la temporada,
pues se registraron entre 23.7 milímetros a 30 milímetros en la mayor parte
de la ciudad, según el director de la Unidad Municipal de Protección Civil. Canal “Lázaro
Cárdenas” “Hermosillo
Flash” bajo el agua OCTAVIO MORENO IBA A
ESTUDIAR LETRAS. Este
joven sonorense obtuvo beca en la Academia de Arte Vocal de Filadelfia. Por
Mario Lugo HERMOSILLO.- Era una mañana de 1999. Octavio Moreno hacía fi la
fuera del Casino de los Arquitectos para inscribirse en la universidad. Había
decidido entrar a la carrera de Letras. Dos jóvenes que estaban más adelante
platicaban de los planes que tenían, uno de ellos dijo que hacía fi la para
inscribirse en la carrera de música. Poco después Octavio llegó a la mesa
para registrarse y cambió de opinión, en lugar de escoger Letras eligió la
carrera de Música, de la que había platicado el joven. Los papás de Octavio
dicen que desde pequeño le gusta cantar, pero lo único que recuerda es que su
abuelo le pedía la canción del “Mi amigo el gallo”, o algo así. En la secundaria
tuvo su primera presentación en público en un concurso en el que recuerda
haber ganado el segundo lugar. Cuando entró a la preparatoria quería ser
futbolista pero se lastimó una rodilla. Le dijeron que si quería continuar
era necesario que lo operaran, fue entonces cuando decidió dejar por un lado
su sueño del futbol profesional y entró a la rondalla de la escuela. Ahí
nunca lo dejaron cantar porque le dijeron que no lo hacía bien. Se cambió a
teatro y fue ahí donde descubrió que le gustaba escribir y actuar, por eso
quería estudiar la carrera de Letras y así convertirse en poeta, pero cambió
de opinión el mismo día que se inscribió en la universidad. “Yo no sabía que
quería ser cantante, sino poeta”, comenta Octavio Moreno. En la carrera de
Artes opción Canto estudió con el maestro Jesús Li, quien durante algún
tiempo le insistió que probara la ópera, pero a Octavio no le gustaba; él
prefería lo ranchero, o cuando menos eso creía. Amor por la ópera En una
ocasión escuchó a un estudiante que interpretaba a “Fígaro”, la pieza que
utilizan comúnmente en las caricaturas o películas. A Octavio le llamó la
atención y desde ese entonces se dio cuenta que la ópera podía ser una muy
buena opción. “Quería ser charro, no cantante de ópera, pero me vino el amor
por la ópera cuando escuché a un compañero mío”, dice el barítono. Empezó a traducir las piezas musicales y dejó
el género ranchero por un lado para dedicarse por completo a su nueva pasión.
Cuando cursaba el noveno semestre de la licenciatura lo invitaron a que
hiciera una audición para la Academia de Arte Vocal de Filadelfia. La prueba
fue en la Ciudad de México y Octavio fue uno de los afortunados que obtuvo
beca del 100%. Desde hace un año estudia en esa institución. Ha tenido la
oportunidad de participar en presentaciones en diferentes países como Cuba,
Perú, Inglaterra y Francia. Su primer papel protagónico fue el Conde en Las
Bodas de Figaro de Mozart y ya ha tenido la
oportunidad de participar junto a figuras importantes como Plácido Domingo.
“Cada vez que voy a cantar siento la misma cantidad de nervios. Así sea si
voy a cantar a mis tíos o al público de la universidad es la misma
responsabilidad. El público merece el mismo respeto”, comenta. En un futuro a
Octavio Moreno le gustaría llegar a “las ligas mayores”, que para la ópera
sería cantar en los grandes teatros del mundo como L’Escala
en Milán, el Metropolitan en Nueva York y la Ópera
de Berlín. DON ABELARDO CASANOVA
LABRADA. Su
contribución a esta noble disciplina lo convierte en un pilar fundamental.
Por Mario Lugo Don Abelardo Casanova tuvo el primer noticiario de televisión
en Sonora. No era un programa como los de ahora, pues los aparatos no eran
tan pequeños y prácticos como los actuales. Editar las imágenes que traía el
reportero era más difícil. Tenían que revelar la cinta de la cámara antes de
salir al aire y el aparato donde se reproducía el video era del tamaño de un
librero y no se podía mover. Con que temblara un poco, la imagen se
distorsionaba, por eso lo atornillaron al piso. De esa forma don Abelardo Casanova y su equipo
se las arreglaba cada día para salir al aire con un noticiario objetivo y de
mucha credibilidad. “En ese noticiero no teníamos compromiso con nadie. No
admitíamos que nos dijera alguien lo que habíamos de decir y lo que habíamos
de callar, teníamos mucha credibilidad con el público y nos respetaban mucho
en las fuentes porque no pedíamos permiso para nada, ni aceptábamos
sugerencias”, comenta don Abelardo. Él considera que no ha hecho cosas
extraordinarias en la vida, pero los hechos demuestran lo contrario. No sólo
realizó el primer noticiario de Sonora, también fundó el periódico
Información, fue director del Sonorense y trabajó como editor de libros del
Gobierno del Estado. Sus inicios Desde pequeño Abelardo sabía
que quería ser escritor, el principal problema con que se enfrentan los que
quieren dedicarse a esta profesión es la falta de dinero, y él no fue la
excepción. La gente le decía que si cómo se iba mantener, por eso decidió
dedicarse al periodismo, de esa forma recibiría dinero a cambio de escribir.
Tenía 7 años cuando los doctores diagnosticaron cáncer a su mamá y dijeron
que iba a morir. Su padre fue el más afectado, dejó de comer y descuidó su
salud a tal grado que murió primero que la esposa, quien falleció algunos
meses después. Abelardo y sus cuatro hermanos quedaron huérfanos. Fue por eso
que se vino a vivir a Hermosillo con una tía. A los 17 años obtuvo su primer
trabajo como cobrador. “Quería juntar 60 pesos que me cobraban para hacer un
periódico. Nunca los junté”, comenta. Después fui empleado de varios bancos
hasta que decidió volver a Nogales a trabajar de contador. “Estuve de
contador en Nogales y empecé a escribir una columna diaria en un periódico.
La fi rmaba con seudónimo porque me daba vergüenza
que supieran que escribía”, recuerda don Abelardo. Poco después lo llamaron
de la radio para que leyera su columna y fi nalmente
junto con un grupo de amigos fundó el primer periódico matutino de Nogales,
que tuvo que dejar para venirse a Hermosillo. “Me vine para acá por un amigo
mío que fundó un periódico que se llamaba El Heraldo”, dice don Abelardo.
Tiempo de televisión Empezó en la televisión como contador y de ahí dio el
salto para ser el director del primer noticiario televisado. Abelardo Casanova (de
sweater) Después vino otro programa de comentarios donde
don Abelardo entrevistaba a todo tipo de personajes y comentaba sobre sucesos
fuertes. “Había veces que teníamos problemas con la gente de gobierno y los
grandes empresarios”, recuerda. Debido al éxito obtenido en la televisión,
don Abelardo fue invitado a colaborar con El Imparcial. Fue uno de los
primeros en Sonora que recibieron paga por escribir columna. Después de ahí
don Gilberto fundó el diario Información, en el que estuvo durante 11 años.
”Ahí llevé la misma política que en la televisión, pero no tenía dinero”,
comenta don Abelardo Casanova. En 1978 volvió a la televisión con un
noticiario y luego fue invitado a dirigir el periódico El Sonorense, en el
que estuvo por siete meses. Cuando salió del diario, lo invitaron a que
editara libros del Gobierno del Estado. En total le tocó editar más de
cuarenta publicaciones. Don Abelardo también escribió una novela y
próximamente terminará un libro sobre experiencias que le han tocado vivir. |